miércoles, 30 de junio de 2021

“Vale la pena ponerse en esta actitud de no creer en las certezas, en las épicas, en las narrativas, como dicen los siúticos, en los relatos, en los dogmas, en las doctrinas. No crea en ninguna huevada. Piense, sin certezas”. Fernando Villegas, sobre el libro Pensar sin certezas. Montaigne y el arte de conversar de Jesús Navarro Reyes.

martes, 29 de junio de 2021

Libertad para Julian Assange

El testigo clave en cuyo testimonio se basó la justicia yanqui para montar su acusación contra el fundador de Wikileaks se retractó de las declaraciones. Básicamente, afirmó que todo fue un invento. ¿Será este el principio del fin de la gran farsa judicial? ¿Será esta la vía hacia la libertad definitiva para Julian Assange? Como dice un proverbio persa: la mentira es la fe de los incautos, la consagración de los malvados y el desprestigio de los sabios. Assange, sin duda, se ha convertido, por méritos propios, en un verdadero Prometeo del siglo XXI, robando el fuego de la información de los dioses de la guerra y entregándolo a la humanidad para su revelación. David contra Goliat. Un auténtico periodista estoico contra el imperio yanqui y el Estado profundo. Conseguir su absolución o sobreseimiento sería echar luz sobre el sombrío panorama que estamos padeciendo. Su condena, en cambio, implicaría el total oscurantismo. Libertad y verdad, siempre. FREE ASSANGE.
"El virus estaba en el lugar correcto en el momento correcto y todo se alineó para causar este desastre", dijo la viróloga australiana Danielle Anderson, quien trabajó en el laboratorio de Wuhan pocas semanas antes de los primeros casos. “No soy ingenua como para decir que descarto absolutamente esto”, aclaró, asumiendo que, en caso de presentarse evidencias a favor, no se cerraría a la impopular hipótesis sobre la fuga del bicho. Tiempo atrás, el periodista británico Nicholas Wade, también respaldó estas afirmaciones y apuntó a que “no solo es una hipótesis muy plausible, sino que es la más probable”. A través de una extensa investigación y un artículo publicado en Bulletin of Atomic Scientists, sostuvo que “no hay evidencia de los registros de vigilancia hospitalaria de que la epidemia estuviera cobrando fuerza en la población a medida que evolucionaba el virus. No hay explicación de por qué debería estallar una epidemia natural en Wuhan y en ningún otro lugar”. Con verdades a medias y conocimiento velado “infoxican” a medio mundo. Ya se sabe cómo opera la lógica del control. Conviene mantenerse escéptico ante la nebulosa informativa, no descartar nada –recomendación de la viróloga Anderson- y no suscribir del todo las teorías que andan circulando, en la medida que se recaban las pruebas y se oxigena el espíritu crítico. Por lo pronto, hay que saber que, como decía Huxley, “la ciencia y la técnica, al servicio de los intereses del poder, conducirán a formas sociales de dominación absoluta”.

lunes, 28 de junio de 2021

"Disculpe, debe esperar afuera", dijo la cajera del minimarket apenas entramos. Detrás mío, una mujer caminó al cajero. Por unos segundos, el acto de habla directivo quedó volando en al aire, cual bicho. Me quedé pensando, inmóvil, al medio del local ¿a quién de los dos se habrá dirigido? Miré a la cajera buscando alguna respuesta. Pronto, ella se dirigió a la mujer. Esta se dio vuelta al sentirse aludida. La cajera le dijo que si podía esperar afuera, porque se cumplió el aforo de tres personas (en un lugar relativamente amplio). Me di vuelta yo también y la miré por otros segundos, con un rostro como de qué se le va a hacer. La mujer salió del local, diciendo "ay Señor". Tras cerrar la puerta, tomé algunas de las cosas que iba a comprar y repetí "una tontera". La cajera lo escuchó todo, pero siguió sin más, ordenando el estante. "No es nada personal. Son las reglas", dijo, al pasar a pagarle la mercadería.
Para todos los neoinquisidores y censuradores, una frase del romano Suetonio: "En un Estado verdaderamente libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres​".

domingo, 27 de junio de 2021

Mi antipostura política

Varios han preguntado por mi postura política, luego de acusar un “cambio de chaqueta”. Cuestión tragicómica. Creo que la postura del antipoeta Parra, de “no dejar títere con cabeza”, resulta particularmente inteligente, en tiempos ideologizados y radicalizados. Como hubiera dicho Nicanor, con su genial irreverencia: “La izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas/socialistas y capitalistas del mundo uníos/ antes de que sea demasiado tarde".

Descargos en contra del Estado de excepción

Un Estado de excepción está pensado para superar las consecuencias de una situación imprevista o inmediata. Para eso se conceden algunas medidas extremas como la restricción de ciertos derechos fundamentales, en este caso, la libertad de movilidad y de reunión. Está pensado, justamente, como una excepcionalidad, no como una normalidad. Sin embargo, el Congreso ha vuelto a extenderlo durante otros tres meses, con la excusa de una nueva cepa Delta que arribó hace poco al país. Yo me pregunto, si ya existe un consenso generalizado en torno a la ineficacia de la cuarentena ¿por qué mantenerla, a pesar de todo? El bicho, y eso ya está muy estudiado, no se va a extinguir en el corto plazo, al menos su cualidad de pandemia, y tampoco lo hará completamente, como muchos otros virus que andan pululando en el ambiente, con los cuales convivimos, pero que, al parecer, tienen pésima prensa. Así, como sociedad, habrá que aprender a vivir con los virus, con tal de no morir de inanición o inercia. Por lo mismo, no se justifica un Estado de excepción constitucional indefinido, porque la lógica indica que tendríamos que aprender a convivir también con las restricciones a nuestros derechos de manera permanente, mientras exista el virus. O sea, estamos supeditando garantías constitucionales, supuestamente inalienables, a la eventual e hipotética desaparición del bicho de la faz de la Tierra ¡un absurdo de proporciones!

El Estado, representado por el Ejecutivo y el Legislativo, se han puesto al margen de la legalidad. Corta. Se han puesto al margen de la Constitución (Bueno, eso ya no le importa a nadie). Se han puesto al margen del Estado de derecho, al transformar un Estado de excepción en un estado de normalidad, pudiendo enfrentar la situación pandémica con otros medios sin vulnerar los derechos de los ciudadanos. Esa fue exactamente la razón por la que la Corte Suprema de Ecuador, por ejemplo, le negó ¡OJO! en septiembre u octubre del 2020, al Ejecutivo ecuatoriano, la renovación del Estado de catástrofe. Y esa también fue la razón, incluso, por la que ciudades como Nueva York han decidido levantar las medidas completamente –incluso llenando el Yankee Stadium- luego de que más de la mitad de la población ya tuviera su primera dosis en el cuerpo. Chile, en cambio, fue líder en el proceso de vacunación, con casi un 80% de la primera dosis, y no solo continúan las restricciones, sino que, para más remate, se está hablando de endurecer las medidas.

Chile tiene, al día de hoy, unos de los regímenes de excepción más duros DEL MUNDO, de acuerdo a estudios internacionales. Y no les basta. Y no les basta. Si esto no es biopolítica a gran escala, explíquenme, porque no sé qué otra cosa pueda ser. Encerremos a los “niños” y que no salgan, que no se contagien, que se porten bien, y vivan de nuestra limosna. Ese parece ser el mensaje.

El bicho no se va a ir. Eso es un hecho. Entonces, conviene acostumbrarse al estado de cosas, con tal de seguir oxigenando la vida social. Y si los pro cuarentena quieren repetir para siempre la experiencia del 2020, allá ellos. Se pueden meter en una cajita de fósforos y esperar a que todo pase hasta hacerse viejitos. Pero el resto, tendremos que aceptar que este riesgo es parte de la existencia cotidiana. Y yo, personalmente, no tengo ganas de seguir viviendo ESTO. Esto que seguramente seguirán imponiendo a su antojo a la sociedad, cual menores de edad bajo la tutela de unos adultos, dirigiéndoles la vida como si no tuvieran criterio ni discernimiento propio.

sábado, 26 de junio de 2021

Hay cuestiones mucho más mortíferas que un simple virus: la mentira es una de ellas. Esta se propaga y se hace más grande con cada contagio, minando la moral y la inmunidad discursiva tanto de su remitente como de su destinatario, sin retorno seguro.

