¿Qué es Gragko?
He filtrado la tinta de la mente. Me temo que este hermetismo está a pronto a diluirse de manera metálica en los sonidos y conceptos.
Todos mis proyectos y empresas introspectivas he acabado de mantener grávidas. Debo quizá –para esta instancia especial- alumbrar la ingeniería de mi mundo íntimo. Temo, por eso mismo, un arranque de subjetividad vacuo a la hora de reflexionar sobre el proceso poético (que no es tal cuando se le observa desde esta cámara personal que es el yo), mi proceso poético, si es que puedo darme el lujo de una pertenencia auto indulgente y, por lo demás, intangible.
Resulta, de todo lo anterior, que considero mi devenir escritural algo demasiado auto-complaciente. Algo así como un completo onanismo mental ¿Por qué? Justo por el hecho de no abordar algún trazo de definición, de al menos describir mi estado y mi evolución escriturales de acuerdo a una lógica y a una geografía.
¡No importa! De todos modos, lo que más gravita en mi radio poético de influencias durante estos últimos días es el tema de la autocrítica. Encuentro un fenómeno sumamente paradojal y frustrante el de ser autocrítico. Pareciera que en todo el resto de las artes, por ejemplo, en todo el resto de los oficios estético-artísticos, la confianza en uno mismo fuera un plus para su ejecución de parte de los sujetos-médium con el nombre de artistas. Sin embargo, en poesía –y sí, con un conocimiento netamente externo relativo a talleres y cátedras por el estilo- o sea, en lo concreto de crear y estructurar poemas, la confianza es un defecto grave. Todos, erudita y académicamente, enfatizan en la faceta sombría, fatídica e incierta de la escritura de poemas. El oficio tortuoso. Ella se me aparece entonces como un ejercicio de extrema lucidez y concentración (casi devota) para manipular sonidos, semánticas, conceptos, ideas que broten del juego y el entrelazamiento de las palabras. En suma: una arquitectura totalmente funesta. Aun así, una fértil y susceptible para todo y para todos.
A pesar de ello, he insistido casi desde mi génesis en un obscurantismo que pocas veces mantengo a la intemperie junto a diminutas grietas interpersonales. Contribuyo a alimentar mi grandeza paranoica desde dentro y para adentro, pero es poca la luz que escapa y entra a través de dichas grietas. Me he visto siempre en la necesidad de renunciar a la comunicación, por ende, a mi persona, amén de un posible resentimiento o de un orgullo latente, y compensar ese vacío con la urgencia de cavar y cavar más profundo en mi propia burbuja, aquella que en su película aúna fiebres, fantasías, insomnios y errores.
Es a ese proceso de ensimismamiento que yo declaro como la fuente de mi poeticidad.
Sin embargo, me niego a considerarlo una simple vía de escape. A ratos, pretendo, desde mi contemplación sin efecto, enriquecer dicho proceso con el fin de alquimizarlo por medio de mi yo (ese que inevitablemente respira como mi sombra) y vivificar cada pestañeo y estallido de mi vida. Pero esa pretensión no pasa de ser para mi otro de los tantos caprichos de ese mismo ensimismamiento, otro de los círculos y de las esferas de mi aura contemplativa. Por eso mi desarrollo fílmico y psíquico sigue más personal que nunca.
Reivindico, sin embargo, a esta verdadera arquitectura, esta metafísica de mi yo, esta ofrenda, este culto a mi genio autista y exuberante de “filautía”. He rebautizado a ese genio con el nombre de Gragko. Él es mi personalidad. Y no lo confundan con un simple alter ego freudiano. Gragko es en, por y para mi proceso de ensimismamiento y mi proceso poético (ambos una misma cosa).
Pues bien ¿Cómo evolucionó Gragko?
Ha resultado ser un algo fortuito. Gragko se inició como una mera concatenación de letras en forma de seudónimo. Un seudo nombre que derivó posteriormente en un seudo concepto y en una etiqueta para mi interioridad.
Gragko ni siquiera tenía una semántica. Extrañamente tenía una referencia intrincada hacia mi persona. Entonces traté de persistir en esa lógica. La letra G concordaba con mi inicial, hasta que el resto de la construcción lingüística refutaba esa certeza. Lo considero más bien una perversión de mi nombre –quizá, de mi vida-.
