jueves, 7 de enero de 2021

Friedrich Nietzsche. El nihilismo: escritos póstumos (extracto)

Parménides dijo «no se puede pensar lo que no es». Nosotros estamos en el otro extremo y decimos «lo que puede ser pensado, sin duda tiene que ser una ficción». El pensamiento no tiene ningún asidero en lo real, sino tan sólo en...

miércoles, 6 de enero de 2021

Microsoft planea patentar un software que permitirá a la gente conversar con sus seres queridos después de muertos. Se trata de un auténtico chatbot que recreará la sensación de comunicarse con un más allá virtual. Para lograr ese efecto, se usarán los datos de redes sociales de la persona muerta para procesarlos y emular su personalidad con ayuda del software. Con la consecución de este proyecto, se espera “resucitar” al difunto gracias a su sustituto de inteligencia artificial que imitará lo más fielmente posible su identidad al comunicarse con los deudos. Inclusive, los creativos de Microsoft han querido llegar más lejos, tratando de trascender el plano de la comunicación en línea para conseguir que aquella réplica virtual de un fallecido adquiera “vida propia”, de tal forma que la gente podrá interactuar con ella, y esta, a su vez, podrá desenvolverse en el mundo como si fuera su original orgánico. Ya existen empresas que ofrecen el servicio de crear una réplica de ti mismo, reservada especialmente para cuando mueras. Una de esas empresas es Here After, la que realiza entrevistas a los voluntarios, analizando su voz, sus gestos, su carácter, etc. toda la información posible sobre la persona, en base a la cual desarrollarán un perfil artificial con el que se podrá interactuar postmortem. 

De nuevo, el miedo a la muerte y la posibilidad de superarla gracias a un más allá virtual, no metafísico, como lo hubiese querido Ray Kurzweil. Por supuesto, como todo sueño eléctrico, tiene sus contratiempos. Al supeditar esta idea a un software de IA, eventualmente podría ser hackeado y utilizado para suplantar a personas vivas, con el fin de intervenir en sus datos privados. Surge no solo el problema tecnológico, también el problema humano ¿Cuál sería el límite de hackear la línea entre la vida y la muerte? ¿Cómo se podrá distinguir, bajo un escenario de riesgo, a un “vivo virtual” de un “vivo orgánico”? Los que vieron el episodio Be Right Back de Black Mirror podrán advertir, al menos de manera ficticia, el resultado hipotético de la implementación de esta nueva tecnología en el futuro. 

martes, 5 de enero de 2021

A gran parte del mundo no le importamos en lo más mínimo. Y a nosotros no nos importa en lo más mínimo gran parte del mundo. Eso es lo que yo considero un trato justo e igualitario. Honesto, pulcro, sin reproches.

domingo, 3 de enero de 2021

Miré a un costado del puesto del notebook para ajustar unos cables y apareció de entre el enredo un pequeño chanchito de tierra. Quise acercarme a él pero me limité a observarlo a medida que trataba de escabullirse de aquel enredo. No consiguió hacerlo y se devolvió para perderse tras el puesto y hacerse bolita bajo la sombra. Primera visita en lo que va del año, y resultó ser la cortesía de un oniscídeo. El chanchito siempre tiene la particularidad de perderse y hacerse bolita cuando se ve acorralado. Eso lo aprendimos de chicos cuando jugábamos con estos crustáceos en la tierra. Su método de defensa es tan práctico que incluso puede extrapolarse al ser humano, para dar a entender que uno se escabulle de la adversidad recogiéndose sobre sí mismo, sirviéndose a sí mismo como escudo frente a la realidad. El chanchito, en cierta manera, se había vuelto un reflejo de nuestra situación. Cuando sobreviene la amenaza y no queda mucho por hacer, solo resta “hacerse bolita” como actitud estoica. Esconderse, replegarse, hasta que la amenaza se extinga o caiga por sí sola. Este encierro de cuarentena y esta temporada de introspección vendrían siendo, a la larga, la postura filosófica del chanchito ante la vida. Hacerse bolita frente a la inclemencia de la vida, buscar refugio en uno mismo, hacer de tu piel una coraza, hacer de tu interior un hogar. Hacerse bolita frente al rumor de la muerte, porque, ante la muerte, todos somos chanchitos de tierra.

sábado, 2 de enero de 2021

El sueño (retroactivo) de la española

La chica española que residía en Alemania y con la cual mantuve una conversación intensa durante el lapso de cinco meses, me había confesado un sueño. Su confesión decía exactamente así:

“Hace unas semanas soñaba con un chico, y siempre estábamos en Valparaíso, y el chico me hablaba con una cadencia profunda, despacio. Pero lo extraño es que yo nunca antes había conocido a ese chico, y mientras soñaba recordaba eso, el chico me hablaba de un abrigo que me había olvidado en cualquier bar de la ciudad, y era importante porque en el bolso había un papel que quemaba, pero yo no tenía prisa por buscar ese abrigo. Él insistía un montón”.

Al relatar su sueño, la chica fue revelando poco a poco más cosas. Le mencioné que me conmovió, que aquel papel de seguro tenía un secreto, que el fuego era muy importante en mi vida y que representaba mucho de lo que había vivenciado, y además de lo que deseaba profundamente.

La chica continuaba atenta a mis reacciones tras su relato onírico. Le pregunté si acaso aquel abrigo de su sueño, todavía estaba escondido en su memoria. Le repetí que ese papel era la clave, que algo escondía, que si deseaba quemar ese papel en una especie de sacrificio. Ella, muy segura, me respondió que no, que el papel quema en sí mismo, se abría y quemaba, y era porque su secreto prometía ser cálido, pero, a la vez, peligroso. Dijo también que ese sueño, creía ella, solo anticipaba la conversación que habíamos estado sosteniendo todo ese tiempo. Y, producto del miedo de abrirme demasiado ante ella, supo inmediatamente que yo era el chico de su sueño.