«Meditaciones del individuo embozado. El sometimiento como máscara de libertad», de Horacio González (1944-2021)

Soy un individuo. Así soy considerado por las filosofías políticas y las apelaciones culturales contemporáneas. Cuando se me concita a entregar un voto, cuando se me alude como consumidor de un producto, cuando se me señala como aspirante a una mejora existencial o cuando se me anoticia que soy poseedor de derechos, es en mi calidad de individuo que se me convoca. A lo largo de la historia misma del concepto de convocatoria, sea para agitar revoluciones, sea para vivir ensueños comunitarios, sea para explorar horizontes de salvación o de felicidad, la idea de pueblo o de comunidad pasan por distintas figuraciones, importancias y rechazos. Se manifiestan con fuerza en ciertos momentos y luego se diluyen. Mientras, el individuo, ese yo objeto de un llamado en tanto individuo, se mantiene.

Soy, pues, un individuo. Magnífica y culpable creación de la cultura, sin la cual pareciera que se agrieta el edificio social y se pierde el catálogo de las libertades. Sé perfectamente que nada soy sin los otros o sin los otros visitando como sueño mi memoria. Pero por más que hay en la cultura un débito incesante que conduce al individuo a reconocerse en formas comunes o colectivas –por más transitorias o desgarradas que sean– no puedo dejar de recaer en una forma del pensamiento que es mi primera persona siendo solicitada sin interrupción por los que me desean. Y ese deseo me hace individuo, me arroja al abismo de un mundo deseante y me solicita en la paradoja irresoluble que cuando más soy individuo, más me sustraigo del común, y cuanto más me vuelco a la indiferenciación colectiva, más me altero en mi figura individual. El individuo no puede existir sin el colectivo que lo limita. Y esa limitación es su ser sujeto, su subjetividad que cuando se reconoce libre, admite que su individualidad siempre está en peligro y nunca de ninguna otra manera.

Soy así un individuo deseado, que en verdad es individuo en el acto en que lo desean para el cumplimiento de un acto que a mí me colmaría como tal individuo. Me desean para que ejerza actos que no sólo me convienen, sino que me consagran como individuo actuante: desde el voto por tal o cual hasta un viaje en subterráneo, desde un automóvil de tales o cual características hasta un lugar de vacaciones que «no puedo ignorar» hasta qué punto me hacen existir en mí mismo y ser quién soy. Es la publicidad, ya lo sé, tengo derecho a dudar de ella pues demasiado estentóreamente exhibe sus hipérboles y pueriles seducciones. Pero es a mí que se dirige diciendo que me conviene ser en ella, que me realizo en su propia realización y que a tal punto me redimo en esas exterioridades, que ellas ni me llaman o reclaman, sino que ellas llegan bajo forma humana hacia mí, ellas son en mí, yo soy en ellas. Ellas saben lo que conviene y yo sé que ellas me convienen, aunque acaso tenga una duda en el momento en que esa afirmación son ellas quienes la hacen, son ellas la que me conceden el derecho de saber lo que me hace uno. Por tanto, mi unicidad podría no ser mía y yo ser una máscara singular disuelta en un océano de ajenidades, de poderes lejanos e inconcebibles.

¿Por qué no expreso definitivamente que no soy eso, presentando así un síntoma de mi propia libertad? ¿Por qué no corto de inmediato con esa apelación que se confunde conmigo mismo, que me envuelve con un reclamo que no abandono pero podría abandonar porque sé que de aceptarlo no soy yo? ¿Por qué en cambio decido dejarlo a mi lado, convivir con él, y aun sin aceptarlo, verlo como si de él dependiera la seguridad de sentirme en uso de mis facultades de individuo cuando soy en situaciones laborales, de consumo, de afecto, de sentimentalidad, de voz? En suma, ¿por qué no pongo en duda los discursos que provienen de la nada, de una abstracción conceptual, que destilan poderes indecidibles y que sin embargo dicen que se dirigen a mí para hacerme hombre?

Allí está el núcleo del problema, de mi problema. Pero intuyo que cuando se me reclama ser yo, algo de mí se pierde. Percibo que cuando se me dice que estaría en satisfacción de mis potencias, algo, mucho o quizás todo de mí se aliena o se olvida. Calculo que se habla de mí asumiendo una delegación que no me corresponde, pues me hace individuo como recorte publicitario de un ser genérico desenraizado y maquinalmente manufacturado. Al mismo tiempo que se postula el uno («se me postula como uno»), como la autonomía de una vida que puede pensarse a sí misma sin que eso no sea un despilfarro o un desmerecimiento de lo común, siento que la autonomía para definir las esferas de mi competencia han provenido de una usina de significaciones donde el «arsenal de mercancías» tiene destinada una para mí, esa singularidad troquelada a partir de un texto infinito de cosas inertes, que me están siendo destinadas y hacen de mi un yo provocado. No un yo que sea yo sostenido en mi condición de sujeto, sino un yo que no soy yo, un yo enmascarado en un yo impuesto con una verdad falsa y alienada.

Esa destinación invierte la idea antigua del destino, que era un modo de provenir de afuera que proponía un choque que creaba una opción insoportable. Esta opción llevaba, o al menos brindaba una abertura hacia la libertad y el reconocimiento de la conciencia autónoma. El destino como idea contemporánea que se basa en la idea de individuo, lo determina en el lugar de un deseo que ha sido figurado en la alteridad definitiva de una civilización técnica que sin embargo adopta en sus relatos el mito del individuo emancipado. La hipótesis del individuo emancipado se ha forjado en siglos de luchas sociales, literarias, teológicas y poéticas. La responsabilidad del individuo, el self, el moi, el yo, el eu, el sujeto, es también algo que envuelve a la gramática, a la psicología, a la historia y a la retórica.

¿Cuándo fue que la idea de individuo surgió como una insistencia en la emancipación del sujeto y de la subjetividad emancipada? ¿Cuándo fue que esa creación, el individuo, brotaba del mismo sentimiento de conciencia que se separaba de un poder serial y reiterativo, que era el que obstaculizaba la idea de individuo en cada hombre vivo? ¿Con los griegos, con el ideal trágico que hacía que Edipo planteara su responsabilidad aun en su inconciencia? ¿Con la Biblia, que hacía que Abraham transfiriera su duda a la divinidad que le pide una prueba para introducirlo a las artes del yo? ¿Con un cristianismo, cuya «revolución imperceptible» consistía en forjar un individuo en el acto de sostenerse en la plegaria o en la adoración a un Dios en que oscuramente encontraba los reflejos de su alma padeciente? ¿Con el capitalismo, cuya religión de la mercancía define al individuo como la sede de una pérdida de su raíz humana? ¿Con las revoluciones del siglo veinte, que deseaban poner a prueba el ser genérico del hombre como un colectivo emancipado que recompondría la idea de individuo? En síntesis, ¿con el juego entre lo apolíneo y lo dionisíaco que popularizó Nietzsche?

En todas estas visiones del individuo como descubrimiento apartado o sustraído del cosmos, genera dos situaciones acaso contrapuestas. Una, la de la diferenciación de un átomo rescatado de la creación universal, la de un intervalo respecto al totus indiferenciado ante el cual retirar la fidelidad absoluta, una diferenciación respecto de la unidad extática, creando entonces un deseo del reintegro de una pérdida (la pérdida de la comunidad que se realiza cuando somos individuos). Otra, la de la escisión del yo, con sus «mecanismos de defensa» o sus partes intervenidas por la sociedad, o sus partes internas corrompidas, que hay que emancipar. El individuo emancipado que festejaba el liberalismo, el individualismo, el empirismo o el nominalismo, se escindía oscuramente en dimensiones sumergidas que exigían una revolución del conocimiento: en esas partes inmersas del yo, del «yo profundo», estaba el conocimiento no sabido, la prisión del individuo libre en su mismo lenguaje o juzgado.