Gragko de por sí, en su aspecto sonoro, me sugiere un ruido seco y primitivo, algo a medio camino entre el silencio y la sordera. En su aspecto formal, representaba un nombre equiparable al de un ente oscuro, profundo en si mismo, un verdadero agujero negro hecho entidad. Quizá -para ser menos abstracto- a una gárgola, un duende, un desconocido emperador romano o una alimaña extinta.
En suma, Gragko es, al mismo tiempo, la cerradura y la llave de mi auto caverna poiética.
Fue así que una vez invadida por esta entidad, toda ella se vio sometida a ser parte de Gragko. Ella es Gragko.
Hoy por hoy, no puedo siquiera escribir y pensar incluso funcionalmente sin que Gragko no esté presente en el producto de dicha funcionalidad, siendo que el génesis de este nombre y ente fue exclusivamente psico-estético, es decir, una estética mental de mi propia radiografía.
En un arranque de nervios trato de no sentirme invadido, y desplazo a Gragko de mi yo, (tarea completamente fútil) estudiándolo desde una perspectiva fría y calculadora. Lo restrinjo a su existencia intrapoética. Le he llamado mi hablante lírico, o aquel residuo de personalidad que bombea desde la semántica y la sonoridad de los poemas. En el mejor de los casos, lo he caracterizado como un personaje siniestro, al mismo tiempo contemplador y protagonista de dichos poemas, como si de un filme meta poético se tratara. Si pudiera ser más intrincado todavía, lo llamaría una especie extraña de “meta-alter-ego” contenido en la cristalización más cristalina de mi mundo interno, también inherente al mundo sobre el que descansa y desenvuelve cada poema.
Pero no crean en su omnipotencia. Me alivia el hecho de poder hallar las fronteras, los avatares que circundan el dominio etéreo de Gragko, las redes neuronales que lo mantienen enlazado aún a mi biografía. Previo a Gragko, la escritura ya tejía camino desde y dentro de mi fluido existencial. Lo recuerdo muy bien. Gragko, ese cuasi sonido y meta concepto, sólo nació como una excusa para desdoblarme y tantear el peso de la levedad, esa que desafía las leyes de lo cotidiano y lo natural. Sólo después acabó por expandirse como un anticuerpo poliforme hasta llegar a ser su principal mecanismo de defensa psicológico y el fundamento de su yo.
Gragko no es yo. Gragko ES. Ahí está. Está en ti. Es la trizadura del espejo, su reflejo roto. Lo no visto. Lo prohibido.
Preludio al drama de Gragko
En un lugar oscuro del planeta Tierra, no muy alejado de lo real, hay una entidad.
Una que, aunque se encuentra dentro de cada cosa, vive aislada.
Es la parte que más tememos y que no queremos ver.
Por la mañana, aterriza. A mediodía, mora.
Al anochecer, aparece, en forma de ser terrenal
desplegando su misterioso halo de energía.
En menos de una fracción de segundos, invade en el corazón de los mortales.
Una sarcástica onomatopeya, y enseguida eres testigo de su enfermedad,
que llegas a reconocer y poseer como tuya.
¡NO ES OTRO QUE SUS PROPIAS SOMBRAS!
Entonces es cuando comienza la odisea. Él, él es el espectador ahora:
-Me sumerjo entre las sombras para ver si puedo penetrar el umbral de las dimensiones. Siento voces, en esta ocasión aterrizo en un vasto espacio de la Tierra. ¡América será mi próxima parada!-.
Después del discurso del espectro, presentemos a los personajes que le suceden. Esta vez es un grupo, una tribu de seres jóvenes, en comunidad dentro de una extraña familia.
-Joven 1: ¡Ahora! Alcen todos sus vasos ¡Ahora! ¡Brindemos!
-Joven 2: Salud por los necesitados, los malditos.
-Todos: ¡VIVA!
Habla el espectro:
-Este momento es perfecto. Una escena perfectamente decadente-.
-Joven 3: ¿Quién hace tanta bulla?
-Joven 4: ¿Qué es todo esto?
-Joven 1: No importa, somos una comunidad.
-Joven 3: No te molesta si te pregunto ¿Cuál es tu reputación aquí?
-Joven 1: Soy una especie de celebridad en potencia, señorita.
-Joven 2: Oye, ven, parece que en la puerta hay alguien que te espera.
-Joven 1: ¿Quién será?
Cuando el misterioso joven camina hacia la puerta, una mancha de vacío se pinta en el camino. Abre la puerta:
-Joven 1: Señor, ¿Quién diablos es usted? De todos modos, entre, está bienvenido para disfrutar. Es toda una fiesta maldita.
-Espectro: Descuide ¿Sr. Bill?
-Bill: Con él mismo.
Enseguida se estrechan la mano, y ocurre un súbito apagón:
-Espectro: No se moleste. Vengo en busca de la joven de la casa. Está aquí, ¿no es cierto?
-Bill: ¿Para qué la quiere?
-Espectro: Preferiría no hablar de ello. Es un asunto delicado, privado. Es familiar. Con su permiso
El espectro procede a entrar en medio de la bulla. La fiesta se paraliza perpleja y luego se reanuda.
-Bill: Pero, ¿Quién será ese tipo? Rosa nunca me habló de él. Algo me está escondiendo.
Bill se queja:
-Joven 3: ¿Qué pasó?
-Bill: Nada, sentí como si muriera de repente. Tengo un mal presentimiento.
Mientras tanto, el espectro se abre camino a través del largo corredor, que da hacia la pieza de la Srta. El espectro está a punto de transformarse:
-Espectro: ¿Srta. Rosa?
-Rosa: Señor, ¿Quién es?
-Espectro: ¿Puedo pasar?
-Rosa: Sí, adelante.
El espectro se hace pasar por su novio:
-Espectro: ¡Soy yo, mi amor!
-Rosa: ¡Bill! ¿¡Qué te pasó!? Debo estar soñando.
-Espectro: No te emociones. Ahora déjame abrazarte y recordemos viejos tiempos. Aún es tiempo de cambiar.
La mira fijamente, a la vez que cae cautiva de un hechizo inexplicable. Ella repite ahora bajo un mantra:
-Rosa: Te acuerdas, te acuerdas de la última vez que hicimos el amor.
-Espectro: Gracias por las memorias. Éste es un momento muy interesante.
De hecho, tú eres muy interesante.
-Rosa: Ven conmigo (se acerca llorando).
El espectro la abraza, con una sonrisa hipócrita.
Después de horas, ya se hacía muy tarde, y Bill (el real) notó que Rosa y el tipo aún no aparecían, así que se preocupó y fue a revisar las piezas de la casa, intrigado. La fiesta en verdad había sido un real desastre:
-Bill: ¡Rosa! ¡Rosa!
-Joven 4: ¡Bill! No crees que ese tipo...
-Bill: Sí, sí, lo creo, no le digas a nadie de esto.
-Joven 4: Bill, yo creo que debe estar en el baño.
-Bill: ¡Vamos para allá!
Bill, y su amigo, fueron rápidamente a investigar:
-Joven 4: Aquí, forcemos la puerta.
Cuando entraron, Bill encontró a su novia Rosa en la ducha, con llagas en las muñecas, clara muestra de intento de suicidio. Rosa procede a exclamar:
-Rosa: ¡Bill! Di que me amas. Di que me amas maldito. ¿Acaso crees que no me doy cuenta? Eres todo un hipócrita.
-Bill: Rosa, ya cállate, por favor.
-Espectro: (Abrázalo, abrázalo).
-Rosa: Si me quieres, puto, ahora, ¡demuestra tu amor!
-Bill: ¡No seas así! ¡No seas ingenua!
-Espectro: (abrázalo, abrázalo).
-Rosa: ¡Yo no diría lo mismo!
Y Rosa se acerca a los brazos de Bill, casi como en una entrega de pasión fatídica, y se abalanza contra él, hiriéndole de muerte:
-Bill: ¡AHHHHHH! ¡Qué me hiciste!
-Rosa: Jajajajajajaja, no sabes lo que dices, jajajajaja.
Los ecos macabros retumban en la sangrienta escena del horror. Ambos enamorados desfallecen.
-Espectro: ¡Demasiado por hoy! ¡Demasiada sangre! Me desaparezco por ahora (Risas malévolas)
Unos pocos minutos después, llegan a la escena concreta los amigos de Bill, a ver lo que sucedió, entre tantos gritos:
-Joven 4: ¿Qué sucedió aquí?
