miércoles, 29 de marzo de 2023

La señorita plandemia y su Tierra plana

Unos días atrás, la chica con la que salía, a la que bauticé, con cariño, como “la señorita plandemia”, publicó una nota en su historia de Instagram. Decía: “La Tierra es plana”. Tal cual. Le pregunté por interno si estaba volada. Ella me respondió, de inmediato, que no, y me envió un video. Era el video de un youtuber llamado Vsauce. Tenía por título: ¿Es la Tierra realmente plana? Pese a mi escepticismo respecto a esta teoría, hice una salvedad y me apronté a ver el video, a ver qué argumentos esgrimían para sostener algo que la señorita plandemia parecía creer de forma entusiasta, siempre movida por las conspiraciones como sobre historias excéntricas de joven patiperra.

Lo que hacía el youtuber, básicamente, era poner en perspectiva las distintas visiones que comprueban y que refutan ambas posturas, las de la tierra esférica y las de la tierra plana, para luego señalar que no hay un consenso definitivo. A juzgar por la posición del autor, su video se inclinaba más a problematizar la manera en que nos acercamos al fenómeno desde la razón para reflexionar en torno al conocimiento. Así, por ejemplo, señalaba que una hipotética partícula de un rayo cósmico que viajara a una velocidad cercana a la velocidad de la luz, podría observar que la superficie de la Tierra es plana, porque a esa velocidad el tiempo se ralentiza y las distancias se contraen. Es decir, que la Tierra sería como un balón, para algunos observadores y plana para otros, por lo que no pareciera haber solo una respuesta que fuera correcta en todas las circunstancias.

Vsauce acababa diciendo que nuestro conocimiento del mundo, muy posiblemente, sea como un crucigrama sin una respuesta única. Actuaríamos con la creencia de que las pistas puedan calzar entre sí, para darle forma al conjunto, pero siempre con la posibilidad de que una de ellas no conduzca a una conclusión satisfactoria. El youtuber remataba su exposición citando a Richard Feynmann: “Hay quienes dicen cómo puedes vivir sin saber. No sé a qué se refieren. Yo siempre vivo sin saber. Cómo llegamos a saber es lo que quiero saber.”

Si bien los argumentos dados en el video no corroboraban de manera fehaciente la existencia de una Tierra plana, ni tampoco negaban de plano la existencia de la esférica, sí apuntaban a replantearse la manera en que nos situamos ante estas observaciones, desde otro punto de vista más audaz. ¿Será que el observador de un objeto influye sobre su realidad, como planteaba Heisenberg con su Principio de incertidumbre? Esta sola idea nos podría llevar a un relativismo sin medida, aunque también nos podría situar en una vereda de pensamiento lateral, muy útil para poder apelar a una visión de las cosas “fuera de la caja”, sin por ello agotar el rigor de un razonamiento crítico.

Volví a hablar con la señorita plandemia. Le dije que ya había visto el video y lo había analizado completo. Le comenté que había cambiado mi forma de interpretar y valorar la hipótesis sobre la Tierra plana, pero no logró convencerme sobre su existencia verídica. Ella solo respondió que no importaba, que para ella sí lo era, y había logrado su objetivo: hacerme pensar, a expensas de la forma imaginaria del mundo. Puede que lo nuestro, intenso y pasajero, haya tenido también ese significado: sentir a expensas de la idea que nos hicimos del otro, idea nunca del todo definida y acabada.