Hay en Quillota, calle Freire, una cervecería en la cual la especialidad de la casa es una chela exótica con chirimoya. Dicen que para brindar, los clientes alzan los vasos y gritan "por el poder de Greiscol", en honor al nombre del local. En una de esas todos los borrachos de Quillota se deben sentir como He-Man, después de haberse tomado una java entera.