Conmovido por la revelación, sin embargo, aún me quedaba dando vuelta la figura de la llama. Ella creía que esa llama era como el misterio magno, el valor de la poesía de crear y destruir mundos, pequeños y grandes. Bastante emocionada, siguió expresando que ella y yo no nos conocíamos ni nunca antes habíamos hablado de nosotros mismos, pero sin querer habíamos conectado en ese punto respectivamente, el de su sueño y su posterior confesión en línea.

El tiempo que siguió a ese evento fue de una dilatada mensajería interna. Sin embargo, a los meses después, ella desapareció de la faz de la red, sin siquiera despedirse ni dejar un aviso. Este solo hecho me ha mantenido intrigado hasta el día de hoy por su extrañeza, pero vuelvo de tanto en tanto a releer la ensoñación de la española misteriosa, para hurgar en algún significado potencialmente simbólico, algo que permita que el misterio arda como la llama prometida de aquel papel secreto.

Puede que ella misma haya sido un sueño, o yo haya sido para ella únicamente ese chico sublimado, y lo único que sucedió fue que ambos despertamos, y nos desaparecimos el uno del otro. Solo queda la ilusión de haber formado parte de la memoria o la fantasía de una enigmática y, a la vez, mística joven desde otras latitudes, allende el vacío de la red o el universo de relatos.

viernes, 1 de enero de 2021

Friedrich Nietzsche. El nihilismo: escritos póstumos (extracto)

Resultado final: todos los valores por los que hasta ahora hemos tratado de hacernos estimable el mundo y, precisamente, por los que al final lo hemos desvalorizado, cuando se mostraron inaplicables, todos estos valores son, considerados psicológicamente, resultados de determinadas perspectivas de la utilidad para mantener y aumentar las formaciones de dominación humana, sólo que falsamente proyectadas en la esencia de las cosas. Continúa siendo la ingenuidad hiperbólica del hombre lo que le lleva a considerarse el sentido y la medida del valor de las cosas...

jueves, 31 de diciembre de 2020

Solo hay un virus letal contra el que nunca existirá inmunidad suficiente: el virus del resentimiento.

miércoles, 30 de diciembre de 2020

Se viralizó una foto en la que figura una supuesta vacuna fabricada en China. Ahí se muestra un inhalador de THC, componente de cannabis, con un cartucho para ser vapeado en forma de cigarrillo electrónico. El usuario que publicó la foto en Twitter indicó que "apostaba a que todo el mundo se pondría la vacuna si viniera así". Además, el slogan que aparece en el paquete del inhalador está intervenido, y reza "makers of boner pill" (fabricantes de viagra) para referirse a la principal compañía impulsora de la vacuna contra el coronavirus, la compañía Pfizer. Su página web oficial ya emitió un comunicado en que se desmiente el contenido de la fotografía viralizada, señalando que la vacuna se desarrolló conjuntamente en Bélgica, Alemania y Estados Unidos; que no se inhala, sino que se inyecta por vía intramuscular; y que el slogan original de la compañía era “working together for a healther world” (trabajando juntos por un mundo más sano). Lo único que no han logrado desmentir, es el hecho de que la alusión irónica del slogan en la fotografía no estaba errada, porque, curiosamente, la compañía Pfizer sí impulsó la famosa “pastilla azul” a fines de los noventa. Si pudiésemos ampliar este alcance, podríamos decir que la misma compañía responsable hoy de combatir uno de los virus más letales del último tiempo, fue, a su vez, responsable involuntaria de la vida sexual de muchos hombres impotentes alrededor del mundo ¿Y si resulta que la vacuna contra el coronavirus tiene contraindicaciones similares a las del Viagra? Sería una locura. Por lo demás, un bulo muy astuto, mezclando ficción con verdad para develar el absurdo de la maquinaria prosalud.

martes, 29 de diciembre de 2020

¿Es preferible la inmunidad o la inmortalidad? Pregunta que nos hicimos con una ex, y que surgió a raíz de una conversación respecto a la esperanza de vida en pandemia. Si optáramos por una inmunidad frente a cualquier patógeno, viviríamos una vida libre de padecimientos, aunque nuestro ciclo estaría sometido exclusivamente a una caducidad natural. En cambio, si optáramos por la inmortalidad, no habría diferencia con respecto a nuestro estado, en el sentido que, de igual manera, experimentaríamos todas las enfermedades y agotamientos propios de la condición biológica, con la salvedad de que ese proceso de decadencia no tendría un fin y estaría sometido a una agonía incalculable (eso, considerando que ser inmortal solo te ahorraría la muerte física, pero no te privaría del dolor ni del ocaso del cuerpo). Entonces, definitivamente, lo más verosímil era plantear una inmunidad total, siendo más viable y óptima una vida con fecha de vencimiento, vivida al máximo sin la necesidad de preocuparse por algún agente invasor del organismo, que una vida sin límite alguno, con la cual se sufriría la temprana partida de los otros y, al mismo tiempo, se palparía, en carne propia, el declive de una existencia prolongada innecesariamente. Volvimos a la pieza, convencidos de esta elección, creyéndonos más inmunes que nunca, sin miedo al contagio, jamás inmortales, con la certeza de que desapareceríamos en algún momento, pero que, por ningún motivo, nos volveríamos a dañar el uno al otro.

lunes, 28 de diciembre de 2020

La Soledad y La Libertad, las únicas compañeras leales que estarán contigo en todo momento, y que volverán a tu lado, hasta que llegue La Muerte y haga de ti su consorte.