domingo, 11 de febrero de 2024

La “tractorada”: agricultores y granjeros unidos contra la Agenda 2030

Un par de años atrás, un convoy de camioneros surcó el territorio de Canadá en protesta contra las medidas de la pandemia. Hoy por hoy, las huelgas y revueltas las encabezan agricultores y ganadores de gran parte de Europa. Están saliendo a protestar, con una increíble sincronía y capacidad organizativa, abiertamente, en contra de las leyes que ellos consideran coercitivas para el sector primario. Y se apunta, en muchos de sus reclamos, directamente, a la Agenda 2030. “STOP competencia desleal. Agenda 2030”, se deja ver en una de las pancartas colocadas sobre los tractores mecánicos.

Hasta el momento, la gran “tractorada” ha comenzado su avance a través de Polonia, Alemania, Rumania, Francia, Grecia, Lituania, Bélgica, Italia, Países Bajos, Suiza, Bulgaria, Hungría y España. Algunos de los motivos del gran levantamiento tienen que ver, entre otras cosas, con normativas ambientalistas, automatización del trabajo en contra de la agricultura tradicional, eliminación de exenciones fiscales, prohibición de mercancía rusa, entrada de alimentos sintéticos y aumento de los costes del gasóleo agrícola.

¿Pero en qué medida la Agenda 2030 ha perjudicado a los trabajadores agrícolas y ganadores de la Unión Europea? Todo comenzó con la implementación del Pacto Verde Europeo en el año 2020. Al aprobarse este pacto, se promovieron técnicas agrícolas que respetaran el medioambiente bajo el eslogan “De la granja a la mesa”. Esto quiere decir que los agricultores y granjeros tendrán que pagar más impuestos para costear estas técnicas, además de priorizar las grandes explotaciones por parte de empresas suscritas a la Agenda, en desmedro del cultivo local que genera trabajo, arraigo y comunidad, términos irrelevantes para las políticas globalistas. Aparte, el recorte al diésel agrícola ha afectado de manera notable a los pequeños y medianos agricultores, quienes cuentan con este combustible subvencionado para echar a andar su maquinaria a través de las tierras cultivables.

La “tractorada” continúa su avance por gran parte de la Unión Europea. Y lo han hecho de manera determinada, a tal punto que han cortado carreteras y han detenido los suministros, con tal de generar presión en cada una de las legislaciones. Es sabido que dos de los objetivos de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible hablan precisamente de la Producción y Consumo Responsable y la Acción por el clima. La “bajada política” de dichos objetivos suscritos de manera unilateral por los países en conflicto es lo que se está cuestionando fuertemente, sobre todo cuando lo que está en juego es el futuro del consumo alimentario y el ecosistema europeo, creando, además, un precedente para el resto del mundo.

El agricultor y activista social español Josep Pamies, conocido por promover la autonomía alimentaria y medicinal, ha estado atento a la “tractorada” que recorre toda Europa. Sin embargo, se ha mostrado escéptico, incluso hasta pesimista, sobre la eficacia de esta lucha. “Yo he participado mucho de esta historia, y me he dado cuenta que mientras más te manifestabas, más fuerza les dabas. Ellos no son importantes para nosotros, ¿para qué darles más importancia? Ellos no pueden solucionar tus problemas, ellos son los que los ocasionan”, ha dicho, fuerte y claro, el agricultor Pamies al respecto. En suma, es un gesto potente el de la “tractorada” pero mucho más beneficioso, a la larga, el desarrollo de la autosuficiencia de cada individuo y de cada comunidad para poder sobrevivir, poco a poco, sin depender de la gran industria ni de los mercados transnacionales.

¿Para qué usar tractores tan magníficos si no puedes alimentar ni a tus seres queridos? Esa es la pregunta que se plantea Pamies y que también le llega, de soslayo, a quienes, entusiastas, apuestan por la vía de la insurrección. Se trata de replegarse, de crear otro “ecosistema” y no intentar destruir el que te quieren imponer. Aprender a cultivar tus propios alimentos y medicinas y autoabastecerte con recursos de la propia naturaleza. Ese parece ser el mensaje que entrega Pamies y que, de algún modo, complementa el ideario de los trabajadores de la tierra.

En definitiva, para combatir la Agenda 2030, se requiere hacerlo desde diferentes frentes. “La tractorada” ya ha comenzado desde su propio sector: la agricultura, la agronomía y la ganadería. Pero se requiere de una estrategia que contemple dos vertientes, tanto la reivindicativa que busca “cambiar el sistema” por sus propios medios, como la de la autonomía y la autosuficiencia, que invita a explorar y aplicar métodos de autocultivo, en una lección de verdadero anarquismo agrario. Al final del día, continuarán rugiendo los tractores de toda Europa contra la agonía del campo. 

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