domingo, 29 de agosto de 2021

Vi ayer Yo acuso de Roman Polanski. Impecable revisión del caso Dreyfus, que retrata de manera crítica el tema de la justicia en el marco de las leyes y también en el marco social. “Donde hay poca justicia es un peligro tener razón” dijo Francisco de Quevedo. Y Dreyfus sufrió en carne propia ese peligro. El impacto que puede tener una acusación, aunque esta sea falsa. La complicidad del poder al momento de ocultar la verdad y, como consiguiente, la importancia y la relevancia del juicio justo y el debido proceso. También, el tema respecto al ánimo punitivo en consonancia con un perdido concepto del honor y la integridad. Todo eso es desarrollado excelentemente en la película, tanto en su ejecución como en su trasfondo. Actuaciones sobrias. Guion inteligente, con la justa dosis de drama y de contingencia. Todavía creo que deberían volver los duelos o los encierros en una isla abandonada, pero para los verdaderos corruptos.

Los hechos más bizarros que han cooptado la agenda política chilensis:

El ex candidato de la Lista del pueblo inscribió su candidatura con un notario muerto y una notaría extinta.

Candidata a senadora por el Partido Igualdad propuso una monarquía para Chile.

Una señora vestida de Pikachu forma parte del bloque que escribirá una Nueva Constitución.

El creador de Felices y Forrados propuso viajes al espacio para todos los niños chilenos en su programa presidencial.

Usted sume otros hechos bizarros, o bien cuestione si son o no bizarros algunos de estos hechos. Esa es la maravilla de la libre expresión amparada en los tratados democráticos