domingo, 31 de julio de 2022

Apátridas (poema)

Progresistas y globalistas, con sumo nihilismo

Han hecho de la Bandera de Chile su propia mordaza

El símbolo de poder sobre el que despliegan su arrogancia victimizante

Forzando al país a tolerar sus exabruptos

Sirviendo a la agenda que los apátridas añoran.

Estetizar el fracaso para no sufrir su influjo.

sábado, 30 de julio de 2022

Tardía y recóndita (poema)

Tardía y recóndita, excavaste en el vacío

Para desenterrar el espejo de ciertos dolores,

no sé si invocados por el fantasma de tu padre

o por una especie de oscuro arquetipo,

así, cada vez que cavilé sobre tu mirada y reincidí sobre tus labios

me volví una caverna cada vez más negra y más honda para tu persona

para el poder de una voluntad tierna en su violencia, violenta en su ternura

y procuré envolverte para siempre, sin éxito,

más allá del laberinto de las determinaciones

donde cada cual jugó a ser las máscaras del otro

y juzgó si había acaso un rostro verdadero

una salida al acabóse.

"Destruir en nuestro corazón la lógica del sistema" decía José Ángel Cuevas, pero el verdadero desafío está en reconocer cuál es, realmente, la lógica del sistema.

viernes, 29 de julio de 2022

¿Y qué pasaría si te dijera, querida, que (en este país, en este mundo, en esta vida) cada quien hace del otro un Goliat; y de sí mismo, un David, en una encarnizada lucha de opuestos irreconciliables?

jueves, 28 de julio de 2022

Es un hecho de la causa que el discurso progre es, hoy por hoy, lo hegemónico, pero la trampa está en que se vende como lo contrario, como disidencia, cuando está respaldado precisamente en la estructura liberal. Si hiciéramos un símil para entender el asunto, el progre sería homologable al "demócrata" norteamericano. No sería una "izquierda" clásica propiamente tal, sino que únicamente parte del binomio político. Curioso que uno de los principales brazos del poder financiero internacional sea precisamente esta izquierda progre y todos sus lobbys y agendas asociadas. Y con eso no excuso a la derecha política, solo digo que este otro brazo es menos evidente pero igualmente cómplice del status quo, cuestión que no todos (sobre todo gente de izquierda) están dispuestos a aceptar todavía. Por otro lado, la famosa agenda 2030, auspiciada por Naciones Unidas y seguida de cerca por el Foro Económico Mundial y toda la corporatocracia occidental, con su lema "no tendrás nada y serás feliz", a mi juicio, es la agenda de aquel nuevo capitalismo progre que se intenta vender como la solución sostenible y unilateral a la crisis de los Estados Nación, provocada en parte por el propio colapso económico del sistema y sus consecuencias sociopolíticas. En definitiva, "ellos" propiciaron la enfermedad y ahora, cínicamente, te ofrecen el remedio o la “vacuna”: una reingeniería del propio modelo, ahora exportable a todos los países bajo la órbita de las potencias. Si la izquierda (no la progre, que aplaude la agenda) sigue haciendo vista gorda de esta infame situación, no creo que vaya muy bien encaminada y enfocada en el contexto geopolítico actual y, en cambio, siga enfrascada en peleas de "perros chicos".

miércoles, 27 de julio de 2022

Si hay algo que debe ser refundado o, de plano, eliminado, es la Policía del pensamiento.

Es necesario e incluso saludable que existan contrapesos a los discursos hegemónicos, en todo orden. De lo contrario, caemos en el desbalance y el maximalismo.

domingo, 24 de julio de 2022

"Aquello por lo cual luchamos no era perfecto, mas se acercaba a lo que siempre soñamos", dices, querida, ¿Pero no será eso, aquello que fue motivo de nuestra lucha, precisamente lo que nos mantiene dormidos, soñando nuevamente el sueño del sistema, sin vigilia ni despertar posible?
"En esas organizaciones te metían el rollo de la convicción, y de esa manera no das paso a la crítica. ¡Convicciones de mierda, la vida también puede ser de otra forma! Las ideas mutan, la vida tiene un abanico de múltiples significaciones. Pero ahí son obtusos. La vida es búsqueda, va mutando, toma otras direcciones. Eso es la reflexión y a mí me gusta mucho". Ricardo Palma Salamanca, ex frentista, dedicado a mis ex amigos revolucionarios del neo soviet progresista, dueños de la verdad

sábado, 23 de julio de 2022

"Es hora de la verdad": Rechazo por Boric, Pablo Ortúzar.

Los países son sistemas sociales complejos y el objetivo de la política es tratar de orientar esa complejidad hacia un óptimo de resultados mediante políticas de Estado. Esto, por supuesto, es muy difícil. Antiguamente, las ideologías políticas proveían recetas globales que respondían todas las preguntas importantes, pero hace décadas adquirimos conciencia de la precariedad de estos grandes modelos. Esto pasó luego de que, una y otra vez, ideas que parecían excelentes y lógicas en el papel produjeran desastres al entrar en contacto con la realidad. En los 90 se terminó imponiendo, entonces, un pragmatismo de prueba y error sin muchas altisonancias. La famosa y hoy desdeñada “tecnocracia”.

El déficit que se generó, sin embargo, fue de sentido. Los grandes desafíos colectivos exigen un grado de disciplina y unidad de propósito para funcionar. Y ya que las ideologías y todo su imaginario militante están muertas, por más que algunos reciclen su estética con fines promocionales, lo que se abrió camino fue la fragmentación identitaria. Un ensimismamiento del ser, que pasa a ser militante de su diferencia. Este proceso fue empujado, por cierto, por las dinámicas de mercado que, en pos de acelerar la circulación del capital, incentivan un estado de permanente definición y diferenciación identitaria. Una adolescencia eterna.

La política identitaria es parasitaria: su posición es demandar eternamente reconocimiento -y recursos de todo tipo- por parte del orden social huésped. No tiene visión de conjunto, sino intereses estrechos que promueve desde el activismo permanente. Esta competencia por capturar reconocimiento ha llevado, a su vez, a un torneo victimista: quien logre mejor reivindicar la posición de vulnerado podrá capturar más recursos. La ironía es que parte clave de ser realmente víctima es experimentar grandes dificultades para poder hacerse visible como tal. Luego, los victimistas más exitosos suelen ser personajes acomodados dedicados al rentismo moral. Es parte de lo que el youtuber César Huispe pone sobre la mesa en su fulminante análisis de la serie de Amazon Prime La Jauría, dirigida por Pablo Larraín.

Los activismos identitarios tratan el orden institucional huésped como piñata: le pegan a ver qué cae. Hay dependencia, pero no lealtad, respecto a él. Esto conlleva la decadencia del orden compartido, lo que enfrenta a los grupos identitarios a la misión de tratar de mantener vivo el organismo huésped. Sin embargo, tal tarea es imposible desde sus lógicas autorreferentes. La Convención Constitucional, que ha sido una especie de gran feria del victimismo estratégico, nos ha dado una valiosa lección al respecto: los activistas de lo propio son incapaces de pensar en términos públicos. Su única pregunta y preocupación es qué tajada le toca a cada lote. Luego, su propuesta final es más una desconstitución -una repartija- que un orden alternativo con expectativas de funcionar. Al octubrismo no le da para más.

La crisis política que hoy vive el gobierno tiene su origen ahí mismo. La izquierda liderada por el Presidente Boric es una precaria asociación de activismos identitarios. No tienen visión de país ni de Estado, y se nota. Es un eterno alimentar clientelas victimistas, pero inconsistente y carente de horizonte. El gremio de apaleadores de la piñata se hizo del gobierno de la piñata, pero no tienen idea de qué hacer con ella. Luego, siguen actuando como “movilizados”. Están todavía en modo demanda, cuando les toca ofrecer respuestas.

Para peor, esta parálisis degenerativa es un lujo que no podemos darnos. El mundo está entrando desde 2020 en un proceso de reconfiguración política que, si nos agarra mal parados, nos mandará al basurero. Y los desafíos de adaptación al cambio climático no aguantan más atrasos. Si no logramos unidad de propósito luego en torno a objetivos estratégicos claros, Chile se convertirá rápidamente en un Estado fallido: se romperá la máquina.

¿Cómo superar esta situación? La derrota en las urnas de la propuesta constitucional octubrista es un paso clave, pues le dará una oportunidad de salida de la trampa identitaria a Gabriel Boric, permitiéndole pararse como Presidente de todos los chilenos -con los dos pies firmes en su versión de segunda vuelta-, en vez de como pastor de activismos dispersos. Será libre para conducir la búsqueda de amplios y pragmáticos acuerdos políticos sobre lo común y lo compartido. Y celebrará el 18 en un país con, al menos, ganas de seguir existiendo como tal.
“Somos, en cierta manera, continuadores del Siglo XVIII, el Siglo de las Luces, solo que nuestro pretendido iluminismo es más amplio, más complejo, más confuso y, al mismo tiempo, menos inteligente.” Fernando Villegas.

Ven, querida, y desmontemos juntos nuestras narrativas y relatos más intrincados.

Abandonemos, de una vez por todas, la lógica del divide et impera

Destruyamos la vil carcasa de la ideologización.

Ven, y cuestionemos el dogma que nos mantenía escindidos de por vida.

A menos que aún creas en el fondo de la Madriguera del Conejo

O en la Gran Conspiración detrás del teatro del mundo.

jueves, 21 de julio de 2022

“Es hora de la verdad”. “Este proyecto no me gusta para nada”, Cote Evans.

“Yo voté que NO en la consulta del 76, que NO en el plebiscito del 80, que NO en el 88, voté por Aylwin, Frei, por Lagos, voté las dos veces por Bachelet, no soy de derecha y he hecho todos los esfuerzos para que me guste este proyecto de Constitución, no me gusta para nada, no pone en el acento en las urgencias del país, falta de trabajo y pobreza. (…) ¿Cuándo ha habido un plan nacional del trabajo, una lucha contra la pobreza?, esos dos son los temas fundamentales de Chile y todos los sectores políticos no le han dado pelota. (…)

(…) Al Gobierno le conviene que gane el Rechazo, si el Gobierno pretende tener un plazo mayor de cuatro años. La interpretación de la votación de Boric en segunda vuelta era que la antorcha pasaba a una nueva generación, por lo que este Gobierno no se piensa de cuatro años… Si gana el Apruebo, el Gobierno sentirá que sus ideas no son para cuatro años. Esto no quiere decir que se quiera reelegir, porque no está considerado, pero con la opción Apruebo es más difícil que un proyecto de más de cuatro años sea viable.”

miércoles, 20 de julio de 2022

"Es hora de la verdad": La verdad sobre las izquierdas indigenistas (fragmento), José Rodríguez Elizondo

Divide et impera

Tras la debacle global de los partidos políticos, el trío izquierdas / centros / derechas dejó de ser lo que era. En Chile, al menos, el pensamiento político emana de los columnistas de medios y la política real se ejecuta al ritmo de las redes sociales y los matinales de la tele. Quizás por eso, los extremistas antagónicos suenan tan parecidos.

Como efecto inmediato, el sistema democrático ya no tiene quien lo defienda de manera eficiente. Está cayéndose de la cornisa y algunos piensan que, para salvarlo, debiéramos habilitar gobiernos de unidad nacional, con un programa que, en rigor, sería un puñado de evidencias maltratadas.

Entre ellas: desarrollo ecológicamente sustentable, reducción de las desigualdades socioeconómicas, reconocimiento de los pueblos originarios, integridad del Estado nacional, independencia colaborativa de los poderes públicos, normalización de la relación civil-militar, mejor relación posible con los países vecinos, homologación de oportunidades para las mujeres, inteligencia para combatir el narcotráfico, igualdad ciudadana ante la ley, cultura de la alternancia y aplicación sin sesgo de los derechos humanos.

El problema es que, para demasiados, ya es demasiado tarde. Los jóvenes dirigentes de las nuevas izquierdas y sus maduros asesores intelectuales no están ni ahí con la unidad nacional. Presumen que los condena a la derrota electoral permanente, pues los equilibrios constitucionales -esos que defienden quienes saben lo que es perder la democracia- garantizan la mantención del statu quo. Además, saben que el fracaso de los guerrilleros castro-guevaristas, el esperpéntico sandinismo conyugal y los millones de emigrantes del chavo-madurismo, son disuasivos demasiado potentes en cualquier país que elija a sus representantes con libertad.

Desde esa realidad los jefes de las nuevas izquierdas están ejerciendo una opción audaz: en vez de enfrentarse a una nación unida en la diversidad de sus componentes, postulan dividirla en una pluralidad jurídico-constitucional de naciones. Para ese efecto, levantan el eslogan de la refundación y prometen el pago de una “deuda histórica” a los pueblos que habitaban nuestros territorios antes de la llegada de los españoles.

Lo que quizás no previeron, es que esa opción tiene un lado oscuro. Induce a rebobinar la historia, desconocer los héroes y emblemas republicanos, tolerar desfogues destructivos, abrir mejores espacios para la delincuencia, reconfigurar los mapas y, en definitiva, reemplazar el singular interés nacional por los plurales e inmanejables intereses identitarios.


La nueva clase

Parece obvio que estamos ante el viejísimo tema de dividir para reinar, que ya estaba en las tesis de Lenin por lo menos desde 1914. Aludiendo a los que llamaba “Estados abigarrados”, propios de los imperios en guerra, el gran teórico bolchevique dictaminó que el derecho de las naciones a su autodeterminación implicaba el separatismo. Agregó que, “sin jugar a definiciones jurídicas”, ese proceso debía ser funcional a la revolución proletaria y concluir con la formación de Estados nacionales independientes.

Lo complicado, para las actuales izquierdas antisistémicas, es que a) la economía posindustrial y la implosión soviética liquidaron la posibilidad de una revolución socialista con base obrera y b) los comunistas chinos hoy están compitiendo con éxito en todos los mercados capitalistas. A partir de tal cambiazo en la teoría, sus intelectuales orgánicos han producido conclusiones “revisionistas”, entre las cuales las siguientes cuatro: 1) ya no cabe soñar con la utopía marxiana sobre un porvenir radiante con base obrero-industrial, 2) una revolución de nuevo tipo exige una nueva fuerza social marginalizada, 3) esa fuerza está en los pueblos originarios desde inicios de las repúblicas y 4) el principio del “buen vivir” arcaico, propio de esos pueblos, debe imponerse a los desmadres del consumismo neoliberal y antiecológico.

Un detalle adicional: como en política los hechos generan las teorías, aquí no estamos hablando de elucubraciones en el aire. El modelo previo ya existía y estaba en el corazón de América Latina.


Modelo altiplánico

Aunque imperfecto y precario, el modelo es el Estado Plurinacional de Bolivia, con base en la hegemonía demográfica de sus pueblos indígenas, la Constitución de 2009 y la autopercepción de Evo Morales como legatario -diríase que por default- de Fidel Castro y Hugo Chávez.

Los éxitos que se autoadjudica Morales están a la vista. Emergió como líder indígena con el apoyo de la población indígena, se aferró al poder por más tiempo que cualquier predecesor e instaló una Constitución que no sólo define a su país como una nación de naciones. Además, confiere a sus jefes de Estado una potestad supranacional: desconocer, unilateralmente, cualquier tratado que bloquee a Bolivia una salida soberana al mar. Se subentiende que alude al tratado chileno-boliviano de 1904 y al chileno-peruano de 1929.

Y así como Castro delegó en el politólogo francés Regis Debray la escrituración de su proyecto guerrillero continental, Morales encontró su intelectual funcional en su exvicepresidente y sociólogo Álvaro García Linera. Fue éste quien le adaptó y glosó las tesis de la plurinacionalidad regional, expuestas en el párrafo anterior, con su apéndice marítimo.
Principio de ejecución

En 2015, una editorial chilena publicó y presentó en Chile un libro de García Linera, con una actualización de las tesis mencionadas y un anexo en el cual el autor explica por qué nuestro país debe ceder a Bolivia “un pequeño espacio soberano (…) para la resolución del tema marítimo”. El libro se titula Comunidad, socialismo y estado plurinacional y sus editores lo prologaron con una explicación sorprendente: “Bolivia es, hoy, uno de los más importantes centros generadores de teoría y conocimiento político en el mundo”.

Seis años después, tras perder Bolivia la demanda contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia, relacionada con ese tema, Morales (expresidente a su pesar), quiso promover una “América Latina plurinacional” desde el Cusco. Tuvo el apoyo silente del presidente peruano Pedro Castillo, pero fue bloqueado in actum por los más distinguidos excancilleres y exvicecancilleres peruanos, encabezados por Allan Wagner. Estos lo acusaron de atentar contra la soberanía nacional y de querer desmembrar al Perú con un objetivo propio: obtener litoral marítimo soberano para Bolivia, vía comunidades aymaras.

Lo que no dijeron esos diplomáticos de alta escuela -pero sin duda sabían- es que Morales pretendía liquidar el tratado chileno-peruano de 1929, que garantiza la contigüidad geográfica entre ambos países.


Resumiendo

Las izquierdas plurinacionalistas, refundacionales e indigenistas que hoy pretenden prevalecer en la región, tienen un modelo en Bolivia, una Constitución afín en Ecuador y ahora tratarán de captar las simpatías de Gustavo Petro, exguerrillero y Presidente electo en Colombia. En paralelo, han hecho sonar las alarmas en Argentina, sobre un eventual efecto-demostración con base en su territorio habitado por mapuches.

En Chile, pese a que sólo las comunidades mapuches tienen una densidad demográfica apreciable (un 10% aproximado), está en trámite un proyecto de Constitución que recoge las tesis plurinacionalistas e indigenistas antes reseñadas. De hecho, las autoridades oficiales, los convencionales constituyentes y los medios han ignorado aquello que detectaron ipso facto los diplomáticos peruanos: que esas tesis pueden afectar el estratégico tratado de 1929 y, por añadidura, el de 1904 con Bolivia. Es un tema que sólo han tocado algunos excancilleres (mención para Soledad Alvear y Teodoro Ribera), presuntos expertos y la organización Amarillos por Chile, liderada por el prestigioso intelectual Cristián Warnken.

Visto lo cual, alguien debiera tuitear en las redes algunos pensamientos del peruano José Carlos Mariátegui, el marxista indigenista mayor de América Latina. En especial, aquel que advierte contra pasar del prejuicio de la inferioridad de los indígenas al extremo opuesto: “el que la creación de una nueva cultura americana será esencialmente obra de las fuerzas raciales autóctonas”.

Leerlo sería sorprendente para los románticos de la “hoja en blanco” y para quienes han dejado entibiar sus sentimientos patrios. De paso, podría hacerlos pensar que, en vez de refundar el país, lo que se necesita es refundar los partidos políticos que no atinaron a defender la democracia.

La poesía luciferina de Karl Marx

“Pues un Dios ha arrebatado de mí todo

En la maldición y tormento del destino,

Todos sus mundos se han ido irrevocablemente.

Solamente me resta la venganza.

Construiré mi trono en las alturas,

En una cumbre inmensa y fría.

Por su baluarte –supersticioso espanto.

Por su alguacil –la más negra agonía.”


Invocación de un desesperado.



“Los vapores infernales suben y llenan la mente,

Hasta que enloquezco y mi corazón es totalmente cambiado.

¿Ves esta espada?

El Príncipe de las Tinieblas Me la vendió.

Para mí marca el compás, y da las señales.

Cada vez con más osadía, toco el baile de la muerte.”


El violinista.



“Con desdeño arrojaré mi guante

En la misma cara del mundo,

Y veré el colapso de este pigmeo gigante

Cuya caída no ahogará mi ardor.

Entonces vagaré como un dios victorioso

Entre las ruinas del mundo

Y, dando a mis palabras fuerza activa,

Me sentiré igual al Creador.”


Orgullo humano.


¿Los versos de algún escritor maldito desconocido en la línea de Rimbaud o Baudelaire? ¿Las líricas oscuras y blasfemas de alguna banda underground de Thrash, Death o Black Metal? Nada de eso: los poemas de juventud de Karl Marx. Un descubrimiento que viene tan duro y evocativo como un trago de absenta. Poemas, por cierto, muy envolventes en su cualidad transgresora.

Según Robert Payne, “la furia poética de Marx recuerda el Mefistófeles de Goethe”. En efecto, hay quienes han visto en este “odio romántico” un afán de desacralización por medio de la ideología política. Paradójico que el “marxismo científico” haya nacido de un alma tan llena de pasión y de romanticismo, en su sentido original, decimonónico. Tenemos, con estos poemas perdidos, al Marx completo, un hijo de su época y, en cierta manera, el padre de una idea que aún se disputa el poder con voluntad luciferina.
¿Y qué pasaría si te dijera, querida, que todo fue una pura mascarada y que hay mucha más opacidad tras el tejido de los sueños?

¿Qué detrás de los ideales que seguimos con tanta insistencia, estaban los mismos que financiaron el sistema que combatimos?

¿Que aquellos rebeldes que creímos incorruptibles, escondían su propia agenda secreta y servían a intereses todavía ocultos al profano?

¿Que detrás de cada supuesto despertar se sobrepuso otra ilusión que procuraba mantenernos en un estado de sonambulismo, divorciados de la propia consciencia?

martes, 19 de julio de 2022

Carlos Marx y Satanás, José Ignacio del Castillo

Robert Payne, en su biografía del autor de Das Kapital, había sacado ya a la luz algunos alucinantes textos del joven Marx como Oulanem o El Violinista. La inquietante novedad de la tesis del libro de Wurmbrand fue descubrir que probablemente Marx jamás abandonó sus lazos con el satanismo.

No sólo Wurmbrand es de esa idea. El insigne economista e historiador de las ideas Murray Rothbard (Historia del Pensamiento Económico, vol. II) incluye a Marx dentro de la tradición gnóstica: Marx creía tener poder para descubrir el mensaje escondido que contiene las intenciones del Destino. Algo que en la tradición gnóstica sólo las mentes iluminadas serían capaces de descifrar. Existe un conocido vínculo entre las tradiciones gnósticas y ocultistas. Aleister Crowley, el más famoso nigromante satánico del siglo XX, definía en Magic Theory and Practice el ocultismo como “el arte de causar que el cambio ocurra conforme a la voluntad” o dicho más llanamente el poder de controlar mentes y sucesos ajenos por la intención.

Es difícil saber si Marx alcanzó tal grado de megalomanía o si siquiera estaba familiarizado con esa idea. Lo que sí sabemos es que siendo joven escribió un poema titulado El Violinista en el que parece ya estar al corriente de algunos de los rituales satánicos:

“Mira esta espada: me la vendió el Príncipe de las Tinieblas,
porque él marca el tiempo y traza los signos.
Con furia creciente toco la danza de la muerte...”

Wurmbrand concede especial significado a estos versos. En los rituales de los adeptos más implicados en el culto satánico, el candidato compra una espada hechizada que garantiza éxitos, firmando a cambio y con sangre propia, un contrato por el que se entrega el alma al diablo después de la muerte.

Y en su tragedia Oulanem, que literalmente significa Anticristo (las letras de Manuelo –el Salvador, el Cristo– puestas en orden inverso) Marx habla por voz de su protagonista:

“¡Destruido! ¡Destruido! ¡Mi tiempo ha terminado!
Pronto estrecharé a la eternidad en mis brazos y pronto proferiré gigantescas maldiciones contra la humanidad. ¡Ah! ¡La eternidad! Es nuestro eterno dolor, indescriptible e inconmensurable muerte, vil artificialidad para burlarnos a nosotros (...)

Ahora aparece un hombre, dos piernas y un corazón, con poder para pronunciar maldiciones vivas. ¡Ah, tengo que atarme a una rueda de llamas y bailar gozoso en el círculo de la eternidad! Si existe Algo que devora, saltaré a su interior, aunque destruya el mundo...

Destrozaré con permanentes maldiciones, el Mundo que se interpone entre mí y el Abismo. Rodearé con mis brazos su dura realidad: Al abrazarme, el mundo morirá sin un quejido, y se hundirá en la nada más absoluta. Muerto, sin existencia... ¡eso sería realmente vivir!(...)

Nosotros somos los simios de un Dios indiferente. Y no obstante mantenemos muy cálida a la víbora con absurdo esfuerzo, en el abierto regazo del amor, que trata de alcanzar la Imagen Universal ¡y se ríe de nosotros desde las alturas!”

Marx tenía 18 años cuando escribió estos versos. ¿Fueron sólo un desvarío de juventud? Las pruebas que siguen aportando Wurmbrand y Payne parecen contradecir tal hipótesis. Poco tiempo después escribe:

“He perdido el cielo,
ahora con seguridad.
Mi alma una vez fiel a Dios
ahora va seguramente directa al infierno”

Marx no tardaría en saltar de las palabras a la acción. Introducido al socialismo por su mentor Moisés Gess en 1841, se implica rápidamente en actividades subversivas y terroristas combinando la pluma con las bombas. Pocos campos mejores que este para luchar contra Dios pudo pensar el joven Marx. El propio Gess debió advertirlo al escribir en una carta a un tal B. Auerbasch en 1841: “Marx es probablemente el más grande filósofo de la actualidad. El Dr. Marx es todavía muy joven (24 años); propinará el golpe definitivo a la religión y a la filosofía tradicionales...”

Pero, ¿vendió realmente Marx su alma a Lucifer a cambio del poder para transformar el Mundo y llevarlo hasta el mismísimo abismo? Parece ser que al menos, eso es lo que él creía. Su hija Eleanora Marx (El Moro y el General-Memorias de Marx y Engels) relata que siendo niños, su padre les contaba recurrentemente el cuento de un tal Hans Rekle. Una historia que se prolongaba interminablemente durante meses y parecía no tener final. Hans Rekle era un mago, propietario de una tienda de juguetes, cargado de deudas. Pese a ser un mago andaba constantemente necesitado de dinero. Tanto que se veía obligado a ir vendiendo sus preciosos juguetes, uno por uno, al diablo. Eleanora cuenta que eran historias tan terribles y realistas que a menudo ponían la piel de gallina.

En “El desconocido Karl Marx”, Robert Payne escribe que es prácticamente imposible no ver en Hans Rekle al propio Marx. Basta con sustituir los juguetes del mago Rekle por los niños de Marx para que todo se entienda. Así describía su mujer Jenny la muerte de sus hijos Edgar y Franziska: “Mi pobre pequeño Edgar saltó a mi encuentro con su carita alegra. No disfrutaría mucho de sus caricias. En noviembre (de 1850), el pobre niño sufrió de convulsiones causadas por una inflamación pulmonar.. Mi dolor fue enorme. Era el primer hijo que perdía. No me imaginaba entonces las otras penas que me esperaban y que harían insignificantes todas las penas pasadas” (...) “En pascua de 1852, nuestra pobre Franziska cayó enferma aquejada de una grave bronquitis. Durante tres días la criatura lucho con la muerte. Sufrió mucho. Su pequeño cuerpo descansaba en la habitación trasera; todos nos fuimos a la habitación de delante y cuando anocheció colocamos nuestros colchones en el suelo, con los tres niños a nuestro lado y todos lloramos por el pequeños ángel que yacía sin vida allí al lado. La muerte de nuestra hija ocurrió en nuestra época de mayor pobreza".

Por otra parte Arnold Kunzli en su libro “La psicografía de Marx” explica la culpabilidad del ideólogo de Tréveris en el suicidio de dos de sus hijas y uno de sus cuñados. Eso aparte de que otra de sus hijas, Laura, tras enterrar a sus tres hijos se quitó la vida junto a su marido.

Marx jamás desempeñó trabajo fijo remunerado alguno. Eligió la vida de revolucionario profesional. Se dedicó, primero a la subversión terrorista, y después a la propaganda y el activismo político en favor del comunismo y el ateísmo. Poco le costaría comprender que sus “hijos-juguetes” criados entre la pobreza y el desvarío estaban siendo la moneda de cambio de su compromiso con la destrucción.

En 1841 Moisés Gess había escrito de Marx que él iba a ser quien propinará el golpe definitivo a la filosofía y la religión tradicionales. Algo después, Heinrich Heine, que había coqueteado con el comunismo durante unos meses (tiempo suficiente para conocer bien a Marx y a otros exiliados alemanes en París), describía a los comunistas como “una multitud de dioses ateos y autodesignados” y auguraba: “El futuro huele a cuero, sangre, ateísmo y muchos azotes. Yo aconsejaría a nuestros nietos que nacieran con una gruesa epidermis bajo la espalda”

Si de joven Marx se dedicaba a bramar maldiciones contra el mundo, de adulto lo encontramos metido en faena. En marzo de 1850 redacta junto con Engels un documento titulado “Plan de acción contra la democracia” en el que esboza un programa revolucionario de terrorismo, incitando al asesinato de las cabezas coronadas, la destrucción de monumentos públicos y una alianza entre el proletariado y la pequeña burguesía que más tarde sería eliminada por el proletariado.

Poco después Marx, Engels, von Willich, G.J. Harney y Adam Vidil firman un acuerdo para formar una Sociedad Universal que tome el poder en los Estados alemanes, Gran Bretaña y Francia. Robert Payne aporta en su libro un informe de un confidente policial que asiste a las reuniones del grupo y que viene a confirmarnos las inclinaciones reales del propia Marx: “La sociedad B es la más violenta. En su seno se enseña y discute formalmente el asesinato de príncipes. En una reunión celebrada anteayer y que fue presidida por Wolf y por Marx oí gritar a uno de los oradores ‘La estúpida inglesa tampoco escapará a su destino. Las mercancías de acero inglesas son las mejores, aquí las hachas se afilan especialmente bien y la guillotina espera a las cabezas coronadas’ (...) Se fijó el mes de mayo o junio para dar el golpe principal en París”. Las prácticas terroristas quedan todavía más claras a continuación: “La gran asociación comunista Bund (Liga) se extiende por gran parte de Europa. Marx, Wolf y Engels son los jefes para Prusia. Este Bund dirige en Prusia unas trescientas sociedades de trabajadores en cada una de las cuales no más de una décima parte son miembros del Bund. (...) Otra característica notable es la disposición de que cuando algún miembro de las sociedades ha de comparecer ante un tribunal de justicia se espera de todos los miembros de su sociedad cometan perjurio y declaren su inocencia. De este modo, dice la carta, fue absuelto el individuo que atentó el año pasado en el Rin contra la vida del rey de Prusia y que recibía instrucciones de París y Colonia.”
Sabido es que cuando el movimiento se diluye, Marx se lanza a elaborar una torpe coartada teórica que dé cierto barniz científico a la subversión. No sólo eso. También por entonces redacta la famosa frase. “La religión es el opio del pueblo” que con el correr del tiempo y la repetición incesante de sus propagandistas, acabaría por convertirse en el más grande tabú que jamás ha existido para alejar al hombre de su innata inclinación religiosa. ¿Casualidad? Eso podríamos pensar si al menos Marx hubiese sido consistente en ese punto. Sin embargo, Wurmbrand aporta un testimonio final asombroso. El del Capitán Reese, un discípulo de Marx que al conocer la muerte de su maestro fue a Londres a visitar la casa donde éste había vivido. Al llegar a Londres, la familia Marx ya había abandonado el edificio, así que el capitán sólo fue capaz de hablar con la sirvienta que vivió en el mismo edificio: “Marx estaba aterrado con Dios. Durante su grave enfermedad solía rezar sólo en su habitación frente a unas velas encendidas y con una especie de cinta alrededor de su cabeza”. Wurmbrand considera que aunque tales cintas pueden recordar a las filacterias judías, dado que los judíos no rezan ante las velas y que Marx era un autodeclarado ateo, es más que probable que los amuletos tuviesen algo que ver con ritos ocultistas. Un indicio más de que pudo existir una agenda oculta en la vida de Karl Marx. La incógnita sigue sin despejarse.

Marx: el satanista (última parte), Ramón Fonseca Mora

Marx comenzó con ambiciones artísticas. Sus dramas y poesías son importantes por cuanto revelan el estado de su corazón, pero careciendo de valor literario, no han recibido reconocimiento. La falta de éxito en pintura y arquitectura nos dio a un Hitler. En drama, a un Goebbels. En filosofía, a un Rosemberg. Parece que Marx abandonó la poesía por una carrera de revolución llevada a cabo en nombre de Satanás en contra de una sociedad que no apreció su poesía. Es concebible que este sea uno de los motivos de su rebelión total. Ser menospreciado como judío podría haber sido otro.

Dos años después de que su padre expresara su preocupación, en 1839 el joven Marx escribió: “Diferencia entre la filosofía de la Naturaleza de Demócrito y Epicuro”, en cuyo prefacio se identifica con la declaración de Esquilo: “Odio a todos los dioses”. Esto corrobora que Marx estaba en contra de todos aquellos dioses en la tierra y en el cielo que no reconozcan la autoconciencia humana como deidad suprema.

Marx fue un enemigo declarado de todos los dioses, un hombre que había comprado su espada al príncipe de las tinieblas al precio de su alma. Manifestó como su objetivo el arrastrar a toda la humanidad al abismo y seguirla, riéndose a carcajadas.

¿Había Marx realmente comprado su espada a Satanás? Su hija Eleanor cuenta que Marx contaba muchos cuentos, a ella y a sus hermanas, cuando eran niñas. Su favorito era uno sobre un tal Hans Rockle. Dice ella: “Contar este cuento tomaba meses y meses, porque era un cuento muy largo, que no tenía fin. Hans Rockle era un brujo que tenía una tienda de juguetes y muchas deudas. A pesar de ser brujo siempre estaba en dificultades económicas. Por lo tanto tenía que vender, contra su voluntad, todas sus cosas hermosas, una a una, al Diablo… Algunas de sus aventuras eran tan horripilantes que nos paraban los pelos de punta”. ¿Es normal que un padre le cuente a sus hijitos historias horripilantes sobre la venta de los tesoros más queridos que uno posee al Diablo? Robert Payne, en su libro Marx, también recuenta este incidente detalladamente, según fuera contado por Eleanor; de cómo el infeliz Rockle, mago, vendió los juguetes con renuencia, conservándolos hasta el último momento. Pero como había hecho un pacto con el Diablo, no tenía forma de evitarlo. Este biógrafo de Marx continúa: “Casi no hay dudas de que aquellas historias interminables eran autobiográficas. Él tenía una visión diabólica del mundo, una malevolencia diabólica. A veces parecía estar consciente de estar realizando las obras del Diablo.”

Cuando Marx terminó Oulanem y sus otros poemas primeros, en los cuales escribió respecto a tener un pacto con el Diablo, no pensaba todavía en el socialismo, al que inclusive había combatido. Marx era editor de un periódico alemán, Rheinische Zeitung, el cual anunciaba que “no le concede ni siquiera validez teórica a las ideas comunistas en su forma presente, mucho menos desea su realización práctica, la cual de todos modos considera imposible… A los esfuerzos de las masas para llevar a cabo sus ideas comunistas se les puede responder con un cañón, tan pronto como éstas se vuelvan peligrosas…”.

Después de alcanzar esta etapa de su pensamiento, Marx conoció a Moisés Hess, el hombre que desempeñó el papel más importante en su vida, y quién le hiciera abrazar el ideal socialista. En adelante, Marx no habló mucho en público sobre la metafísica, pero conocemos sus puntos de vista a través de los hombres con quienes se asociaba.

Uno de sus compañeros en la Primera Internacional fue Mikhail Bakunin,anarquista ruso, quién escribió:“… aquí entra Satanás, el eterno rebelde, el primer librepensador y emancipador de los pueblos. El hace que el hombre se avergüence de su ignorancia y obediencia bestiales. Él lo libera, le estampa en su frente el sello de la libertad y humanidad, urgiéndole a desobedecer y a comer el fruto del conocimiento”. Bakunin hace más que alabar a Lucifer. Tiene un programa concreto para la revolución, pero ninguno que pueda liberar a los pobres de la explotación. Escribe: “En esta revolución tendremos que despertar al diablo en las gentes, para provocar las pasiones más bajas”.

Karl Marx fundó la Primera Internacional junto a Bakunin y respaldaba este extraño programa. Bakunin revela que Proudhon, otro importante pensador socialista, y por aquel tiempo amigo de Karl Marx, también “adoraba a Satanás. Hess le había presentado a Marx a su amigo Proudhon, quien, al igual que Marx, también usaba el estilo cabelludo y de barba típico de la secta satanista del Siglo XIX, de Joanna Southcott.

Proudhon, en “filosofía de la miseria”, declaró que Dios es el prototipo de la injusticia: “Alcanzamos conocimiento a pesar de Dios. Alcanzamos la sociedad a pesar de Él. Cada paso de avance es una victoria en la cual vencemos al Divino”. Proudhon exclama: “Ven, Satanás. Calumniado por los pequeños y por los reyes. Dios es estupidez y cobardía; Dios es hipocresía y falsedad; Dios es tiranía y pobreza; Dios es maligno. Cuando la humanidad se inclina ante un altar, la humanidad, esclava de reyes y sacerdotes, será condenada… Juro, Dios, con mi mano extendida hacia los cielos, que tú no eres más que el verdugo de mi razón… Dios es esencialmente anti-civilizado, anti-liberal, anti-humano”. Proudhon declara que Dios es maligno porque el hombre, su creación, es maligno. Tales pensamientos no son originales. Son el contenido usual de los sermones en los servicios de adoración satánica.”

Paremos aquí. Hay mucho más que escribir, pero creo que lo copiado arriba de lo escrito por Richard Wurmbrand en “La otra cara de Marx o Fue Marx un Satanista?” es suficiente para abrir el apetito a algunos lectores interesados en el tema para que investiguen más acerca de quién en verdad era Karl Marx y con quienes se alió para lograr las grandes tragedias en los dos siglos precedentes. Hablamos de decenas de millones de refugiados, deportados y muertos….

Marx, una vez que se lanzó por el camino socialista cerró su interior y no escribió nada más sobre su motivación. Pero los poemas y dramas son ventanas a lo profundo de los seres humanos. Como creo que dije antes, el poeta condensa en pocas palabras la intensidad y profundidad de sus emociones más sinceras y reales. Cuando leí sus poesías y dramas, me asomé al interior de Karl y no me gustó lo que vi. Por eso lo comparto aquí. Para que nos demos cuenta de dónde vienen los socialistas que hoy intentan dominar el mundo a través de sus ideas de un solo gobierno e impuestos mundiales, entre otros. Ellos, sin que lo sepamos —y sin que muchos de ellos colocados en niveles inferiores sepan a quién en verdad sirven—, obedecen a un solo amo que se encuentra sentado en la cúspide de su pirámide.

Se equivocan quienes piensan que no adhiero al feminismo. Por supuesto que adhiero al feminismo, pero al feminismo de Esther Vilar y de Camille Paglia.
"Como dice Rafael Llopis: "Lovecraft expresó las vivencias que había por debajo de sus simpatías políticas y no estas últimas." Al revés, ciertas ideologías no son sino la frágil máscara de pulsiones mal disfrazadas."

lunes, 18 de julio de 2022

"Una ilusión que me hace feliz, merece una verdad que me lance al suelo", decía Philipp Mainländer. Por eso, el ejercicio crítico es desmitificador pero también descorazonador.
Cimentar el edificio de la creencia sobre las ruinas de la emoción.

domingo, 17 de julio de 2022

¿Chile despertó? ¿O está siendo soñado nuevamente por los poderes transnacionales?

sábado, 16 de julio de 2022

Y como ya me he cansado de tirarle palos al progresismo, aquí va un palo diferente, de parte de Mario Góngora, con el cual adhiero: “Los ideales tradicionalistas y nacionalistas de la primera hora, de la Declaración de Principios, han quedado relegados al olvido ante el materialismo económico ambiente, por lo demás común a todo el mundo de masas. La planificación ha partido de cero, contrariando o prescindiendo de toda tradición, lo que siempre trae consigo revanchas culturales. El neoliberalismo no es, efectivamente, un fruto propio de nuestra sociedad, como en Inglaterra, Holanda o los Estados Unidos, sino una ‘revolución desde arriba’, paradójicamente antiestatal, en una nación formada por el Estado.” Mario Góngora. Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile, siglos XIX y XX, Santiago, Ed. Universitaria, 1986
La violencia no es la partera de la historia: es la abortera.

viernes, 15 de julio de 2022

"Es hora de la verdad": La persistencia del fin, Max Colodro

Sea cual sea el resultado del plebiscito, a la mañana siguiente la sociedad chilena seguirá viviendo la espiral de polarización, violencia y deterioro político que la ha marcado a fuego en los últimos años. Porque mucho más que el remedio para sus males, el actual proceso constituyente vino a ser solo un síntoma, quizá el más perfecto y sublime, de ese quiebre que, desde hace muchas décadas, tiene a Chile espiritualmente partido en dos. Ahora incluso, de confirmarse el triunfo del Apruebo, dejaremos de ser una sola nación, consagrando una plurinacionalidad que reafirmará nuestras diferencias mucho más allá de lo político e ideológico.

De ganar el Apruebo, la puesta en marcha de la nueva institucionalidad tomará años, si es que no lustros. Implementar un conjunto de sistemas de justicia, consagrar un profundo reordenamiento administrativo y territorial, plagado de autonomías, será un desafío gigantesco. Baste como precedente el que hace ya dos gobiernos se estableció la “desmunicipalización” de las escuelas públicas, un proceso que está todavía lejos de poder concluir. Así, cada paso, cada etapa en la instalación de este nuevo orden, no solo será largo y difícil, será también motivo de nuevos desacuerdos. Tanto, que el ministro Jackson no descarta un periodo en que se deba gobernar por decreto. Ironía plena de reminiscencias.

De ganar el Rechazo, tendremos que seguir buscando fórmulas para encontrar algo que sabemos nunca va existir: consensos mínimos respecto al tipo de sociedad y modelo de desarrollo en que queremos vivir. Igual como lo fue la anterior, la nueva Constitución será por sobre todo el “acta de triunfo” de unos sobre otros, y los reacomodos posteriores tendrán siempre algo de revancha y de rendición. Porque no hay alternativa, cuando contemos los votos el próximo 4 de septiembre, confirmaremos que la posibilidad de la “casa común” nunca existió. Y por una razón muy simple: es demasiado grande el sector de la sociedad que jamás la ha querido.

Las decisiones que hemos tomado en los últimos años solo han confirmado esta voluntad mayoritaria. Por eso la sala de partos de este proceso constituyente no podía no estar saturada de violencia, plagada de expresiones de odio e intolerancia. Porque la nueva institucionalidad no vendrá a ponerle fin a la fractura que nos define, será más bien otra consagración. Ese es uno de los motivos por los cuales un triunfo del Rechazo en septiembre resulta tan contraintuitivo y tan a contracorriente. En rigor, todas las definiciones de este tiempo han ido en la dirección de confirmar el abismo, de persistir en el quiebre. Hoy sabemos que el Chile reconciliado de la transición nunca existió.

La dictadura intentó obligarnos a cantar una estrofa del Himno Nacional que los opositores no estábamos dispuestos a entonar. Ahora, damos un paso más, quizá el último y definitivo: vamos a confirmar que el proyecto de reconocernos todos en una sola “Nación Chilena” fue simplemente una larga ilusión.

La muerte de Chile (relato de ficción)

Cayó la noche. En algún rincón de un barrio enigmático, un pandillero fumaba copiosamente. Estaba esperando a alguien. Cuando terminó su último pucho, se dio una última vuelta por el lugar, hasta que divisó, a lo lejos, a la persona que esperaba. Era un sujeto bien vestido, con apariencia de nerd, que caminó lento pero nervioso hacia donde estaba el pandillero. Frente a frente, se miraron con frialdad.

–Aquí está lo que me pediste-, dijo el nerd, indignado, aunque con miedo, mientras le entregaba al pandillero un misterioso paquete.

De inmediato, el pandillero sacó del bolsillo de su chaqueta una gran faja de billetes y se las entregó al nerd.

–No creas que la wea va a ser tan fácil. Necesito que hagas algo más-, volvió a decir el pandillero.

El nerd guardó rápidamente el dinero y se puso todavía más nervioso.

-¿Qué tendré que hacer ahora?-, preguntó.

–Mira, te voy a dar otras lucas más, si pasas rápidamente hasta el otro lado de la calle, piola para que no te pillen los pacos, y le entregas esta caja a mi socio de la esquina. Eso sí, cuidadito con abrirla. Te voy a estar vigilando-.

En ese momento, el nerd supo realmente en lo que se había metido. Sin meditarlo, estaba a punto de tranzar otro pacto con el cancerbero. Su madre y su padre acababan de fallecer. Necesitaba plata fácil para pagar sus estudios. Pero nunca adivinó la gran tormenta de mierda que estaba a punto de caer encima de él.

Ante la petición del pandillero, el nerd se mostró dubitativo. El pandillero notó esto y, cual hiena oliendo a su presa, reaccionó a la desesperación de su tonto útil.

-Usted se metió en esto, compadrito. Nadie lo obligó-, le dijo al nerd, decidido.

-Yo llego hasta acá no más, compadre. Con esto es suficiente-, replicó, tímidamente, el nerd.

-A ver, a ver, a ver. No estoy nada jugando, compadrito-. El pandillero, sin más, sacó un cuchillo del bolsillo de su pantalón y se lo mostró.

-Más te vale que hagas este mandado, si no, no la contai, cabrito-.

El nerd, acorralado, miró hacia todos lados, esperando algún milagro, algún paco que pasara, alguien que llegara tarde por ese desolado rincón de la ciudad. Nada. Estaba completamente solo, frente a frente al cancerbero.

Cansado de su cobardía y de años de bullying, entonces, apretó los puños y la mandíbula y, en un acto reflejo, intentó abalanzarse sobre el pandillero, torpemente, fallando en el acto. El nerd cayó contra el asfalto, pegándose en la cabeza, y el pandillero lo levantó con violencia para que pudiera responder a su orden.

Durante unos segundos, el nerd vio pasar, a través de su consciencia, los recuerdos de su vida en la escuela, una vida marcada por el acoso y el agobio constante. Justo al final de ese recorrido de consciencia, vio una luz cegadora. Así, despertó de su letargo y recobró nuevas energías, para soltarse de las garras del pandillero y enfrentarlo.

–Por gente como tú, Chile está cagao-, dijo el nerd, indignado, aunque con miedo.

-¿Tú no entiendes nada, verdad?-, le respondió el pandillero. –Acá los negocios son negocios. Te falta calle. Chile es un negociado.-.

Al instante, el pandillero, al ver que el nerd no estaba dispuesto a ceder, sacó un arma.

-Ya, se acabó. Vai a tener que entender con fierro. No tengo tiempo, cabrito. Ya estai metido hasta las cachas-.

-Ok, ok, lo haré.

-Muy bien, cabrito, mira que esta hueaita ya no depende de nosotros. Sólo ándate por ese callejón, huevón-.

El nerd, choqueado, pensó para sí en lo tonto que fue y que siguió siendo. Se recriminó a sí mismo, retorciendo su consciencia, por su incapacidad para decir no. Tomó la caja del encargo que le dio el pandillero y siguió su camino, temeroso, por el callejón oscuro, mientras el cancerbero, vigilante, lo apuntaba de lejos.

Cuando llegó hasta el final del camino, encontró apoyado en un poste a otro pandillero. Era el que lo esperaba por el encargo. El nerd caminó hacia éste con la caja y se la entregó. El pandillero lo miró a los ojos con una mirada amenazante y luego esbozó una sonrisa de desprecio. Al darse cuenta de este gesto, nació en la mente del nerd un deseo salvaje de venganza, unas ganas de masacrar a quien lo despreciaba de esa manera, como todos los matones que también le hicieron la vida imposible en sus años de escuela. Pero, al saberse apuntado por el cancerbero, tuvo que tragarse la rabia y acatar las órdenes de este par de sujetos que hacían las veces de verdugos. Surgieron, sin embargo, nuevas fuerzas en el nerd y se atrevió a enfrentar al segundo pandillero.

-Por gente como ustedes, Chile está en el hoyo-, dijo el nerd, con sumo odio. 

El flaite, al escucharlo, comenzó a reírse y lo miró fijamente. En un instante, sacó un cuchillo de su chaqueta y lo apuntó contra el nerd.

-Así se hace, cabrito, muy bien. Saliste machito. Así que te vamos a recompensar-, exclamó el primer pandillero que ya estaba con ellos.

-¿Y la plata wn? Págame la wea, desgraciado-, gritó el nerd, furioso.

-Tranquilo, antes queremos darte una pequeña atención, por la paleteada-, dijo el segundo pandillero.

Abrió la caja del encargo y en ella había una bandera chilena, la cual escondía una bolsa llena de cocaína.

-Tómala, es tuya. Ya que tanto hablas de Chile.-, dijo el segundo pandillero, y le entregó la bandera chilena al nerd.

-¿Están bromeando? ¿Y mi plata?-, preguntó el nerd, cada vez más desesperado.

-Te equivocaste con nosotros, cabrito. Negocios son negocios-, replicó el primer pandillero, seguro de que su tonto útil tenía sus minutos contados.

Lo apuntó para poder liquidarlo en el acto, pero, en el preciso momento en que estaba a punto de jalar el gatillo, sonó una baliza. El nerd, sin pensarlo, aprovechó el descuido y salió corriendo con la bandera chilena, lo único que logró conseguir de aquel pacto con el cancerbero. Los pandilleros rápidamente persiguieron al nerd y arrancaron de la policía.

Durante más de cinco minutos de intensa persecución, el nerd creyó haber perdido a sus captores, pero uno de ellos alcanzó a divisarlo, en una de las esquinas de aquel barrio enigmático, y le disparó con certera precisión en toda la cabeza. Una muerte instantánea. El nerd se desplomó contra el asfalto de la realidad, por última vez. A su lado, estaba tirada la bandera chilena.

Al cabo de un rato, los pandilleros lograron ser capturados. El cancerbero observó a los lejos el cadáver del nerd, justo antes de ser empujado a la patrulla. Solo entonces, comprendió que la tumba de los libres permanecería abierta, para siempre.

jueves, 14 de julio de 2022

¿Y si en lugar de agudizar nuestras contradicciones, querida, destruimos en nosotros aquello que nos divide y nos diluye, volviéndonos un átomo de la masa?

miércoles, 13 de julio de 2022

Día del rock, reflexión reciclada del 2013:

Lester Bangs decía que el rock and roll murió el año 73 ¿Somos acaso los hijos huérfanos de una edad de oro eléctrica, sin lugar en el estrellato? Nos une un deleite subterráneo con ese ruido primordial, a la vez que un extravío con el asfalto seco de nuestra realidad ¿Dónde están los héroes? ¿Los viajes? ¿El silencio ardiente de las sirenas del rock? No somos sino un remix musical de nuestras vidas; no hay mejor educación que la de aspirar a ese remix y apretar play en medio de la confusión. Decía Bangs: "La verdadera música, no sólo el Rock & Roll, te escoge, vive en tu auto o vive sola, en audífonos, con los vastos puentes escénicos y coros angelicales de tu cerebro. Existe separada del vasto regazo benigno de Estados Unidos". Yo agregaría, existe separada del mundo real con todo su estado gris, sin demonios, ruidos ni colores.
La "hibris" se ha tomado la palabra y, con ella, el poder.
Polémica del día:

“Según Nietzsche en La genealogía de la moral, hay dos morales: la moral de los esclavos y la moral de los señores. En los últimos treinta años, los artistas chilenos se han dedicado a expandir y a difundir la moral de los esclavos. ¿Cuál es la moral de los esclavos? Todo lo odioso, lo oscuro, lo enfermo, lo degenerado, lo negativo ¿Y cuál es la moral de los señores? Todo lo saludable, lo hermoso, lo alegre, lo feliz. Y todos los artistas, durante los treinta años, se han dedicado a inyectar la moral de los esclavos, porque el marxismo crea esclavos, y esa es su función.”. Oscar Andrade.

martes, 12 de julio de 2022

¿Apruebo o Rechazo? ¿Doctor Jekyll o Señor Hyde?

Hay una bizarra imagen de América rebelde, un medio alternativo con una postura anticapitalista y antiimperialista, que compara el Apruebo o Rechazo con el personaje de Robert Louis Stevenson: El Dr Jekyll y Mr Hyde. ¿Por qué, dirán ustedes? Porque, para América rebelde, elegir entre Apruebo o Rechazo es elegir entre Jekyll o Hyde, o sea, en definitiva, uno y lo mismo. Para ellos, pensar que son dos personas independientes y diferentes es una ilusión. En definitiva, tanto el Apruebo como el Rechazo serían dos caras de la misma bestia, lo que redunda en considerar a la Nueva Constitución como un Caballo de Troya, otro continuismo del modelo, solo que con una faz más progresista. Ahora ¿qué hay de cierto en esta analogía? Depende. Si tomamos la postura anarco comunista de América rebelde, ellos claramente están más a la izquierda del PC y toda la camadilla del actual gobierno, por lo que apuntan directamente al quid del asunto: la estructura política del Estado, cooptado por la corporatocracia y la plutocracia aún vigente.

A partir de ese diagnóstico, perfectamente se pueden derivar tres posibilidades distintas: el Apruebo sin ilusión, el Rechazo o la abstención. La primera es la más intuitiva, porque viene de sectores que, si bien cuestionan la actual administración, prefieren la propuesta de la Constituyente a la vigente Constitución del 2005, la cual replica el modelo neoliberal que tanto odian. Sin embargo, dicha preferencia la hacen sin ninguna expectativa y con miras a movilizar una verdadera Asamblea Constituyente que sí tenga por objetivo "refundar Chile".

La segunda opción resulta un poco menos numerosa, pero viene empujada por un descontento generalizado hacia toda la clase política, y aquí se remarca especialmente la palabra “toda”, comprendiendo en este grupo también a los propios constituyentes, y su reputación cada vez más dañada, debido, en gran parte, a sus propios maximalismos ideológicos y su carencia de autocrítica a lo largo del proceso.

La última y tercera opción quizá sea la menos esperable, considerando que, para el plebiscito de salida, el voto será obligatorio, aunque, tomando en cuenta la histórica abstención del padrón electoral, sobre todo, la ocurrida en el plebiscito de entrada, puede que esa “mayoría silenciosa” vuelva a dar un golpe de cátedra con su fantasmal ausencia, pero, claro está, una ausencia sin forma, sin definición suficiente.

¿Qué cabe hacer, entonces, ante ese escenario? Si solo enfrentamos a un Dr Jekyll y Mr Hyde ¿Cuál de las dos caras es la oscura y cuál es la menos fea o la menos mala? ¿Por cuál de las dos caras decidirse? Fácil. Todo dependerá de la óptica y el cedazo simbólico de quien observe directamente el rostro dividido del personaje que hoy se pretende disputar el marco jurídico de la nación. Claramente, un reflejo de quien lo observa, ante la expectativa de sus propias máscaras y monstruos escondidos.

Mi tesis es la siguiente: el espíritu octubrista de disconformidad generalizada, aún latente en cierto sector de la ciudadanía, fue el que impulsó, muy a su pesar, el nuevo oficialismo, y también será el que, paradójicamente, lo desacredite, conformando una nueva oposición.

La peligrosa ciencia populista de Yuval Noah Harari, Darshana Narayanan

Current Affairs, 6 de julio de 2022

El autor más vendido es un narrador talentoso y un orador popular. Pero sacrifica la ciencia por el sensacionalismo, y su obra está plagada de errores.

***

Mire videos de Yuval Noah Harari, el autor del exitoso libro Sapiens: Una breve historia de la humanidad , y escuchará que le hacen las preguntas más asombrosas.

“Dentro de cien años, ¿crees que todavía nos importará ser felices?” — El periodista canadiense Steve Paikin, en “ The Agenda with Steve Paikin ”

“Lo que hago, ¿sigue siendo relevante y cómo me preparo para mi futuro?” — un estudiante de idiomas en la Universidad de Amberes

“Al final de Sapiens , dijiste que deberíamos hacernos la pregunta, '¿Qué queremos querer?' Bueno, ¿qué crees que deberíamos querer querer? — un miembro de la audiencia en TED Dialogues , Nacionalismo vs. Globalismo: La nueva división política

“Eres alguien que practica Vipassana. ¿Te ayuda eso a acercarte a la fuerza? ¿Es ahí donde te acercas a la fuerza? — el moderador en el Cónclave India Today 2018

La manera de hablar de Harari es suave, incluso tímida, en estos encuentros. En ocasiones, dice con buen humor que no posee los poderes de la adivinación, luego pasa rápidamente a responder la pregunta con una autoridad que hace que uno se pregunte si realmente los posee. Dentro de cien años es bastante probable que los humanos desaparezcan y que la tierra esté poblada por seres muy diferentes como cyborgs e IA, dijo Harari a Paikin, afirmando que es difícil predecir “qué tipo de vida emocional o mental tal”. tendrán las entidades”. Diversifica, aconsejó al universitario, porque el mercado laboral de 2040 será muy volátil. Deberíamos “querer querer saber la verdad”, anunció en la Conferencia TED. “Practico la meditación Vipassana para ver la realidad más claramente”, dijo Harari al Cónclave de India Today, sin siquiera esbozar una sonrisa ante lo absurdo de la pregunta. Momentos después, elaboró: “Si no puedo observar la realidad de mi propia respiración durante 10 segundos, ¿cómo puedo esperar observar la realidad del sistema geopolítico?”.

Si aún no está inquieto, considere: entre el rebaño de Harari se encuentran algunas de las personas más poderosas del mundo, y acuden a él como los antiguos reyes a sus oráculos. Mark Zuckerberg le preguntó a Harari si la tecnología se está unificando o fragmentando más a la humanidad. El Director Gerente del Fondo Monetario Internacional le preguntó si los médicos dependerán de la Renta Básica Universal en el futuro. El CEO de Axel Springer, una de las editoriales más grandes de Europa, preguntó a Harari qué deberían hacer los editores para tener éxito en el mundo digital. Un entrevistador de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) preguntóél qué efecto tendría COVID en la cooperación científica internacional. A favor de los edictos a medio formar de Harari, cada uno subvirtió su propia autoridad. Y no lo hicieron por un experto en ninguno de sus campos, sino por un historiador que, en muchos sentidos, es un fraude, sobre todo en la ciencia.

Los tiempos son difíciles y estamos, todos nosotros, buscando respuestas a preguntas literales de vida o muerte. ¿Sobrevivirán los humanos a las próximas oleadas de pandemias y cambio climático? ¿Nuestros genes contienen la clave para entender todo sobre nosotros? ¿La tecnología nos salvará o nos destruirá? El deseo de una guía sabia, una especie de profeta que salte audazmente a través de múltiples disciplinas para brindar respuestas simples, fáciles de leer y confiables, uniéndolo todo en historias interesantes, es comprensible. ¿Pero es realista?

Me asusta que, para muchos, esta pregunta parezca irrelevante. El éxito de taquilla de Harari, Sapiens , es una saga arrolladora de la especie humana, desde nuestros humildes comienzos como simios hasta un futuro en el que engendraremos los algoritmos que nos destronarán y dominarán. Sapiens se publicó en inglés en 2014 y, para 2019, se había traducido a más de 50 idiomas, vendiendo más de 13 millones de copias. Al recomendar el libro en CNN en 2016, el presidente Barack Obama dijo que Sapiens , como las Pirámides de Giza, le dio “un sentido de perspectiva” sobre nuestra extraordinaria civilización. Harari ha publicado dos éxitos de ventas posteriores : Homo Deus: una breve historia del mañana (2017) y 21 lecciones para el siglo XXI.(2018). En total, sus libros han vendido más de 23 millones de copias en todo el mundo. Podría tener el derecho de ser el intelectual más buscado del mundo, adornando escenarios a lo largo y ancho, ganando cientos de miles de dólares por cada presentación.

Hemos sido seducidos por Harari por el poder no de su verdad o erudición sino de su narración. Como científico, sé lo difícil que es convertir temas complejos en narraciones atractivas y precisas. También sé cuándo se sacrifica la ciencia al sensacionalismo. Yuval Harari es lo que yo llamo un “populista de la ciencia”. (El psicólogo clínico canadiense y gurú de YouTube Jordan Petersones otro ejemplo). Los populistas de la ciencia son narradores talentosos que tejen historias sensacionalistas en torno a "hechos" científicos en un lenguaje simple y emocionalmente persuasivo. Sus narraciones están en gran parte limpias de matices o dudas, lo que les da un aire falso de autoridad y hace que su mensaje sea aún más convincente. Al igual que sus contrapartes políticas, los populistas científicos son fuentes de desinformación. Promueven falsas crisis, mientras se presentan como poseedores de las respuestas. Entienden la seducción de una historia bien contada, que buscan incansablemente expandir su audiencia, sin importar que la ciencia subyacente esté distorsionada en la búsqueda de la fama y la influencia.

Hoy en día, la buena narración es más necesaria que nunca, pero también más arriesgada, especialmente cuando se trata de ciencia. La ciencia informa las decisiones médicas, ambientales, legales y muchas otras decisiones públicas, así como nuestras opiniones personales sobre qué tener cuidado y cómo llevar nuestras vidas. Las acciones sociales e individuales importantes dependen de nuestra mejor comprensión del mundo que nos rodea, ahora más que nunca, con la peste en todas nuestras casas y lo peor por venir con el cambio climático.

Es hora de someter a nuestro profeta populista, y a otros como él, a un escrutinio serio.

Esto puede resultar sorprendente, pero la validez fáctica del trabajo de Yuval Harari ha recibido poca evaluación por parte de académicos o publicaciones importantes. El propio asesor de tesis de Harari, el profesor Steven Gunn de Oxford, quien guió la investigación de Harari sobre "Memorias militares renacentistas: guerra, historia e identidad, 1450-1600", ha hecho un reconocimiento sorprendente: que su ex alumno esencialmente ha logrado esquivar el hecho -proceso de control. En el perfil de Harari de 2020 del New Yorker , Gunn supone que Harari —específicamente, con su libro Sapiens— “saltó” la crítica de expertos “al decir: 'Hagamos preguntas tan grandes que nadie pueda decir, Creemos que esto está mal y eso está mal. … Nadie es un experto en el significado de todo, o la historia de todos, durante un largo período”.

Aún así, probé mi mano en la verificación de hechos Sapiens , el libro que comenzó todo. Consulté a colegas en la comunidad de neurociencia y biología evolutiva y descubrí que los errores de Harari son numerosos y sustanciales, y no pueden descartarse como quisquillosos. Aunque se vende como no ficción, algunas de sus narraciones se acercan más a la ficción que a la realidad, todos signos de un populista científico.

Considere la “Parte 1: La revolución cognitiva”, donde Harari escribe sobre el salto de nuestra especie a la cima de la cadena alimenticia, saltando sobre, por ejemplo, los leones.

“La mayoría de los principales depredadores del planeta son criaturas majestuosas. Millones de años de dominio los han llenado de confianza en sí mismos. Sapiens, por el contrario, se parece más a un dictador de república bananera. Habiendo sido tan recientemente uno de los desvalidos de la sabana, estamos llenos de temores y ansiedades sobre nuestra posición, lo que nos hace doblemente crueles y peligrosos”.

Harari concluye que “ muchas calamidades históricas, desde guerras mortales hasta catástrofes ecológicas, han resultado de este salto demasiado precipitado”.

Como biólogo evolutivo, tengo que decir: este pasaje me pone los dientes de punta. ¿Qué hace exactamente a un león seguro de sí mismo? ¿Un rugido fuerte? ¿Un grupo de leonas? ¿Un firme apretón de manos? ¿La conclusión de Harari se basa en observaciones de campo o experimentos en un laboratorio? (El texto no contiene ninguna pista sobre sus fuentes). ¿Realmente la ansiedad hace que los humanos sean crueles? ¿Está dando a entender que, si nos hubiéramos tomado nuestro tiempo para llegar a la cima de la cadena alimenticia, este planeta no tendría una guerra o un cambio climático provocado por el hombre?

El pasaje evoca escenas de El Rey León : el majestuoso Mufasa mira hacia el horizonte y le dice a Simba que todo lo que toca la luz es su reino. La narración de Harari es vívida y apasionante, pero carece de ciencia.

A continuación, tomemos el tema del lenguaje. Harari afirma que "[muchos] animales, incluidas todas las especies de simios y monos, tienen lenguajes vocales".

He pasado una década estudiando la comunicación vocal en titíes, un mono del Nuevo Mundo. (Ocasionalmente, su comunicación conmigo implicaba rociar su orina en mi dirección). En el Instituto de Neurociencia de Princeton, donde recibí mi doctorado, estudiamos cómo surge el comportamiento vocal de la interacción de fenómenos evolutivos, de desarrollo, neuronales y biomecánicos. Nuestro trabajo logró romper el dogma de que la comunicación de los monos (a diferencia de la comunicación humana) está preprogramada en códigos neuronales o genéticos. De hecho, descubrimos que los bebés mono aprenden a “hablar”, con la ayuda de sus padres, de manera similar a como aprenden los bebés humanos.

Sin embargo, a pesar de todas sus similitudes con los humanos, no se puede decir que los monos tengan un "lenguaje". El lenguaje es un sistema simbólico sujeto a reglas en el que los símbolos (palabras, oraciones, imágenes, etc.) se refieren a personas, lugares, eventos y relaciones en el mundo, pero también evocan y hacen referencia a otros símbolos dentro del mismo sistema (por ejemplo, palabras definiendo otras palabras). Las llamadas de alarma de los monos y los cantos de pájaros y ballenas pueden transmitir información; pero nosotros —como ha dicho el filósofo alemán Ernst Cassirer— vivimos en “ una nueva dimensión de la realidad ” que es posible gracias a la adquisición de un sistema simbólico.

Los científicos pueden tener teorías contrapuestas sobre cómo surgió el lenguaje, pero todos, desde lingüistas como Noam Chomsky y Steven Pinker, hasta expertos en comunicación entre primates como Michael Tomasello y Asif Ghazanfar, están de acuerdo en que, aunque se pueden encontrar precursores en otros animales, El lenguaje es exclusivo de los humanos. Es una máxima que se enseña en las clases de biología de pregrado en todo el mundo y que se puede encontrar a través de una búsqueda fácil en Google.

Mis colegas científicos también están en desacuerdo con Harari. El biólogo Hjalmar Turesson señala que la afirmación de Harari de que los chimpancés “cazan juntos y luchan hombro con hombro contra babuinos, guepardos y chimpancés enemigos” no puede ser cierta porque los guepardos y los chimpancés no viven en las mismas partes de África. “Es posible que Harari confunda a los guepardos con los leopardos”, dice Turesson.

Tal vez, según los detalles, conocer la distinción entre guepardos y leopardos no es tan importante. Después de todo, Harari está escribiendo la historia de los humanos. Pero, lamentablemente, sus errores se extienden también a nuestra especie. En el capítulo de Sapiens titulado “Paz en nuestro tiempo”, Harari utiliza el ejemplo del pueblo Waorani de Ecuador para argumentar que, históricamente, “la disminución de la violencia se debe en gran parte al ascenso del Estado”. Nos dice que los waorani son violentos porque “viven en lo más profundo de la selva amazónica, sin ejército, policía ni prisiones”. Es cierto que los Waorani alguna vez tuvieron algunas de las tasas de homicidios más altas del mundo, pero han vivido en relativa paz .desde principios de la década de 1970. Hablé con Anders Smolka, un genetista de plantas, que pasó un tiempo con los waorani en 2015. Smolka informó que la ley ecuatoriana no se aplica en el bosque y que los waorani no tienen policía ni prisiones propias. “Si los lanceros aún hubieran sido motivo de preocupación, estoy absolutamente seguro de que me habría enterado”, dice. “Estuve allí como voluntario para un proyecto de ecoturismo, por lo que la seguridad de nuestros huéspedes fue un gran problema”. Aquí Harari usa un ejemplo extremadamente débil para justificar la necesidad de nuestro famoso estado policial racista y violento.

Estos detalles pueden parecer intrascendentes, pero cada uno es un bloque que se desmorona en lo que Harari presenta falsamente como una base inviolable. Si una lectura superficial muestra esta letanía de errores básicos, creo que un examen más completo conducirá a repudios al por mayor. 1

Harari a menudo no solo describe nuestro pasado; está pronosticando sobre el futuro mismo de la humanidad misma. Todo el mundo, por supuesto, tiene derecho a especular sobre nuestro futuro. Pero es importante averiguar si estas especulaciones son válidas, especialmente si una persona tiene el oído de nuestras élites que toman decisiones, como lo hace Harari. Las falsas proyecciones tienen consecuencias reales. Podrían engañar a los padres esperanzados haciéndoles pensar que la ingeniería genética erradicará el autismo, conducirá a que se inviertan enormes cantidades de dinero en proyectos sin salida o nos dejará lamentablemente desprevenidos para amenazas como las pandemias.

Ahora, esto es lo que Harari dijo sobre las pandemias en su libro de 2017 Homo Deus: una breve historia del mañana.

“Entonces, en la lucha contra calamidades como el SIDA y el ébola, la balanza se inclina a favor de la humanidad. … Por lo tanto, es probable que las grandes epidemias continúen poniendo en peligro a la humanidad en el futuro solo si la humanidad misma las crea, al servicio de alguna ideología despiadada. La era en la que la humanidad estaba indefensa ante las epidemias naturales probablemente haya terminado. Pero podemos llegar a perderlo”.

Ojalá hubiéramos venido a perdérnoslo. En cambio, más de 6 millones de nosotros hemos muerto de COVID según los recuentos oficiales, y algunas estimaciones sitúan el recuento real entre 12 y 22 millones. Y ya sea que piense que el SARS-CoV-2, el virus responsable de la pandemia, vino directamente de la naturaleza o a través del Instituto de Virología de Wuhan, todos podemos estar de acuerdo en que la pandemia no se creó al "servicio de una ideología despiadada".

Harari no podría haber estado más equivocado; sin embargo, como buen populista científico, continuó ofreciendo su supuesta experiencia al aparecer en numerosos programas durante la pandemia. Apareció en NPR , hablando sobre “cómo abordar tanto la epidemia como la crisis económica resultante”. Asistió al programa de Christiane Amanpour para resaltar las “preguntas clave que surgen del brote de coronavirus”. Luego pasó a BBC Newsnight , donde ofreció “una perspectiva histórica sobre el coronavirus”. Cambió las cosas para el podcast de Sam Harris , donde nos habló sobre "las implicaciones futuras" de COVID. Harari también encontró tiempo para aparecer en Iran International con Sadeq Saba, en India TodayE-Conclave Corona Series y una gran cantidad de otros canales de noticias en todo el mundo.

Aprovechando la oportunidad para promover una crisis falsa, otro rasgo central de un populista de la ciencia, Harari dio advertencias nefastas de "vigilancia bajo la piel" (ciertamente, un concepto preocupante). “Como experimento mental” , dijo, “considere un gobierno hipotético que exija que todos los ciudadanos usen un brazalete biométrico que controle la temperatura corporal y el ritmo cardíaco las 24 horas del día”. La ventaja, dice, es que un gobierno podría potencialmente usar esta información para detener una epidemia en cuestión de días. La desventaja es que podría darle al gobierno un sistema de vigilancia mejorado, porque“Si puedes monitorear lo que sucede con la temperatura de mi cuerpo, la presión arterial y la frecuencia cardíaca mientras veo el videoclip, puedes saber qué me hace reír, qué me hace llorar y qué me hace realmente enojar”.

Las emociones humanas y nuestras expresiones de emociones son altamente subjetivas y variables. Existen diferencias culturales e individuales en la forma en que interpretamos nuestras sensaciones. Nuestras emociones no se pueden inferir a partir de medidas fisiológicas despojadas de información contextual (un viejo enemigo, un nuevo amante y la cafeína pueden hacer que nuestro corazón lata más fuerte). Esto es cierto incluso si se controlan medidas fisiológicas más amplias que la temperatura corporal, la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Incluso es cierto cuando se monitorean los movimientos faciales. Científicos como la psicóloga Lisa Feldman Barrett están descubriendo que, contrariamente a lo que se cree desde hace mucho tiempo, incluso las emociones como la tristeza y la ira no son universales .. “Los movimientos faciales no tienen un significado emocional inherente para ser leídos como palabras en una página”, explica Feldman Barrett. Es por eso que no hemos sido capaces de crear sistemas tecnológicos que puedan inferir lo que tú o yo sentimos en un momento dado (y por eso es posible que nunca podamos construir estos sistemas que todo lo saben).

Las afirmaciones de Harari son científicamente inválidas, pero no pueden descartarse. “Vivimos en un panóptico digital”, como dice mi colega, el neurocientífico Ahmed El Hady. Las corporaciones y los gobiernos nos están monitoreando constantemente. Si permitimos que personas como Harari nos convenzan de que las tecnologías de vigilancia pueden “conocernos mucho mejor de lo que nos conocemos a nosotros mismos”, corremos el peligro de dejar que los algoritmos nos engañen. Y eso tiene implicaciones negativas en el mundo real, como decidir quién es empleable o quién representa un riesgo de seguridad basado en la supuesta sabiduría de un algoritmo.

Las especulaciones de Harari se basan consistentemente en una pobre comprensión de la ciencia. Sus predicciones de nuestro futuro biológico, por ejemplo, se basan en una visión de la evolución centrada en los genes, una forma de pensar que (desafortunadamente) ha dominado el discurso público gracias a figuras públicas como él. Tal reduccionismo promueve una visión simplista de la realidad y, peor aún, se desvía peligrosamente hacia el territorio de la eugenesia.

En el capítulo final de Sapiens , Harari escribe:

“¿Por qué no volver al tablero de dibujo de Dios y diseñar mejores Sapiens ? Las habilidades, necesidades y deseos del Homo sapiens tienen una base genética. Y el genoma del sapiens no es más complejo que el de los campañoles y los ratones. (El genoma del ratón contiene alrededor de 2.500 millones de nucleobases, el genoma del sapiens alrededor de 2.900 millones de bases, lo que significa que este último es solo un 14 por ciento más grande). … Si la ingeniería genética puede crear ratones geniales, ¿por qué no humanos geniales? Si puede crear campañoles monógamos, ¿por qué no los humanos programados para permanecer fieles a sus parejas? 2

De hecho, sería conveniente si la ingeniería genética fuera una varita mágica, cuyos movimientos rápidos podrían convertir a los mujeriegos en socios fieles, ya todos en Einstein. Lamentablemente, este no es el caso. Digamos que queremos convertirnos en una especie no violenta. Los científicos han descubierto que la baja actividad del gen de la monoaminooxidasa-A (MAO-A) está relacionada con el comportamiento agresivo y los delitos violentos, pero en caso de que tengamos la tentación de "volver al tablero de dibujo de Dios y diseñar mejores Sapiens".(como dice Harari que podemos), no todas las personas con actividad MAO-A baja son violentas, ni todas las personas con actividad MAO-A alta no son violentas. Las personas que crecen en ambientes extremadamente abusivos a menudo se vuelven agresivas o violentas, sin importar sus genes. Tener una actividad alta de MAO-A puede protegerlo de este destino, pero no es un hecho. Por el contrario, cuando los niños se crían en ambientes amorosos y de apoyo, incluso aquellos con baja actividad de MAO-A a menudo prosperan.

Nuestros genes no son nuestros titiriteros, moviendo los hilos correctos en el momento correcto para controlar los eventos que nos crean. Cuando Harari escribe sobre alterar nuestra fisiología, o "diseñar" a los humanos para que sean fieles o inteligentes, se salta los muchos mecanismos no genéticos que nos forman.

Por ejemplo, incluso algo tan aparentemente programado como nuestra fisiología (células que se dividen, se mueven, deciden su destino y se organizan en tejidos y órganos) no está diseñado solo por genes. En la década de 1980, el científico JL Marx realizó una serie de experimentos en Xenopus (una rana acuática nativa del África subsahariana) y descubrió que los eventos biofísicos "mundanos" (como reacciones químicas en las células, presiones mecánicas dentro y sobre las células y gravedad) puede activar y desactivar genes, determinando el destino celular. Los cuerpos animales, concluyó, son el resultado de una intrincada danza entre genes y eventos físicos y ambientales cambiantes.

Toma el gusto. Al leer a alguien como Harari, uno podría pensar que el comportamiento de los bebés humanos recién nacidos, por ejemplo, está dominado casi exclusivamente por sus genes, ya que los bebés casi no tienen "crianza" de la que hablar. Pero la investigación muestra que los bebés de seis meses de edad de mujeres que bebieron mucho jugo de zanahoria en el último trimestre de su embarazo disfrutaron más que otros bebés del cereal con sabor a zanahoria. A estos bebés les gusta el sabor de las zanahorias, pero no debido a los genes que les gustan las zanahorias. Cuando las madres (biológicas o adoptivas) amamantan a sus bebés, los sabores de los alimentos que han consumido se reflejan en la leche materna y sus bebés desarrollan una preferencia por estos alimentos. Los bebés “heredan” las preferencias alimentarias del comportamiento de sus madres.

Durante generaciones , a las nuevas madres de Corea se les ha dicho que beban tazones de sopa de algas, y las mujeres chinas tienen patas de cerdo guisadas con jengibre y vinagre poco después de dar a luz. Los niños coreanos y chinos pueden heredar preferencias de sabor específicas de la cultura sin la necesidad de genes de "comer jengibre" o "querer vinagre".

En este mundo moderno, sin importar dónde vivamos, consumimos azúcares procesados. Una dieta alta en azúcar prolongada puede conducir a patrones de alimentación anormales y obesidad. Los científicos han utilizado modelos animales y han descubierto un mecanismo molecular a través del cual sucede esto. Las dietas altas en azúcar activan un complejo proteico llamado PRC2.1, que luego regula la expresión génica para reprogramar las neuronas gustativas y reducir la sensación de dulzura, encerrando a los animales en patrones de alimentación desadaptativos. Aquí, los hábitos dietéticos están alterando la expresión génica, un ejemplo de "reprogramación epigenética", lo que lleva a elecciones de alimentos poco saludables.

La crianza da forma a la naturaleza, y la naturaleza da forma a la crianza. No es una dualidad; es más como una tira de Mobius. La realidad de cómo surgen las "habilidades, necesidades y deseos del Homo sapiens " es mucho más sofisticada (¡y elegante!) que lo que retrata Harari.

Las genetistas Eva Jablonka y Marion J. Lamb lo dicen mejor en su libro Evolution in Four Dimensions :

“La idea de que existe un gen para la aventura, las enfermedades cardíacas, la obesidad, la religiosidad, la homosexualidad, la timidez, la estupidez o cualquier otro aspecto de la mente o el cuerpo no tiene cabida en la plataforma del discurso genético. Aunque muchos psiquiatras, bioquímicos y otros científicos que no son genetistas (sin embargo, se expresan con notable facilidad en temas genéticos) todavía usan el lenguaje de los genes como simples agentes causales y prometen a su audiencia soluciones rápidas para todo tipo de problemas, no son más que propagandistas cuyo conocimiento o motivos deben ser sospechosos”.

Los motivos de Harari siguen siendo misteriosos; pero sus descripciones de la biología (y predicciones sobre el futuro) están guiadas por una ideología predominante entre los tecnólogos de Silicon Valley como Larry Page, Bill Gates, Elon Musk y otros . Pueden tener opiniones diferentes sobre si los algoritmos nos salvarán o destruirán. Pero creen, de todos modos, en el poder trascendente de la computación digital. “Nos dirigimos hacia una situación en la que la IA es mucho más inteligente que los humanos y creo que ese marco de tiempo es menos de cinco años a partir de ahora”, dijo Musk en una entrevista del New York Times de 2020 . Musk está equivocado. Los algoritmos no tomarán todos nuestros trabajos, ni gobernarán el mundo, ni pondrán fin a la humanidad en el corto plazo (si es que lo hacen). Como dice el especialista en IA François Cholletsobre la posibilidad de que los algoritmos alcancen la autonomía cognitiva, "Hoy y en el futuro previsible, esto es materia de ciencia ficción". Al hacerse eco de las narrativas de Silicon Valley, el científico populista Harari está promoviendo, una vez más, una falsa crisis. Peor aún, está desviando nuestra atención de los daños reales de los algoritmos y el poder desenfrenado de la industria tecnológica.

En el último capítulo de Homo Deus , Harari nos habla de una nueva religión, “La religión de los datos”. Los practicantes de esta religión, los "datistas", los llama, perciben el universo entero como flujos de datos. Ven a todos los organismos como procesadores de datos bioquímicos y creen que la "vocación cósmica" de la humanidad es crear un procesador de datos omnisciente y todopoderoso que nos entienda mejor de lo que podemos entendernos a nosotros mismos. La conclusión lógica de esta saga, predice Harari, es que los algoritmos asumirán la autoridad sobre todas las facetas de nuestras vidas: decidirán con quién nos casamos, qué carreras seguiremos y cómo seremos gobernados. (Silicon Valley, como puede adivinar, es un centro de The Data Religion).

“ El homo sapiens es un algoritmo obsoleto”, afirma Harari, parafraseando a los dataistas.

“Después de todo, ¿cuál es la ventaja de los humanos sobre los pollos? Solo que en los humanos la información fluye en patrones mucho más complejos que en los pollos. Los humanos absorben más datos y los procesan utilizando mejores algoritmos. Pues bien, si pudiéramos crear un sistema de procesamiento de datos que absorbiera aún más datos que un ser humano, y que los procesara incluso de manera más eficiente, ¿no sería ese sistema superior a un humano exactamente de la misma manera en que un humano es superior? a un pollo?

Pero un ser humano no es un pollo arreglado, ni siquiera necesariamente superior en todos los sentidos a un pollo. De hecho, los pollos pueden "absorber más datos" que los humanos y "procesarlos mejor ", al menos en el dominio de la visión .. La retina humana tiene células fotorreceptoras sensibles a las longitudes de onda rojas, azules y verdes. Las retinas de pollo tienen estos, además de células cónicas para longitudes de onda violetas (incluido algo de ultravioleta), además de receptores especializados que pueden ayudarlos a rastrear mejor el movimiento. Sus cerebros están equipados para procesar toda esta información adicional. El mundo de las gallinas es una extravagancia en tecnicolor que ni siquiera podemos comprender. Mi punto aquí no es que un pollo sea mejor que un humano, esto no es una competencia, sino que los pollos son únicamente "pollos" de la misma manera que nosotros somos únicamente "humanos".

Ni las gallinas ni los humanos son meros algoritmos. Nuestros cerebros tienen un cuerpo, y ese cuerpo está situado en un mundo. Nuestros comportamientos surgen debido a nuestras actividades mundanas y corporales. Los seres vivos no solo absorben y procesan los flujos de datos de nuestro entorno; estamos continuamente alterando y creando nuestro propio entorno, y el de los demás, un proceso llamado “ construcción de nicho ” en biología evolutiva. Cuando un castor construye una presa sobre un arroyo, crea un lago, y todos los demás organismos ahora tienen que vivir en un mundo con un lago. Los castores pueden crear humedales que persisten durante siglos, cambiando las presiones de selección a las que están expuestos sus descendientes, lo que podría causar un cambio en el proceso evolutivo. Homo sapienstener una flexibilidad inigualable; tenemos una capacidad extraordinaria para adaptarnos a nuestros entornos, y también para modificarlos. Nuestros actos de vida no solo nos diferencian de los algoritmos; hacen que sea casi imposible que los algoritmos predigan con precisión nuestros comportamientos sociales, como a quién amaremos, qué tan bien nos irá en futuros trabajos, 3 o si es probable que cometamos un delito.

Harari tiene cuidado de presentarse a sí mismo como un escriba objetivo. Se esfuerza por decirnos que está presentando la visión del mundo de los dataístas, y no la suya propia. Pero luego hace algo muy astuto. El punto de vista dataista “puede parecerle una noción marginal excéntrica”, dice, “pero de hecho ya ha conquistado a la mayor parte del establecimiento científico”. Al presentar la cosmovisión dataista como concluyente (habiendo "conquistado la mayor parte del establecimiento científico"), nos dice que es "objetivamente" cierto que los humanos somos algoritmos, y nuestra marcha hacia la obsolescencia, como receptores pasivos de decisiones tomadas por mejores algoritmos. — es ineludible, porque está integralmente ligada a nuestra humanidad. Volviendo a la nota a pie de página en apoyo de esta declaración radical, encontramos que de los cuatro libros que cita, tres han sido escritos por no científicos: unpublicista musical , presentador de tendencias y editor de revistas . 4

No hay nada predeterminado sobre el destino de la humanidad. Nuestra autonomía se está erosionando no por el karma cósmico, sino por un nuevo modelo económico inventado por Google y perfeccionado por Facebook, una forma de capitalismo que ha encontrado una manera de manipularnos con el fin de ganar dinero. La científica social Shoshana Zuboff ha dado a este modelo económico el nombre de “ capitalismo de vigilancia ”..” Las corporaciones capitalistas de vigilancia (Google, Facebook, Amazon, Microsoft y otras) construyen las plataformas digitales de las que dependemos cada vez más para vivir, trabajar y jugar. Supervisan nuestras actividades en línea con un detalle asombroso y utilizan la información para influir en nuestros comportamientos con el fin de maximizar sus beneficios. Como subproducto, sus plataformas digitales han ayudado a crear cámaras de eco que dan como resultado un generalizado negacionismo climático, escepticismo científico y polarización política. Al nombrar al enemigo y caracterizarlo como una invención de los humanos, no un hecho de la naturaleza o una inevitabilidad tecnológica, Zuboff nos brinda una forma de combatirlo. Como puedes imaginar, Zuboff, a diferencia de Harari, no es una figura querida en Silicon Valley.

En octubre de 2021, Harari lanzó el Volumen 2 de la adaptación gráfica de Sapiens . Lo siguiente es un libro infantil de Sapiens, Sapiens Live , una experiencia inmersiva y un programa de televisión de varias temporadas inspirado en Sapiens . Nuestro profeta populista es implacable en su búsqueda de nuevos seguidores y, con ellos, nuevas alturas de fama e influencia.

Harari nos ha seducido con su narración, pero una mirada cercana a su historial muestra que sacrifica la ciencia al sensacionalismo, a menudo comete graves errores fácticos y retrata lo que debería ser especulativo como cierto. La base sobre la que hace sus declaraciones es oscura, ya que rara vez proporciona notas a pie de página o referencias adecuadas y es notablemente tacaño al reconocer a los pensadores 5 que formularon las ideas que presenta como propias. Y lo más peligroso de todo, refuerza las narrativas de los capitalistas de vigilancia, dándoles un pase libre para manipular nuestros comportamientos para satisfacer sus intereses comerciales. Para salvarnos de esta crisis actual y de las que nos esperan, debemos rechazar enérgicamente la peligrosa ciencia populista de Yuval Noah Harari.

***

Notas:

1. Mis preocupaciones acerca de la validez fáctica del trabajo de Harari se hacen eco de una crítica de otro libro superventas, Turning Points for Nations in Crisis de Jared Diamond, del autor Anand Giridharadas . Giridharadas le pregunta a Diamond: "Si no podemos confiar en ti en las cosas pequeñas y medianas, ¿cómo podemos confiar en ti donde los autores de libros de 30,000 pies realmente necesitan nuestra confianza, en las afirmaciones grandes y difíciles de verificar?" Giridharadas también señala la necesidad de una verificación de hechos profesional para la no ficción de la extensión de un libro, que he aprendido, para mi sorpresa, que no es la norma . ↩

2. Un extracto similar del libro de Harari de 2017, Homo Deus: Una breve historia del mañana : “Una vez que sea posible enmendar genes mortales, ¿por qué pasar por la molestia de insertar ADN extraño, cuando podemos simplemente reescribir el código y convertir un gen mutante peligroso? en una versión benigna? Entonces podríamos comenzar a usar el mismo mecanismo para corregir no solo los genes letales, sino también los responsables de enfermedades menos mortales, del autismo, de la estupidez y de la obesidad”. ↩

3. No hay evidencia revisada por pares de que los algoritmos puedan predecir el desempeño laboral, a pesar de que millones de personas son evaluadas por algoritmos para trabajos en compañías como McDonald's, Kraft-Heinz, Boston Consulting Group y Swarovski. El científico informático de Princeton, Arvind Narayanan, ha criticado públicamente a las empresas que ofrecen servicios algorítmicos de selección de trabajos (HireVue y Pymetrics son las dos principales) por " vender aceite de serpiente ". ↩

4. Los libros que cita Harari: Kevin Kelly, What Technology Wants (Nueva York: Viking Press, 2010); César Hidalgo, Por qué crece la información: la evolución del orden, de los átomos a las economías (Nueva York: Basic Books, 2015); Howard Bloom, Global Brain: The Evolution of Mass Mind from the Big Bang to the 21st Century (Hoboken: Wiley, 2001); Shawn DuBravac, Destino digital (Washington: Regnery Publishing, 2015). ↩

5. Un lector casual que lea los escritos de Harari pensaría que todas las ideas provienen de él solo, pero los marcos de pensamiento de Harari a menudo recuerdan a otros que vinieron antes. Por ejemplo: su comparación de ideologías religiosas y seculares con un juego de Pokémon Go es asombrosamente similar a una comparación anterior realizada por el filósofo esloveno Slavoj Žižek, en su libro de 2017 Incontinence of the Void: Economico-Philosophical Spandrels , y discutida antes en conferencias . . En su libro Homo Deus de 2017 , Harari dedica un capítulo completo al "datismo", pero no reconoce a los periodistas David Brooks (quien acuñó el término data-ismo ) o Steve Lohr (quien publicó un libro de 2015 tituladoData-ismo ).