Precisamente las figuraciones modernas del yo artístico son un intento de emancipación en diálogo con esos demonios desconocidos pero sospechados de ser portadores de una secreta energía: dionisíaca, desatinada, extática, plena de languidez o melancolía. Algo pasado se ha perdido y el pensamiento no alcanza para recuperar. Allí, el yo occidental tiene una estación tan fundamental como las páginas demasiado célebres de Descartes afirmando «no soy un cierto aire impalpable difundido en mis miembros, ni un viento, ni un fuego, ni un vapor, ni un soplo, ni cualquier cosa que pueda imaginarme, puesto que he considerado que estas cosas no son nada», paso cartesiano hacia el «conozco que existo». ¿Quién soy yo que he advertido que existo? ¿Es la apertura hacia la libertad, un «yo segundo» que piensa sobre el mundo en el que actúa un «yo primero»? La duda metódica es un movimiento que se complementa con la melancolía o las alegorías rotas del inconciente, otra escisión del yo que quiere explicar cómo un ego ha existido en el pasado, y que pudo haber sido en ese pasado que ha cesado o en los pliegues internos que la institución pública ocultaba.

Donde se pierde el ser podría estar el pensamiento y donde se ausenta el pensar podría estar el ser. Pero las máscaras de sometimiento previamente cumplen otro avatar, que es la simulación como castigo de la civilización que el yo deriva hacia la utoprotección de las argucias del fingimiento o como estética del gozante que disfraza sus placeres recónditos con los trajes del mundo. De todos modos, cuando en el yo hay máscaras de libertad –la libertad definida jurídicamente pero no subjetivamente– el individuo queda embozado. El verdadero individualismo, embozado, es representante de la impulsión comunitaria y culturalista de todo sujeto. Por eso, ese individualismo debe estar en condiciones de una reflexión sobre el yo, la política y la estética. Releyendo las Meditaciones metafísicas de Descartes –en este tiempo donde nos situamos luego de Husserl o de Freud– tendremos una idea de los nuevos esfuerzos que habría que hacer para restituir al individuo la noción de libertad que opera como la máscara de un individualismo apenas ideológico, que insiste en revalidarse con una simbolización de sus actos de consumo.

«Soy un individuo», digo. Y en cuanto mi lengua pronuncia estas palabras, se inicia el itinerario inevitable que busca en la historia de esa expresión, aquel sentimiento que me hace encontrar mi libertad en tanto uno –y así, una promesa del colectivo me reclama– y la incerteza de creer ser uno en el goce de mis libertades, y perderlas en el mismo momento en que se me somete llamándome libre.

en Topía, mayo 2001

Roberto Merino mencionó algo sobre las “huellas temporales” de Honoré de Balzac. El relieve de lo real y material, inscrito en el tiempo. Eso lo asocié de inmediato con la vez que fui a esperar a un amigo en el frontis del Palacio Carrasco. La estatua La defensa de Rodin permanecía ahí, invicta, impasible al galope rabioso de la historia. Contra viento y pandemia. Justo frente a la estatua, divisé otra reliquia, pero una de otro orden: una cabina telefónica. Curioso me acerqué a esta para tomar el auricular y escuchar el uniforme sonido del tono. Me transporté de inmediato, cual Tardis, hacia una época precovidiana e incluso preuniversitaria, cuando llamaba a la pretendida de turno en alguna cabina de Valpo, con la esperanza de acordar una cita. O cuando llamaba a algún compañero de curso para coordinar una pronta junta en la Plaza. Tiempos en que todo se reducía a lo analógico, y en el que la espera criaba la expectativa, llenando cada instante de pleno significado.

viernes, 25 de junio de 2021

Escribir: excavar hacia las fosas abisales de la vida privada, o descascarar el relieve poroso de la máscara social. De una u otra forma, nos exponemos y nos ensuciamos las manos.

En la plaza Villanelo se suele colocar un puesto de Centro Unido, el nuevo partido político que tiene por candidato presidencial al Dr File. Un día, hablé con un par de volantes. Me contaron que ya habían juntado las 20 mil firmas necesarias, pero el Servel les había pedido otras 15 mil para inscribir oficialmente el partido, con plazo hasta mediados de agosto. “Esa es la mafia de las izquierdas y derechas”, pensó un compadre. Asentí. Le hice saber que estaba todo cocinado “desde arriba” y que la candidatura del Dr File era la única con la hoja de vida limpia. Cristian Contreras, hay que resaltar, no proviene del mundo de la política ni su barro. Punto a su favor.

Una comadre me indicó que la propuesta del Dr, además, es la única que se refiere directamente a la plandemia, concepto altamente rechazado por simpatizantes de lado y lado, llamando conspiranoicos a todos los disidentes que se opongan a las estrictas medidas sanitarias con claras intenciones geopolíticas, y a todos aquellos que intuyan el tejemaneje comunicacional en torno al covid y la colusión corporativa detrás de la industria de las vacunas.

Otra señora que ahí estaba volanteando aseguró que conoce de buena fuente la corrupción legal detrás de todo este asunto, y me pasó una fotocopia de una carta enviada con copia a Radio Bío Bío, explicando básicamente el “genocidio” que supone la inoculación de una vacuna experimental sin el respaldo suficiente de toda la comunidad científica. “Mijo, esto no puede seguir. Nos quieren matar”, aseveró, muy preocupada. Volví a asentir.

Luego de leer atentamente la fotocopia de la carta, le dije a la comadre del puesto que Centro Unido ha sido ridiculizado tanto por progresistas como por derechistas, cada uno, desde su propia óptica interesada, pero que por ese mismo motivo, se trata de un partido creciente, realmente independiente, sin chanchullos, cuestiones turbias ni nada por el estilo. Ella confió en que la candidatura del Dr File podría llegar a buen puerto. “Tengo fe en que el Dr hará las cosas bien”, dijo. “El futuro gobierno de la consciencia”, dijo el compadre del principio, aludiendo a la filosofía del confucianismo inserta como base del Centro Unido. Yo, a pesar de todo, guardaba mi escepticismo. Aun así, votar por ellos implicaría, al menos un voto decente. Un voto sin carga. Después de todo, lo estaban haciendo por convicción, sin recibir ni un céntimo.

Antes de despedirme, el compadre prometió agregarme al grupo oficial de Telegram para coordinar una eventual participación. Nunca fui adepto a estos menesteres. Soy más bien un lobo estepario que observa desde lejos (siempre lo fui), pero esta candidatura supone un gesto, un acto poético en medio de la trágica coyuntura actual, asediada por el globalismo y sus esbirros moleculares. Votar por File, abrazando una dulce y digna derrota, o votar nulo. Estamos literalmente contra el tiempo. Las opciones, en suma, se agotan.

jueves, 24 de junio de 2021

MGTOW

Un hombre libre es un lobo estoico y solitario

Nunca un incel autoflagelante

Ni un machista patológico

Ni un casanova charlatán.

