miércoles, 30 de agosto de 2017

David Shields: «Cualquier cosa procesada por la memoria es ficción»
Justo afuera de Falabella, a las 10:35 exactamente, caleta de gente esperando a que abrieran las puertas. Se veía una fila inusualmente numerosa, casi como una fila de banco. Recordé de ahí los dos primeros episodios de la nueva The Mist de Netflix. Allí la gente acababa atrapada en el centro comercial, huyendo de seres malignos que afuera asolaban junto con la niebla. Los clientes de Falabella no huían precisamente de ninguna niebla ni presencia; quizá solo huían de si mismos, para perderse voluntariamente en las inmediaciones de la sucursal, bajo la influencia de algo desconocido que tampoco, a ciencia cierta, comprenden.
Es sabido que Freud se hizo un adicto a la cocaína mucho antes de su Interpretación de los sueños. Lo que aún se especula es el grado de relación de su antigua adicción con su obra posterior. Ayer hojeando la Interpretación de los sueños había pasajes un tanto sugerentes. Aparte del clásico episodio de la operación fallida con Irma, Freud relataba un sueño en el que se veía como un muñeco de nieve "con una nariz de zanahoria, de pie en un vasto campo de nieve prístina, que de repente se derrite", y cae luego en una sensación de vacío profundo. La pregunta es en qué medida la coca habría influido en el psicoanálisis o, incluso, en sus teorías sobre el yo y el inconsciente, porque de haber sido así, entonces habríamos tenido a un auténtico jalero entre los llamados "maestros de la sospecha" (Paul Ricoeur), mucho antes de que el polvo de ángel circulara como avión.