martes, 16 de enero de 2024

Sobre "Pluriversalidad" y otras deconstrucciones "a la latina"

Tras revisar una cátedra para la U de mi polola, di con el concepto "Pluriversalidad" planteado por Ramón Grosfoguel, concepto que, según los apuntes, pretende, desde la teoría decolonial, cuestionar el concepto de lo "universal" y de la "Universidad" propios de la tradición filosófica occidental. Según su definición, la "Pluriversalidad" se propone como una alternativa filosófica a lo que él llama el pensamiento universal abstracto de corte eurocéntrico. Aplica esa variante conceptual del decolonialismo hacia la construcción de un pensamiento latinoamericano que integre esa suerte de "alteridad" ontológica y epistemológica que nuestras latitudes demandarían.

Al rumiar lo de "Pluriversalidad" una y otra vez, rimaba mucho con aquella deconstrucción decolonial posmoderna, inspirada en las aportaciones de la Teoría Crítica y la "différance" de Derridá, solo que en clave latinoamericana. Ya había advertido antes que una de mis principales objeciones a esa perspectiva es que sigue siendo de corte foráneo y pretende asumirse como un pensamiento alterno y propio del ethos americano, cuando no es así. Es más, niega de plano cualquier posibilidad de un conocimiento universal, achacándolo de inmediato a lo occidental, entendido siempre como una cuestión invasiva y no propia de la cultura humana en su conjunto.

Más allá de esas objeciones, me seguí preguntando respecto a lo de "Pluriversalidad", porque no podía entender en qué otro momento había escuchado el término y en qué otro contexto se había vuelto tan famoso. Así fue que, de pronto, lo asocié con aquella idea de la "Plurinacionalidad" tan en boga durante aquel período de la discusión constituyente en Chile. No podía sacarme de la cabeza aquel himno paródico del "PluriChile", cantado acaso como un ensayo bizarro del nuevo Chile que pretendían configurar bajo el mantra de la "Pluriversalidad" o incluso bajo el propio fundamento de aquellas ideas que lo sustentan, ya se sabe, todo el rollo decolonial y deconstructivo del asunto.

La cosa es que la discusión en torno a lo plurinacional en Chile sí tenía, ciertamente, ese trasfondo ideológico. Según esta visión, el concepto de nación sola, sin el aditivo "pluri", era de herencia liberal europea y de pretensión universal y colonial, por ende, cuestionable, bajo este prisma. Y es del todo cierto que un gran sector de la izquierda progresista adhería a estas posiciones, sin acaso cuestionar su alcance sobre la realidad chilena. El resultado político, como sabrán, fue el de un gran rechazo electoral a estas ideas de “vanguardia” que se planteaban bajo la óptica de la disidencia. Disidencia controlada, por supuesto.

Vi un afiche sobre anarquía de Mónica Caballero y Francisco Solar, condenados por enviar artefactos explosivos. Lo vi mientras esperaba la micro para ir al banco. De inmediato, me repetí a mí mismo: "el instinto tanático es seductor". Recordé luego el "estallido", sus esquirlas imbatibles y seguí mi camino, rumbo a solicitar un préstamo.