Lastarria, revisitado en pandemia

A propósito de toques de queda y Estados de excepción "normalizados", Lastarria, liberal clásico chileno, diría: "El amparo de nuestra libertad individual y el de nuestra propiedad, la independencia de nuestra iniciativa y la de las ideas fundamentales de nuestra actividad, todos los medios en fin de realizar nuestro fin común, que es la vida, son necesidad colectiva".

miércoles, 23 de junio de 2021

“La experiencia del suceso es evanescente” decía Roberto Merino, en el taller. Por ende, su escritura, por definición, es anacrónica.

martes, 22 de junio de 2021

Francia abrirá discotecas y permitirá conciertos sin mascarillas y con amplio aforo. Libertad, Igualdad, Fraternidad ¿Existirá en Francia un equivalente al Máscara?
Me siento horriblemente enfermo. Dolor de cabeza sumado a estornudos feroces, uno tras otro. He tratado de todo: Kitadol, Paracetamol, Loratadina. El dolor y la incomodidad persisten. ¿Será covid? ¿Habrá llegado mi hora? Al menos no tengo fiebre. Es increíble el nivel de sugestión e hipocondría. Salgo a comprar. Al caminar, el uso de la mascarilla me quita el aliento y me ahoga con mi propia mucosidad, pero el conducto regular dice que debo usarlo en todo momento. En la tienda próxima, la cajera nota mis ojos rojos y mi frente pálida. No lo dice expresamente pero se asombra un poco, en un acto reflejo. Compro abundante pañuelo desechable. Salgo de la tienda. Los que entran de vuelta me miran con la misma cara de asombro, alejándose de mí. Parezco un leproso. Vuelvo a casa con los pañuelos. Me sueno a cada rato, y luego me recuesto sobre el sillón cama. Ya es tarde noche. Toca levantarse para ir al colegio. Lo pienso. Viene a mi mente la posibilidad de faltar. Pienso en acostarme luego, a ver si un buen sueño me ayuda a espantar la enfermedad o al menos a olvidarla. Mañana será otro día. Veremos. ¿Vida o muerte? Hagan sus apuestas.

lunes, 21 de junio de 2021

La ONU y el Felicismo

“Según la ONU, el “felicismo” es el nuevo paradigma económico para el planeta iniciado en 2008, cuando comenzó a ser implantado con el pretexto de la crisis global. Ya lo anunció el entonces presidente Nicolas Sarkozy en septiembre de 2008: “Nos espera una gran revolución. La crisis no solo nos hace libres de imaginar otros modelos, otro futuro, otro mundo. Nos obliga a hacerlo”.

La imaginación sin límites de las élites y de sus laboratorios de dinámica social ha obrado el milagro de crear el ese nuevo orden feliz que sitúa a la felicidad, al bienestar y a la libertad en el centro de los modelos, de los sistemas y de toda la vida del ser humano. Por ello, “desde 2012, cada 20 de marzo las 7.800 millones de miembros de la familia humana mundial, que viven en 206 países y territorios, celebran la felicidad como un derecho y un objetivo humano fundamental, y #HAPPYTALISM como un nuevo paradigma económico para la humanidad”. Es el Día Internacional de la Felicidad de la ONU.

Con la crisis pandémica, la ONU está avanzando en este nuevo paradigma económico de felicidad, para lo cual moviliza 30 billones de dólares, con el fin de alcanzar sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Según las Naciones Unidas, estos objetivos tienen el poder de crear un mundo mejor para 2030 en su primera fase, y 2050 en la siguiente, por lo que nos pide que nos unamos a su mágico proyecto: “Ahora depende de todos nosotros, los gobiernos, las empresas, la sociedad civil y el público en general trabajar juntos para construir un futuro mejor para todos”. Cristina Martín Jiménez.

Esa es la visión del Mundo Feliz que las élites preparan para el futuro. Hay un meme circulando que dice, en referencia a Huxley: “Escribí Mundo Feliz como una historia precautoria para las futuras generaciones ¡y no como un fatal manual de instrucciones!”.

domingo, 20 de junio de 2021

Gurgaon y Cherán, las ciudades sin Estado

Ejemplos de que el anarquismo y el liberalismo sí son posibles, entendidos como formas de organización social sin Estado. Basta mencionar las experiencias de Gurgaon en la India y el de Cherán en México.

Respecto a Gurgaon, se señala que al existir en dicho distrito menos control sobre las posibilidades de desarrollo, las empresas e industrias crecieron rápidamente. “Contrario a lo que ocurre en China, donde el Estado es el que guía e impulsa el desarrollo, en la India, las ciudades han tendido a crecer precisamente gracias a que el gobierno no se involucra en la inversión privada”1.

Por otra parte, sobre Cherán, un pueblo indígena de Michoacán, se ha dicho que se convirtió en un ejemplo de organización ciudadana, sin intervención de autoridades centralistas. “Los habitantes de esta comunidad obtuvieron el reconocimiento de su forma de gobierno sin que lo permitieran las leyes locales (…) Pero además, es uno de los pocos casos en México donde la semilla de la organización nació como una forma de autodefensa civil”2.

Son experiencias de comunidades libres y autogestionadas, aunque cuentan con su propio ethos, lo cual no quiere decir que deban replicarse hacia otras latitudes de Sudamérica. La idea es transmitir el bicho de la autonomía en la consciencia de los individuos y aplicar la desobediencia civil a lo Thoreau frente a los abusos o excesos del gobierno de turno, sea este cual sea, porque como bien decía Thoreau: “creo que el mejor gobierno es el que no gobierna en absoluto; y cuando los hombres estén preparados para él, ese y no otro será el que tendrán”.




sábado, 19 de junio de 2021

Se cae el cuento chino del murciélago

Según afirmó Pablo Hiriart en El financiero: “La historia del chino que amaneció con antojo de desayunar una suculenta sopa de murciélago y se contagió de Covid en el mercado de Wuhan, se tambalea.

Es una salida cómoda para evitar problemas políticos, pero la ciencia y el periodismo apuntan a que el virus causante de uno de los cataclismos sanitarios más letales de la historia salió del Instituto de Virología de Wuhan, en China.

Hasta el momento no existe ninguna evidencia de que el virus haya pasado de un murciélago a un humano, ni que un tercer agente vivo haya sido el eslabón entre el murciélago y una persona. Cero”.

Se cayó la gran farsa del 2020 (y así irán cayendo otras tantas). Como decía Epicteto: “La verdad triunfa por sí misma. La mentira siempre necesita complicidad”.

Ley de Medios

“No esperamos cerrar medios, pero efectivamente, creemos que primero el Estado tiene que tener medios que aseguren pluralidad y que efectivamente tiene que establecerse una Ley de Medios que asegure pluralidad y objetividad en la información”. Jadue dixit.

Y yo me pregunto ¿en qué planeta la pretendida objetividad de la información es establecida por ley?

Chile Macondo

“Tan eficaz fue la cuarentena, que llegó el día en que la situación de emergencia se tuvo por cosa natural, y se organizó la vida de tal modo que el trabajo recobró su ritmo”. Cien años de soledad.

Por un Valparaíso sin Congreso

Como se sabe, en el lugar del mítico Hospital Deformes de Valparaíso, Pinochet mandó a construir el Congreso Nacional, un impresentable palacio, con el fin de trasladar las oficinas legislativas desde la Alameda santiaguina. Lo hizo, según un amigo, con la clara intención de dejar un legado de arquitectura para cuando cediera el poder. Así también lo afirmó la artista visual holandesa, Eva Olthof, cuya relación con Valpo se remonta a la cinta de Jordi Ivens. "Yo venía de trabajar en una exposición sobre la idea del panóptico, y el edificio del Congreso posee una mirada de panóptico post traumático. Bueno, hay varias cosas en esta ciudad, y en el país, que todavía siguen recordando el período de Pinochet; lo mantienen presente". Estas fueron las palabras de la artista visual sobre la construcción de ese evidente símbolo de poder. El Congreso aún permanece en el puerto siendo el epicentro de la corrupción política chilena durante más de tres décadas. Para aquellos que creían que el legado de Pinochet había terminado, ahí está la prueba material de su equivocación. El Congreso representa, hoy por hoy, la memoria viva del dictador, el arco del triunfo del nuevo orden.

Han sido muchos los intentos de llevarse a esa mole de vuelta a Santiago, de donde nunca tendría que haber salido. Pero, a vista y paciencia de reformadores y beligerantes, continúa ahí impertérrita, alimentándose de los impuestos robados a la gente, para que parásitos burócratas de todos los sectores sigan vampirizando a la población y dirigiendo sus vidas. ¿Se habrán preguntado los presidenciales y constituyentes acerca de este hecho crucial? ¿Lo harán alguna vez? Tengo severas dudas.

