martes, 27 de agosto de 2024

Caso Audios: La caja negra del poder

Cuando leí el reportaje de Ciper sobre el Caso Audios que involucra al abogado Luis Hermosilla, recientemente imputado por delitos tributarios y soborno, había un concepto allí que abría una fosa de corrupción: la caja negra. Se trataba de una propuesta hecha por Hermosilla al empresario Daniel Sauer, crear una “caja negra”, o sea, una caja pagadora de coimas a distintos funcionarios del Servicio de Impuestos Internos, a cambio de su silencio sobre sus movidas fraudulentas.

Se ha hablado de la creación de sociedades en Delaware, conocida como “la capital mundial de las empresas fantasma”. También se ha hablado de los hermanos Jalaff, los principales beneficiarios de Factop, el factoring de Sauer que cometió un fraude escandaloso de facturas falsas. Incluso se llegó a descubrir el vínculo de Antonio Jalaff con un banco falso, Bandenia, el que fue condenado en España por lavar dinero a los narcos.

Cada uno de estos movimientos se hacían de manera ilegal y subrepticia, con mala fe pública. Por lo mismo, se requería de la existencia de aquella caja negra, un perverso milagro financiero, para cubrir los costos operacionales. La suma total que iba a contener aquella caja era de más de $100 millones de pesos entre los involucrados.

“¿Cuál es la primera huevá que hay que hacer aquí? Es controlar toda la información que salga del Servicio: cuándo, cómo, cuánta información, qué errores lleva, qué huevá”, decía Hermosilla en uno de sus audios enviados por whatsapp a Sauer, y concluye con una decidora afirmación que subraya su más profunda intención: “esta huevá se arregla con plata”.

En esa pura frase pareciera resumirse todo el accionar de la casta política. Hermosilla, nuestro Don Corleone sudaca, nuestro mafioso estrella. ¿Pero cuántos más caerán con él? ¿Cuán grande será la reacción en cadena que provocará el proceso judicial en curso contra Hermosilla? ¿Cuán grande será el tamaño del agujero negro que socavará las reputaciones de muchos grupos de interés en el sistema político y judicial?

La caja negra era la caja del soborno, hecha de manera clandestina, en el punto ciego de la arena democrática. Su contenido era el costo del silencio sobre la corrupción generalizada. Definitivamente, es posible representar esta caja negra, no solo en cuanto instrumento de cohecho, sino que en cuanto metáfora de la propia operatoria del poder político en Chile, una auténtica caja oscura, hermética a la vista de los ciudadanos de a pie, cuya mecánica interna jamás podrán llegar a comprender del todo, dada su inmensa red de influencias y las groseras y estratosféricas cifras de dinero que manejan, a expensas del erario público y de la confianza ilusa de los civiles.

Un tal Miguel Moreno en México, refería la idea de la “caja negra” para aludir al robo de impuestos por coerción estatal y por “cadena de favores” entre empresarios y políticos. Puro corporativismo. La caja negra, decía, “es un dispositivo, sistema u objeto que puede ser visto en términos de sus entradas y salidas, sin ningún conocimiento de su funcionamiento interno. Su implementación es "opaca". Casi cualquier cosa podría ser referida como una caja negra: un transistor, un algoritmo, el propio cerebro humano o los partidos políticos”.

Mientras más secretos guarde, la caja negra de la política continuará sobornando a los incautos. Cayó Hermosilla, ¿cuántos más con él? La caja negra podrá seguir abierta para los mafiosos de cuello y corbata, pero su propia cualidad oscura la hace, hasta cierto punto, impenetrable, envolviendo a la elite con un manto de impunidad y sumiendo a la ciudadanía consciente en la impotencia más profunda. ¿Cuán profunda es la caja negra del poder? Puede que, en verdad, su auténtico e insospechado alcance sea planetario, y realmente no haya fondo.

No hay comentarios.: