"Si aceptamos que la libertad es lo que los demás nos permiten hacer, entonces la literatura es precisamente lo que ni la política ni la religión han conseguido prohibir ni destruir a lo largo de los siglos. Literatura es lo que sobrevive a todas las formas de censura. Es la voz de la razón frente a sus enemigos. Porque quienes odian la libertad odian también la razón que la hace posible, y quienes desprecian la razón detestan, ante todo, su forma más peligrosa: la imaginación literaria.
La literatura se toma muchas libertades. Por eso la historia de la literatura no es sólo una inocente crónica de estilos o géneros: es la historia de una lucha. Una lucha contra el dogma imperativo y represor, contra la fe ― la mala fe ― del poder que teme a la libertad de pensamiento, que se hace a sí mismo palabra, verbo y metáfora."