lunes, 12 de junio de 2017

"Los paraísos fiscales son como bisturís: pueden servir para operar o para degollar". Piñera haciendo gala de la metáfora, en Tolerancia 0.
"Hay suficiente metafísica en no pensar en nada" decía Pessoa. Vuelvo a buscar esa frase mientras la cama permanece deshecha. Como en el cuadro de Delacroix. Signo de los tiempos. Signo del sinsentido de ciertas costumbres. Siempre me he preguntado lo mismo ¿Para qué habría de hacerla si a la noche debo volver a deshacerla? Y considerando que no la deshace otro que uno mismo ¿Cuál es el sentido de volver a hacerla? ¿La comodidad del sueño? ¿La restauración de un orden perdido? Ya lejos de la casa de los padres, y en completa soledad, deja de ser una obligación hacerla. Puede permanecer así días, imperturbable en su desorden. O rara vez hecha con motivo de alguna visita esporádica. Pero siempre vuelve a ese hacerse y deshacerse. ¿Cuál sería entonces su estado normal? En este momento, lo deshecho. La cama no sería sino que otra versión de la piedra de Sísifo. La evidencia de cierta sensación de desapego o, viéndolo de otra forma, la evidencia de una noche demasiado agitada que se niega a desaparecer. De la manera que sea, ya hay suficiente metafísica en no hacer nada. Suficiente metafísica en no hacer la cama un día domingo, para mañana rehacerla y quizá, inciertamente, volver a despertar.