El Manifiesto Arqueofuturista de Javier Octavio Rivera, más conocido como "Narai", se propone como ensayo de una propuesta filosófica que plantea una resistencia al orden moderno liberal, con su consecuente aluvión de revoluciones, materialismos y proyectos tecnocráticos. El propio autor reconoce que se trata de un punto de partida, una tentativa, una declaración de principios, mas no un sistema completo ni doctrinario. Reconoce, eso sí, la relación directa del arqueofuturismo con el cristianismo como su fuente espiritual y religiosa. Esboza algunos conceptos pertinentes relacionados con la esencia del ser humano y lo absoluto en Dios y su creación, su absoluta divinidad, olvidada, despreciada bajo el legado secular, nihilista, deicida y, por lo mismo, deshumanizante de las ideologías modernas.
La lectura del Manifiesto Arqueofuturista resulta refrescante, en medio de la propaganda política de izquierdas progres y derechas neoliberales, ambas contribuyendo a mantener el status quo de un mundo esquizofrénico, sin alma, sin otro horizonte que la materia ni otra ilusión que la propaganda, impulsada por los poderes en las sombras. Camino de la mano izquierda. Camino de la mano derecha. "Narai" apuesta por la reivindicación del orden natural, de la mano de una "derecha arquetípica", en comunión con lo divino y lo sagrado, alejada del culto al dinero, el individualismo y el laicismo propios del Nuevo Régimen y su arranque disoluto.
Comparto un fragmento del libro que corresponde al apartado sobre la "Libertad":
"¡Oh, libertad!, esencial voluntad que inspiró en primera instancia la cruenta desobediencia que me tiene aquí escribiendo estas reflexiones. Y es que caímos por malentenderte, osando usarte para probar el dulce fruto, que al final se convirtió en amargo devenir. El Ángel aquel posó tu figura en su acción, para solidificar el desafío a la norma suprema, cayendo todos por voluntad propia en redes que nos hacen llamarte a cada paso. Y es que he de explayarte en verso, porque lo permites en primera instancia:
Adjudicada y mal entendida
fue sorprendida por negra pieza
en la cabeza está la espina
que incomprensión sobre ti profesa.
La sangre que por ti han derramado
revoluciones y avatares
los males que hemos presenciado
denigra ríos e incluso mares.
Es como un nexo al infortunio
cuando estructura ha aislado asilo
porque olvidan, aquel fiel trino
que encasillándote es oportuno.
Ahora danos un marco honesto
para elegir trazar esa línea
la intelección se torna apolínea
cuando virtud nos trae el futuro".
Javier Octavio Rivera, "Narai", Manifiesto Arqueofuturista