Me acuerdo que para el 18/10, a partir de esa insurrección llamada estallido, corría el rumor de que querían extirpar de raíz ese tumor maligno llamado Congreso, contra todo pronóstico. El amigo decía que el Congreso, en cierta forma, rompió con la mística de la ciudad, precipitándola hacia la decadencia en la que hoy está sumida. Según él, sirvió de catalizador para los agentes negativos que de ahí en adelante descuidaron y arrasaron con la vida propia del puerto. Por supuesto, reflejado en el tejido social, en el diseño urbano, pero también explicado a nivel, si se quiere, cósmico, subliminal. Algo habría muerto con el Hospital Deformes: un espíritu, una determinada manera de sentir Valparaíso. En cambio, algo se habría desatado con el Congreso: una sombra, una fosa de bajos astrales.

Conviene visualizar el fin del Congreso, repetía el amigo. Al menos, imaginar su eventual fin. Habría que influir en esa idea mediante egregores que vayan creando una conciencia colectiva con la suficiente entidad para hacer posible esa realidad. De esa forma, y sin el Congreso enquistado en pleno corazón porteño, se abriría la puerta para imaginar otro Valparaíso, uno que retomara sus viejos colores, sus grises, sus atmósferas lovecraftianas, sus Cuevas del Chivato, sus paseos y edificios de corte europeo, su vida turística y portuaria, en suma, su clase, su estilo. Solo imaginen, en el lugar de esa horrible mole, una ampliación de la Plaza O Higgins. Un pulmón verde en el lugar que antes era ocupado por las Cámaras de Diputados y Senadores. Qué distinto sería. Qué digno sería entonces el puerto de Valparaíso sin su principal mal endémico.
“¿Por qué no consigo escribir para los demás con la misma sinceridad que empleo en este diario? Solo aquí la palabra es adecuada al sentimiento, y la pluma sigue al corazón sin intermediario alguno, sin reflexionar, sin combinar, sin mirarme sin pensar más que en la exactitud. La preocupación literaria es el enemigo de la verdad, de la sencillez. Sólo Pascal, dice Vinet, ha logrado un estilo perfecta y exclusivamente verdadero. Pensar en el estilo es ya rebuscado, es ya un cisma interior. ¿Cuándo se fusionarán, dentro de mí, el escritor y el hombre? Es un problema moral: cuando ya no tenga vanidad, y tenga más fuerza moral y confianza en mí. Ser verdadero es ser fuerte”. Henri-Frédéric Amiel.

viernes, 18 de junio de 2021

¿Han pensado alguna vez las agrupaciones feministas en rebelarse contra George Soros, J.P Morgan, la Fundación Ford, la Fundación Bill & Melinda Gates y la Fundación Rockefeller? ¿Han pensado en rebelarse contra los “auténticos patriarcas”, los especuladores que financian la ideología de género alrededor del globo, con fines e intereses corporativos? No lo creo. En cambio, insisten en culpabilizar al hombre hetero de a pie (tan esclavo del sistema como ellas), a una supuesta estructura de opresión sistemática contra la mujer (existente tal vez solo en Arabia Saudita y en otros países del Medio Oriente), proclamándose la vanguardia de una sociedad progresista, cuando lo único que están logrando es seguir la hoja de ruta diseñada por las élites, la agenda global de los poderes fácticos: divide et impera.

jueves, 17 de junio de 2021

Ejercicios de inventario (Taller de diario íntimo)

*


A mi lado izquierdo, sobre la mesa, un televisor Samsung, una consola de multijuegos y el libro “La verdad de la pandemia” de Cristina Martín Jiménez. Junto al notebook, una taza de café con sarro, semi vacía.



17/06/21

Después de clases, volví en metro a Viña. Pensé en comprar un libro de Bakunin. Dios y el Estado. Busqué y busqué. Sin stock. No estaba por ninguna parte. Caminé entonces rumbo a la casa, sin Dios ni Estado, pero con mucho por hacer.



17/06/21

Yo soy nicho de contradicciones. Ahora que lo pienso, no tengo nada claro ¿acaso lo hay? Me duele la cabeza, mientras sostengo mi frente con la zurda y escribo a pulso con la derecha, tiritando contra el tiempo, impelido por la pantalla, el mañana acuciante. Toca quedarse en casa, pero todo sigue, sigue…
Mijail Bakunin siempre fue de mi mayor simpatía que Karl Marx, en parte, por su duro cuestionamiento, desde el anarquismo, a las ideas comunistas, las cuales, al pretender la transición hacia su sociedad sin clases mediante el control del Estado por parte de los trabajadores (la «dictadura del proletariado») y mediante la regulación de la economía con una planificación centralizada, caen inevitablemente en la lógica del poder, al acrecentar el Estado mismo que, por definición, acaba convirtiéndose en un nicho de burócratas. El gran Leviatán Hobbesiano. Y no lo digo yo. Lo dijo el propio Bakunin: “Ellos sostienen (los comunistas) que sólo una dictadura -por supuesto, su dictadura- puede crear la voluntad del pueblo. Nuestra respuesta a eso es: una dictadura no puede tener otro objetivo que la autoperpetuación, y sólo puede engendrar esclavitud en el pueblo que la tolera; la libertad sólo puede ser creada por la libertad, es decir, por una rebelión universal del pueblo y una organización de las masas trabajadoras desde sus cimientos”*. Injusto que Bakunin ahora sea tan silenciado y restringido al estudio de teóricos de la política y, en cambio, Marx se haya convertido en esa especie de apóstol de una sociedad nueva, siendo que, en la práctica, sus ideas vueltas sistema de gobierno confirmaron a cabalidad el pronóstico bakuniano. Me aventuraría a pensar que si la izquierda radical hubiera seguido más a Bakunin que a Marx, estaría verdaderamente inclinada hacia la libertad y la autodeterminación (como lo fue en un principio), y no hacia la mera concentración del poder estatal, sin que nada de eso constituya un descrédito del asunto público.

*Estatismo y anarquía, Mijail A. Bakunin, Escritos de filosofía política (II), Compilación de G. P. Maximoff, Altaya

miércoles, 16 de junio de 2021

El Che, rostro de la ONU

La Unesco fue criticada por exaltar la figura del Che Guevara. Una entidad internacional que se pretende imparcial, visibilizando a un líder político de la izquierda, asesino, abiertamente homófobo y cómplice de la tiranía. Aunque parezca absurdo, sigue siendo el ícono de millones de jóvenes progres e incluso hasta de partidarios LGBT. Recordemos que en el histórico discurso subido por la Unesco a su página y celebrado en la Asamblea General de la ONU en 1964, el Che dijo, con todas sus letras: "Hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando". Vaya ídolo de paja. Vaya justiciero. Vaya legado de sangre.
"En estos juegos de élite se enmarca el simulacro EVENT 201, celebrado el 18 de octubre de 2019, en The Pierre, un hotel de lujo situado en Manhattan, Nueva York. Se trataba de una IGWELS, acrónimo usado por las élites para referirse a las Informal Gathering of World Economic Leaders (reuniones informales de líderes económicos mundiales). El encuentro lo organizaba el Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud, en asociación con el Foro Económico Mundial y La Fundación Bill y Melinda Gates, y se planteó un ejercicio ficticio que giró alrededor de un virus surgido de los cerdos". Cristina Martín Jiménez, La verdad de la pandemia.

En resumidas cuentas, mientras ocurría el EVENT 201 de la ciudad de Manhattan, y las élites escenificaban cómo se debilitarían las alianzas internacionales y los Gobiernos nacionales ante la llegada de una pandemia global, en Chile unos estudiantes organizados comenzaban a realizar evasiones masivas en los andenes del metro de Santiago, levantando torniquetes para ingresar a ellos sin pagar, todo lo cual sería la “mecha visible” para lo que se conocería posteriormente como “estallido”.

