jueves, 7 de enero de 2016

Última salida a Brooklyn

Anteayer abrió una nueva librería en Av Francia. Entro y doy con un clásico que hasta el momento había desconocido: "Última salida a Brooklyn" de Hubert Selby Jr. La contratapa decía: "El Céline americano", y esta novela un "Viaje al fin de la noche de los bajos fondos estadounidenses". Compuesta de cinco relatos que retratan la crudeza de los barrios de Nueva York de los años cincuenta. Lo que más me llamó la atención en una primera hojeada fue que cada capítulo o relato comenzaba con un extracto de la Biblia. El primero tenía un breve y decidor pasaje del Eclesiastés: "Porque la suerte de los hijos de los hombres y la suerte de los animales es la misma: como muere el uno así muere el otro. Todos tienen un mismo aliento de vida; el hombre no tiene ventaja sobre los animales, porque todo es vanidad". Lo genial es que el tono de la cita entra en sinfonía con la atmósfera y el estilo de la novela. Una especie de existencialismo antes de cristo revisitado por el realismo sucio del siglo XX. Demuestra que los contextos y los tópicos cambian, pero el espíritu y el sentido no tanto. Con todo mi ser y mi bolsillo deseaba comprar la novela pero me resistí ante la frase del inicio: "todo es vanidad". Fue una provocación a comprarla, o, por el contrario, a dejarla. Porque, al fin y al cabo, se sigue leyendo, se sigue en el juego, a pesar de que todo vuelva al polvo y quede en nada. Se sigue leyendo a pesar de que todo sea vanidad. O quizá precisamente por eso.