jueves, 22 de febrero de 2018

Ayer pensé en lo siguiente: Federico Moura murió producto del VIH. El nombre de su banda era Virus. Chuck Schuldiner murió de un tumor cerebral. El nombre de su banda era Death, y se declaraba un amante de la vida.
Me meto a Linkedin, al notar una serie de notificaciones pendientes y un período extenso de inactividad. Lo hago como último recurso ante la falta efectiva de oportunidades laborales. Cuando entro para revisar las ofertas, doy en la cuenta que nunca he conseguido un empleo real gracias a la página, solo, en el mejor de los casos, un crecimiento exponencial de la red de contactos (en su mayoría conformado por gente que ya conozco) y una evolución del perfil profesional sumándole cuento al curriculum vitae y a las supuestas aptitudes que luego otros deben evaluar y calificar para subir puntaje dentro del sistema, tal cual si fuese el avatar de un videojuego de rol. De todas formas, a pesar de esta falta de traducción a la realidad, al entrar al sitio invade una inexplicable sensación de tranquilidad, nada más que un placebo producto de las operaciones anteriormente señaladas. Como que en ese teje y maneje la paginita inconcientemente te hace sentir un wn importante mediante un algortimo y una simulación ampliamente efectiva. Es el nuevo maquillaje virtual para los marginados del profesionalismo. Una careta que al menos te sube a la nube como un wn potencialmente competente. Así Linkedin se siente como la auténtica droga de los desempleados. Una droga dura por lo sugestiva.
"Ana te amo" fue la frase que encontraron marcada sobre la piel de la ballena varada en Magallanes. Al fallecimiento y el encuentro con la ballena en plena costa se suma la calamidad de la profanación de su cadáver. Lo curioso es que todo ocurrió días antes del llamado "Día Mundial de las Ballenas". Sernapesca denunció el hecho con una foto a la que agregaron una cita de Gandhi sobre la asociación del respeto animal con la grandeza de la nación. Como si no bastara con eso, resulta que el rayado sobre la ballena no se puede sancionar legalmente, puesto que la sanción solo aplica para los especímenes vivos. Se abre un gran vacío legal, tal como un vórtice submarino en medio del océano. Asimismo queda abierto un gran vacío moral frente al Ana te amo inmortalizado sobre la piel de la ballena muerta. No se sabe en qué circunstancias varó la enigmática bestia, ni tampoco es posible determinar un castigo efectivo contra los autores de la frase. Una muerte desconocida a ultramar. Un rayado de amor profano. Misterio y sarcasmo total.