Idénticas fechas, curiosa sincronía.

martes, 15 de junio de 2021

El culto mundial del suicidio por vacuna

“El culto mundial al suicidio por vacuna es muy real, y es un producto de la hipnosis masiva combinado con un deseo generalizado de auto-aniquilación. Llevadas al punto de la locura por la cultura enloquecida y el terrorismo psicológico de los principales medios de comunicación, muchas personas ahora están buscando consciente o inconscientemente poner fin a sus propias vidas —los suicidios globales se han disparado desde que comenzaron los confinamientos por covid— y ahora se han topado con su solución final: la vacuna contra el covid. Heaven's Gate fue un culto de California que terminó en la década de 1990 cuando casi todos sus miembros se suicidaron después de tener fe en que su líder, un hombre llamado Applewhite, los llevaría a la salvación. De la misma manera en que los miembros de la secta Heaven's Gate pensaron que podrían lograr la ascensión y elevarse por encima de la humanidad, consumiendo veneno que creían que los teletransportaría a una "nave nodriza alienígena", esperándolos en el otro lado del Cometa Haley, los cultores suicidas de la vacuna de hoy creen que pueden lograr la ascensión inyectándose a sí mismos con un arma biológica mortal que los transformará en un ser humano "libre" y les dará estatus VIP en la sociedad (gracias a sus pasaportes de vacuna). Exactamente de la misma manera en que los cultores de la Puerta del Cielo se suicidaron en busca de ascensión a un dios falso, los adoradores de la vacuna de hoy se están matando, mientras rinden homenaje al falso dios de la "ciencia". Y el desenlace será el mismo: muerte masiva y delirios destrozados”.

Pocas cuestiones me han atemorizado, pero este misterioso mensaje enviado al spam de mi Gmail sí que lo hizo. Imagínense despertarse y recibirlo en la madrugada.
Ser absolutamente independiente de la política implica ser absolutamente "idiota", pero ojo, idiota en su sentido clásico (aquel que no participa de las cosas públicas, de las cosas concernientes a lo público, por ende, lo político). Yo, por ejemplo, soy un idiota. A lo mucho, voto. El resto, simpatizo, opino, pero no me interesa ser parte, formar parte. 

lunes, 14 de junio de 2021

Plan Covid cero

Para frenar la pandemia, ahora el Colmed planea que haya Covid cero a través de un “cortocircuito epidémico” que paralizaría al país, para luego restituirlo de manera progresiva mediante una propuesta de tres pasos, hasta avanzar a una llamada “burbuja territorial” en la cual se eliminarían todos los límites del contacto social, siempre y cuando se implementen estrictas fronteras sanitarias. Léase aquí “cortocircuito” como shock o apagón, y “burbuja” como status quo o estado de sopor. Y yo me pregunto ¿Dónde quedó la libertad? ¿Dónde quedó la libertad? Señora Iskia ¿No encontró acaso metáforas más amables para su maravilloso plan anti bicho?

domingo, 13 de junio de 2021

Dato curioso: La primera novela de Chile fue escrita por un liberal, y versa sobre un infierno alegórico al cual se accede desde Valparaíso.

Chile y Don Guillermo

sábado, 12 de junio de 2021

Llevé las guías al colegio el día jueves, a pesar de la prohibición expresa de la UTP. Nunca consideré que las guías fueran realmente un vehículo de contagio del bicho. ¿Habrá tenido la UTP algún respaldo científico o fue una pura tincada, un miedo ante los posibles reclamos de apoderados? Lo más seguro es que fuera esto último. Como sea, imprimí las guías. El día que me tocó con Segundo Medio las saqué, de forma temeraria, a vista y paciencia de un colega que por allí pasaba. Los chicos en la sala las recibieron sin mayor problema. Su actitud fue de lo más distendida. Ninguno de ellos siquiera hizo un gesto de recelo ante las hojas fotocopiadas sobre la mesa.

Cuando les mencioné lo que me había dicho la UTP, los chicos siguieron con su guía en las manos. No hubo una reacción inmediata, aunque una de las alumnas se ajustó la mascarilla como acto reflejo. Otro chico pasó la mano levemente por encima de las hojas, como queriendo limpiarlas. Efecto en cadena. No lo podía asumir, pero el solo hecho de enunciar la posibilidad de la existencia del bicho sobre las guías, pese a decirla en tono broma, agregando que no las había sanitizado, sembró de a poco la duda entre el alumnado. ¿Estaba o no estaba el bicho en las guías? ¿O solo estaba en la mente de ellos, a raíz de su peligrosidad semántica? Nadie podía saberlo, tampoco su profesor, por el solo hecho de que estábamos ante un enemigo invisible, creado por nuestra sugestión en el terreno pedagógico.

Al rato, llegó el colega de la mañana a interrumpir la clase, diciendo que la UTP me buscaba. Era cosa de tiempo para que ella se enterara sobre la cuestión. Entonces bajé hasta su oficina. A medio camino, nos topamos en el patio. Descubrió que había traído las guías a la mala. Me pidió encarecidamente que no lo hiciera, porque ese material podía ser transmisor, y sería ella quien respondiera ante un eventual contagio. Le pregunté que cómo era eso posible. Si tenía evidencias sobre lo que decía, que confirmaran la probabilidad de que el bicho estuviese en mis guías. Nada. Solo sus dichos. Su conjetura temerosa. Su paranoia respecto a mi material. Su precaución altamente sugestiva y paranoica. De modo que, para evitar problemas, opté por seguirle la corriente. Aun así, seguía pareciéndome ridículo.

Volví con los chicos. Les conté que me habían llamado la atención por las guías. “¿Entonces las guardamos, profe? ¿Qué hacemos?”, preguntó una alumna. “Úsenlas igual, pero para la siguiente clase usaremos otro medio”, le respondí. “Que le dan color”, agregó otra alumna, conversando con su amiga y pasando la mano tranquilamente sobre las hojas. Así, tocó desarrollar la clase con las guías y con el computador para tratar de conectar con los estudiantes en línea, en una suerte de desdoblamiento digital, a la vez que los chicos procuraban no manipular demasiado las guías, no fuera a ser que el bicho comenzara a emanar del desarrollo de sus respuestas. Terminada la clase, la alumna del principio me volvió a preguntar qué hacemos con las guías. Le respondí que me las devolvieran, que era más seguro de esa forma. Les presté unas toallitas húmedas que me habían pasado en portería para humedecerse las manos. Entonces, se despidieron y salieron de la sala. Mientras tanto, cerraba sesión para los chicos del otro lado de la pantalla, quienes lo escucharon todo, aunque sin audio ni cámara prendida, absortos en su ausencia presente.

Al salir, me dejó pensando el miedo de la UTP a las guías. Siempre lo supe inconsistente. Pero estaba dispuesto a cumplir su requerimiento, con tal de evitar algún desaguisado. Mal que mal, me tenían a prueba. Cuando me dirigía a tomar el metro de vuelta, me llamó la UTP. ¿Cuál era la razón ahora? ¿Volver a llamarme la atención sobre las guías? Fue lo primero en lo que pensé. Sin embargo, lo hizo para informarme que declinaba su decisión respecto del material físico. Que le enviara igual las guías al correo, por supuesto, manteniendo las “estrictas medidas”. Todo concluyó en una determinación tomada por la directora, sobre el correcto uso de herramientas didácticas en contexto covid. La UTP pidió que la disculpara. Le dije que no había problema. Que todo lo hacían por el bien de la comunidad. Que cualquier error en la metodología se perdonaba por ese sacro fin. Volví a casa, preparado, mentalizado en el material de la próxima semana, en el próximo contrabando de bichos sugestivos. Lo único verdaderamente contagioso, fue, al parecer, la pérdida de la razón. Y la insalvable pérdida de tiempo.
Luis Rey, en facebook: "Vivimos en una dictadura posmoderna: lo decisivo es controlar el relato, los hechos no son relevantes para la acción política".

viernes, 11 de junio de 2021

Año Tres Mil (corrección)

Versión definitiva de la introducción de la obra del cuidador de autos:

Año Tres Mil, donde el ser humano nace para el espacio sideral, aprendiendo todo sobre la tierra y el ser humano, además de electrónica desde los 5 años, para que cuando tenga 10 ya tenga conocimiento para ser astronauta y así desarrollar el razonamiento y el buen convivir.

José Victorino Lastarria: El gobierno de sí mismo.

