domingo, 19 de septiembre de 2021

Versiones del mito de Fedra


Si de revisitar la mitología griega se trata, tenemos en el mito de Fedra, hermana de Ariadna, esposa de Teseo, uno digno de ser relatado. 

Existen varias versiones. En la tradicional, se cuenta que Fedra, que era madre de dos hijos, Acamas y Demófon, se enamoró de su hijastro Hipólito, hijo de Teseo. Este, al conocer los deseos de su madrastra, la rechazó sin más. Entonces, Fedra se sintió tan humillada que le mintió a su marido Teseo, diciéndole que Hipólito había intentado ultrajarla. Esto enfureció a Teseo, a tal punto que maldijo a su hijo con uno de los tres deseos concedidos por Poseidón. Así, el dios del mar convocó un enorme toro desde el fondo del océano, que asustó a los caballos de Hipólito, arrastrando al jinete hasta su muerte. Tras la tragedia, la mentira de Fedra se descubrió y, para evitar más humillaciones, decidió quitarse la vida.

En otra versión del mito, el deseo de Fedra por Hipólito se trata de una maldición de la diosa Afrodita, como revancha en contra de aquel por haberle rechazado. Fedra se sintió tan angustiada a causa de su deseo que le pidió ayuda a su enfermera. En un intento de conciliación, ella le contó a Hipólito lo que sentía su madrastra por él. Hipólito no podía sucumbir a este amor porque había hecho un pacto con la diosa Artemisa, la diosa de la caza y de la castidad. Como fiel seguidor, le había jurado que nunca amaría ni se casaría. Por esto, Hipólito rechazó a su propia madrastra. Luego de su rechazo, Fedra temió las consecuencias de ser descubierta por su marido y planificó matarse, no sin antes escribirle una carta a Teseo, acusando a Hipólito de intentar seducirla, con tal de lavar su imagen y proteger a su familia de la ignominia.

Según el relato de Eurípides, al final Hipólito sobrevivió al castigo divino y fue llevado ante su padre. Entonces, Artemisa le explicó a Teseo que su hijo nunca se sobrepasó con Fedra, sino que Afrodita había provocado que su esposa se enamorara de Hipólito. Teseo fue acusado de haber juzgado a su hijo sin averiguar la verdad, pero este le perdonó antes de morir.

Existe otra versión que es una reescritura de la versión tradicional. En esta, Artemisa se lamentó por la pérdida de Hipólito y le reveló la verdad a Teseo sobre Afrodita y la maldición que puso sobre Fedra. Al final, Teseo acabó maldiciendo a los dioses por la muerte de su esposa y de su hijo.

En una cuarta versión, Teseo mató a su hijo al conocer la acusación de Fedra contra él. Luego, Fedra se suicidó por culpa, porque nunca tuvo la intención de que Hipólito muriera. Artemisa, más tarde, le contó a Teseo toda la verdad.

Una quinta versión relata que Fedra no se suicidó, a pesar del rechazo de Hipólito y de la mentira que le contó a su marido Teseo. En esta ocasión, Dionisio intervino, enviando un toro salvaje que aterrorizó a los caballos de Hipólito, salvándolo de morir.

Una sexta versión cuenta que la enfermera de Fedra le reveló a Hipólito el amor que su madrastra sentía por él, pero este juró que lo guardaría como un secreto, para no mancillar su propia honra y la de su familia.

¿Qué es verdad y qué es mentira en el mito de Fedra? ¿Fedra actuó manipulada por un capricho divino o lo hizo a sabiendas? ¿Hipólito actuó de acuerdo a una ética personal o solo siguió el juramente de la diosa? ¿Quién era la víctima o el victimario en esta historia? ¿Las diosas? ¿Fedra o Hipólito? Como sea, el mito de Fedra nos permite repensar el sentido de la verdad y la consecuencia de la mentira en la maraña de las relaciones humanas, entrelazada por obsesiones recónditas, voluntades primigenias, motivaciones inconscientes que, a veces, conducen, verdaderamente, a un destino no del todo definido, o parecen ser la causa de una tragedia más viva que nunca. ¿Cuántas Fedras e Hipólitos en este mundo sin dioses, actuando bajo un manto de nihilismo, con hibris, destruyéndose y reconstruyéndolo todo, hasta sus propios relatos, su memoria, su futuro?