martes, 22 de junio de 2021

Francia abrirá discotecas y permitirá conciertos sin mascarillas y con amplio aforo. Libertad, Igualdad, Fraternidad ¿Existirá en Francia un equivalente al Máscara?
Me siento horriblemente enfermo. Dolor de cabeza sumado a estornudos feroces, uno tras otro. He tratado de todo: Kitadol, Paracetamol, Loratadina. El dolor y la incomodidad persisten. ¿Será covid? ¿Habrá llegado mi hora? Al menos no tengo fiebre. Es increíble el nivel de sugestión e hipocondría. Salgo a comprar. Al caminar, el uso de la mascarilla me quita el aliento y me ahoga con mi propia mucosidad, pero el conducto regular dice que debo usarlo en todo momento. En la tienda próxima, la cajera nota mis ojos rojos y mi frente pálida. No lo dice expresamente pero se asombra un poco, en un acto reflejo. Compro abundante pañuelo desechable. Salgo de la tienda. Los que entran de vuelta me miran con la misma cara de asombro, alejándose de mí. Parezco un leproso. Vuelvo a casa con los pañuelos. Me sueno a cada rato, y luego me recuesto sobre el sillón cama. Ya es tarde noche. Toca levantarse para ir al colegio. Lo pienso. Viene a mi mente la posibilidad de faltar. Pienso en acostarme luego, a ver si un buen sueño me ayuda a espantar la enfermedad o al menos a olvidarla. Mañana será otro día. Veremos. ¿Vida o muerte? Hagan sus apuestas.