Lo que aún no entienden o no quieren entender los políticos de ambos espectros (incluyendo los mal llamados "independientes" o, mejor dicho, "simpatizantes") es que el Estado es siempre, por definición, liberticida. Así mismo lo dejaba en claro José Victorino Lastarria, aquel gran liberal chileno: “Si queréis ser gobernados por leyes y no por la voluntad del gobernante, limitad la autoridad, definid las atribuciones de vuestros mandatarios, hacedles comprender que no tienen derecho a mandar, que sus atribuciones no son sus derechos”. En suma: “La realización del progreso positivo, fundado en la libertad y desarrollado por el gobierno de sí mismo, es lo único que puede traer el desenvolvimiento completo de todos los fines de la vida”. Faltan lastarrianos en Chile que sopesen e internalicen estos postulados y no se caigan ebrios, maximalistas, ante el menor atisbo de poder. 

miércoles, 9 de junio de 2021

Deconstruir la (Nueva) Constitución. El horizonte simbólico del país radicará en ese ejercicio.
José Ortega y Gasset, en el prólogo de La rebelión de las masas, hizo el juicio quizá más acertado sobre la política en Occidente, hoy por hoy: "Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral".

martes, 8 de junio de 2021

Camino hacia la Posverdad

Como decía el abogado Francisco Oneto: "A falta de razones y argumentos lógicos, tenemos que recurrir a las emociones". Aplíquese cual corolario para el chantaje, el soborno y la conspiración (sobre todo en época de campañas).

lunes, 7 de junio de 2021

«Aquellos monstruos que encantan y aprisionan la libertad, no son sino una alegoría de la verdad. Esos monstruos existen en la sociedad misma, porque en ella está la ignorancia, la mentira, el fanatismo y la ambición: circulan en su sangre ¿No vista ya la ambición entronizada, trabajando para sostener su imperio? ¿No viste ya la mentira infiltrada en la sociedad y en la prensa? Ve ahora la ignorancia encarnada en el pueblo mismo. Observa y la verás entrelazada en todas partes con el fanatismo y la ambición» Don Guillermo. José Victorino Lastarria.



domingo, 6 de junio de 2021

Krypto, youtuber liberal, planteó en un video que la llamada Revolución molecular disipada, concepto de Guattari reinterpretado por Alexis López Tapia, era para los derechistas anti progres, lo que la Doctrina del Shock, concepto ideado por Naomi Klein, era para los izquierdistas anti neoliberales en Chile. Hay en este parangón, sin duda, una teoría del espejo asociada a las conspiraciones políticas de lado y lado. Ambos establecen un enemigo identificable, un modus operandi maquiavélico y una manera de delimitar la trinchera propia. ¿Por qué vale la pena rescatar estos planteamientos? Pues porque evidencia la grandísima falta de reflexión y autocrítica sobre las propias herramientas ideológicas de confrontación, las cuales pueden caer directamente en la posverdad, razón por la que cada simpatizante, en cuanto individuo con criterio y discernimiento, debería poder sacar sus propias conclusiones, a raíz de la evidencia y no del mero discurso aprendido para acoplarse a tal o cual bando. Por eso mismo, Krypto acabó señalando que está más cerca de la posición crítica del análisis y de la divulgación que del activismo militante, cosa que suscribo y comparto plenamente.
"La metamorfosis de Kafka se considera una obra maestra de la literatura. ¿Por qué? Si es ciencia ficción, es mala ciencia ficción. Si, como Rebelión en la granja, es una alegoría, ¿una alegoría de qué? Las respuestas académicas van desde las freudianas pretenciosas hasta las feministas más descabelladas. No lo entiendo. ¿Dónde está el traje del Emperador?"

Considero que la libertad de expresión debe ser defendida a ultranzas, incluso si hasta Richard Dawkins, un cientificista ateo recalcitrante, postea algo como esto en Twitter.

sábado, 5 de junio de 2021

La verdad de la pandemia



“Hay quien confía en los políticos; otros, en los mensajes que difunden los medios de comunicación; algunos, en los consejos de su cantante o actor favorito. Yo no me fío de nadie. A lo largo de todos estos años he aprendido que detrás de lo que vemos hay otro mundo, también real, pero oculto, con sus propios intereses y sus modos de presionar a los gobernantes y a los ciudadanos para lograr sus propósitos. Ese mundo real e invisible lo forman seres con una psique distinta a la del resto de los mortales. Colaboran entre sí para volverse cada vez más poderosos, pero también pelean los unos contra los otros por ocupar el primer lugar en su ranking particular. Me estoy refiriendo al Poder con mayúsculas, ese que va más allá de lo imaginable y que se sirve de un arma fundamental: la mentira.

Hace diez años, en el libro que titulé Los amos del mundo están al acecho, escribí acerca de la utilización de las pandemias y del miedo irracional como estrategias para forzar cambios estructurales en las sociedades de todo el planeta. Esa fue la conclusión que obtuve tras la investigación exhaustiva desarrollada durante la llamada “pandemia” de la gripe A (2009-2010).

El objetivo esencial de lo que denominé la “táctica de la pandemia”, combinada con otros mecanismos de presión y manipulación, es la imposición de una especie de gobierno mundial. ¿Cómo forzarías a los habitantes del planeta a aceptar una situación que, en principio, no están dispuestos a aceptar? Asustándoles. Atemorízales con un virus global que nos afecte a todos para conseguir que las mismas medidas se adopten en todos y cada uno de los países del mundo. Un arma invisible, imperceptible, que nos persiga en las calles, en los supermercados, en los conciertos, en los campos de fútbol y que termine forzando la instauración de determinadas medidas políticas y sociales.

Y así llegó la primera: todos los países del mundo declaran el Estado de alarma.

Entonces comienza el susurro torturador de unas extrañas sirenas que te hablan al oído las veinticuatro horas del día y te amenazan no solo con tu muerte, sino con la de tus seres queridos si te atreves a ir a sus casas, porque, según dicen, portas la muerte dentro de ti. Te prohíben pisar las calles, pararte a hablar con tu vecino, pasear por las playas de mares azules, ir al monte a coger setas, tumbarte sobre la hierba fresca, respirar profundamente y sentir el calor del sol en tu cara mientras cierras los ojos y permites que te envuelva una cálida sensación de libertad. ¿Libertad? Divino tesoro. Todo lo que suena a libertad se prohíbe en nombre de la vida. Pero no nos engañemos. ¡Nada de esto se ha hecho en nombre de la vida! Es el poder. Es el miedo, causado por un monstruo invisible, que se instala en tus entrañas”.

La verdad de la pandemia, Cristina Martín Jiménez.

viernes, 4 de junio de 2021

El viernes pasado me escapé a Valparaíso a chelear un rato. Nos juntamos con un amigo en Cumming. Estaba lleno como nunca, como si fuese el Valpo de siempre, el Valpo de todos los viernes por la noche, el Valpo pre-pandemia. “Esta wea es una catarsis”, repetía el amigo. Una catarsis producto del encierro de más de un año, prolongado indefinidamente durante el Estado de excepción que se ha vuelto la regla. Pese a admirar ese espontáneo y soberano arranque de libertad, considerando el propio hecho de ir a carretear contra todo pronóstico, surgía el dilema moral, el odioso y mediocre dilema respecto al bicharraco ¿será prudente seguir manteniendo las restricciones establecidas por decreto mientras continúa el riesgo latente de alojarse en otros huéspedes? Eso, teniendo en cuenta el exitoso proceso de vacunación, pero los llamados expertos aseveraron que las vacunas no inmunizan frente al contagio y solo evitan la posibilidad de abrazar la muerte, los mismos expertos que en un principio llamaban a la vacunación obligatoria como medida de civismo, de decencia y de virtud.

Cavilamos sobre ello con el amigo, a medida que los cabros libertos no paraban de repletar las aceras y las esquinas. Cuando nos decidimos a buscar un local para beber tranquilos, estaba por comenzar lo que parecía una suerte de tocata callejera. Previo a eso, otro grupo de cabros protagonizaba una protesta pacífica en el sector de la Plaza El descanso. Le dije al amigo que observara bien esa protesta, que observara bien a la banda de “irresponsables” sin bozal. Él comentó que tal vez se trataba de la manifestación convocada en la tarde frente a la Intendencia, que luego derivó hacia estas anárquicas latitudes. Era, de todos modos, improbable, porque la manifestación convocada tenía por motivo exigir la reapertura de los locales comerciales y el término de las cuarentenas para poder trabajar, y ese era un motivo bastante ajeno a la idiosincrasia de estos cabros, movidos igualmente en pro de la libertad, pero no desde el ángulo del laburo, sino que desde la pura rebeldía hormonal en masa, en donde cabía un macro organismo de opciones diversificadas: libertinaje, alcoholismo, drogadicción, conspiranoia, o bien, consecuencia social. En suma, ansias, ansias, ansias de romper cadenas o de romper bozales, un puro pulmón que respiraba auténtico, disonante, el aire viciado del desenfreno.

Luego de beber piola unas cuantas birras en el Anfi, brindando por cualquier cosa, con la excusa de salir de casa, nos pusimos a elucubrar en torno al bicho. Que podía haber tenido un origen artificial, que Cristina Martín Jiménez publicó un libro que versaba sobre la Verdad de la pandemia, que han surgido muchas teorías terroríficas en torno a las elites que mueven los hilos de esta maquinaria. Las ideas y referencias en torno al corona iban surgiendo conforme el alcohol subía a la cabeza. A su vez, la música punki de la tocata frente a la plaza se volvía la banda sonora de un Valparaíso pandémico, un Valparaíso que viralizaba su propios vicios y liberaba sus propias pasiones, todavía en convalecencia desde tiempos precovidianos, nostálgicos tiempos de estallido en que todo parecía sencillamente una revuelta icónica contra el gobierno y no la pesadilla orwelliana que es ahora, prolongada desde el año en que cayó la noche sobre la década.

No faltó mucho para que desalojaran el lugar, conforme se aproximaba la hora del toque de queda. Entonces, ya con el agua sobre el bote, salimos rápidamente de aquel verdadero festival de jóvenes asintomáticos, inmunes o sencillamente infectados de alegría. Consideramos el tiempo, y era risible el solo hecho de volver a la casa antes de las diez, siendo que, en circunstancias normales, esa era la hora en que recién salíamos a disfrutar un jodido San Viernes. La excepción se estaba volviendo la regla, nos repetimos. Cerca de la Pinto, una familia había puesto una mesa improvisada para compartir. No sabíamos a qué local pertenecía. A ninguno, porque todo está en proceso de quiebra. Porque todo está cerrando. Porque ya nada puede volver a ser como antes, como ese Valpo rancio pero vivo, como ese mundo mórbido pero no encerrado.

Nos separamos con el amigo en la esquina más próxima a Bellavista, con esa sensación internalizada del miedo, de la voluntad parcelada mediante la coerción. Sin embargo, las cervezas en el cuerpo causaban los suficientes estragos para ahogar la hipocondría. Valparaíso, en tanto, seguía orquestando la música del caos en su centro neurálgico, como manifestación de sus propios bichos alborotados y de sus propios anticuerpos. Muchos cabros de seguro se amanecerán arrancando de los perros estatales. Otros, más obedientes, respetarán la medida de los matasanos. Podría el mundo estar siendo atacado por una bomba biológica. Podría, de hecho, confirmarse esa teoría de la conspiración, pero en Valpo, el hueveo seguiría de todas formas, porque ha demostrado ser inmune a relatos, a maquinaciones sobre el final de las cosas, porque es inmortal y trasciende por igual la ciencia de los sanos y la religión de los enfermos.

Año Tres Mil (continuación)

El cuidador de autos me entregó otro avance de su futura obra. Lo transcribo literal:
... el razonamiento y el buen convivir, antes que.... (los puntos suspensivos son reales. El hombre mantiene la expectativa).
Justo después del proyecto presentado por Alessandri para sacar el 100% de la plata de las AFP, Pamela Jiles arremete y presenta otro proyecto exactamente igual, con la salvedad de que el primero lo hizo con el fin de contrarrestar la idea de la nacionalización de los fondos, y la segunda simplemente para destruir el ya deslegitimado sistema de pensiones.

Lo absurdo de la cuestión es que personajes del ala comunista como Vallejo no están de acuerdo con el retiro total, hasta el mismísimo Luis Mesina (No + AFP) criticó la medida como “populista”, y ahora Piñera pretende bloquear el proyecto.

Nuevamente se cumple la profecía parriana: "La izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas". Estatistas y corporativistas, en el fondo, juegan bajo las mismas reglas.

jueves, 3 de junio de 2021

Diatribas liberales y antiestatistas para un mundo encuarentenado

“El Estado es la gran ficción en la que todo el mundo quiere vivir a expensas del prójimo”. F Bastiat.

“Nunca podrá haber un Estado realmente libre e iluminado hasta que no reconozca al individuo como poder superior independiente del que derivan el que a él le caben y su autoridad y, en consecuencia, le dé el tratamiento correspondiente”. Henry David Thoreau.

“Si nota alguna semejanza entre el gobierno y las vulgares mafias locales que extorsionan cobrando impuestos por “protección”, no se sorprenda. El gobierno es una banda de criminales que se inició de la misma forma, solo que ahora justifica su robo con “interés social” y disimula su descarada expoliación con la excusa de luchar por los desamparados”. Lysander Spooner.

“El Estado es una condición, una cierta relación entre seres humanos, una forma de comportamiento humano; que destruimos estableciendo otras relaciones, comportándonos de manera diferente, con uno y con el otro”. Gustav Landauer.

"Cuando la revolución se convierte en el Estado, vuelve a ser mi enemigo" James C Scott.

"La influencia pública es el verdadero gobierno del mundo". Josiah Warren.

“Porque, al igual que se ha dicho que no hay casa a medio camino entre Roma y la razón, puede decirse que no hay casa a medio camino entre el socialismo de Estado y el anarquismo”. Benjamin Tucker.

“Estado se llama al más frío de todos los monstruos fríos. Es frío incluso cuanto miente; está en la mentira que se desliza de su boca: Yo, el Estado, soy pueblo”. Nietzsche

“La sociedad civil no es el Estado, porque según el análisis que hemos hecho, es un organismo complejo en el cual el hombre, la familia y el municipio, que son los órganos, ejercitan fuerzas humanas en diversas esferas de actividad producidas por otras tantas ideas fundamentales, cooperando espontáneamente hacia un fin común”. José Victorino Lastarria.

“¿Qué es el Estado sino una mafia organizada? ¿Qué es el impuesto sino el robo a una escala gigantesca y descontrolada?”. Murray N. Rothbard.

“La sociedad en cada estado es una bendición. El gobierno, en su mejor estado, es un mal necesario y en su peor estado es intolerable”. Thomas Paine.

“Entendiendo como conservador todo lo que aumenta la coacción del Estado sobre los individuos, hay que dar ese nombre a cuantas medidas tiendan a dicho fin, sean interesados o desinteresados los móviles de sus autores”. Herbert Spencer.

“Un Estado que impide el desarrollo individual de sus hombres, a fin de que sean instrumentos más dóciles en sus manos, se encontrará con unos hombres tan pequeños que ninguna cosa grande puedan realmente conseguir”. John Stuart Mill.

“El que me coacciona pretende hacerlo porque sus razones son fuertes; pero realmente lo hace porque son débiles. William Godwin.

“El poder del Estado emplea la fuerza, el individuo no debe hacerlo. En manos del Estado, la fuerza se llama derecho; en manos del individuo, recibirá el nombre de crimen”. Max Stirner.

"La medida del éxito del Estado es haber conseguido que la palabra anarquía asuste a la gente, mientras que la palabra Estado no". Joseph Sobran.

“El Estado es el altar de la libertad política que, como el altar de la religión, está concebido con el solo propósito del sacrificio humano”. Emma Goldman

“Para mí el Estado es el enemigo ahora; yo querría un mínimo de Estado y un máximo de individuo. Para eso quizá sea necesario esperar algunos decenios o siglos, lo cual, históricamente, no es nada. El más urgente problema de nuestra época es la gradual intromisión del Estado en los actos del individuo. Creo que, con el tiempo, llegaremos a merecer que no haya gobierno”. Jorge Luis Borges.