-Joven 3: Esto es obra de él, ¡de él!
-Joven 4: ¡No puede ser! ¡Están muertos!
-Joven 3: ¡Fue él!
El espectro, después de esta cruel escena de desengaño, se siente satisfecho.
Se esfuma en el umbral, el mismo por donde vino, en busca de más sangre y destrucción.
Tan fugaz como una tormenta, tan siniestro como el paso del tiempo,
tan macabro como el mundo del hombre, él es GRAGKO.
Y no es otro que sus propias sombras.
CONTINUARÁ
Gragkomania
Cazador de la memoria
El que expele la noche,
el que captura los recuerdos
en una botella encantada.
El que mata pensamientos como mata moscas,
dominará expandiendo su sombra
a todos los moradores del pensar.
Mueran los grandes sabios,
mueran sus cabezas parlantes
y linchen sus palacios erigidos sobre letras huecas.
Quemen sus libros y manifiestos.
Que así se difumine, que así se cante.
Él morará en umbral de cuentos de hadas,
mientras rapta a las magnánimas musas.
Beberá de su licor y explotará su embriaguez,
Su ingente matriz será suya propia.
Y su renacimiento,
Será otra vez como las palabras
O como el vómito de sus bocas.
Ratio del caos
Aquí viene la virulencia,
sobre cada huella de humanidad,
se propagará la entropía higiénica,
que acabará con el eterno desagüe
de la moral y la ética.
La agricultura del pensar
margina a su ovejero,
entonces, la lana del caos será trasquilada,
para tejer el velo de maya
que cautivará a los insectos filósofos.
Bajo la capa de unos 2000 años
se expondrán las vísceras del tiempo,
y la carne de la Vía Láctea
solidificará las almas en pena,
que sueñan riendo sobre vibraciones intempestivas
y la Tierra será el epitafio de todo paraíso.
Aquí viene la virulencia,
liquida ya la necedad y prostitución
de tapizar el cielo de quimeras,
cuando bajo el radio de Dionisio
se implora la potencia de la carne,
por sobre los verbos,
por sobre la paja de los templos,
por sobre el yo y la alegría del más allá.
Aquí viene el corazón del tiempo,
poniendo en marcha su incesante caos,
su fracción de todo y de ente.
Ahora serán el cuadro que retrate toda máscara.
¿Quién te hizo verdad, para decir: descubriré tu rostro?
Entre ellos y su síntoma hermenéutico
hay solo un suspiro de siglos
y carruseles de sudor.
Son la lírica de los malditos
cautivos del velo de maya,
la magnánima supra pangea.
La que prescinde de toda
dadivosidad del espíritu
está ya aquí en cada rincón
y compartimiento neuronal,
escrito con el fluido de un vicio
llamada historia.
Aquí viene la virulencia,
que cegará cada ojo de videncia y de ascetismo.
Nada, para siempre,
y la Tierra será el epitafio de todo paraíso.
Llave para el cosmos incierto
Todo quieto, cuando la logia sube a la cima.
Las estrellas en forma de pentagrama
indican las cinco direcciones
que toma la discordancia de los sonidos.
No te dejan salir…
Cierran las puertas,
Y no sabes lo que harás
Todo quieto, cuando el temor no pertenece a nadie.
El misterio en la antesala indica que esto
es una completa jungla,
que existe más de esa influencia ultrasónica
Desmembrante.
No se quieren callar…
Abren sus bocas,
Y no sabes lo que harás.
Todo quieto, cuando recortas las sílabas y vocales de tu nombre
Para tratar de sortear tu hueco en la fila de interrogados.
¿Cuántos años te tomará saberlo?
¿Darte cuenta que todo este tiempo
Han intentado robar la llave para el cosmos incierto?
Ahora no te dejarán salir
Ahora no se querrán callar.
Prepárate para lo peor.
Súper rayo final
En carga está su cabeza de bomba
capaz de apagar al Día y su reinado falaz.
Se arrastra así entre los peldaños de las sombras
que se crían en su cólera
y llega flagrante al existir en un portal.
La brecha entre el Sol y la Luna,
calor y frío, misericordia y coraje.
Su obra maestra está a puertas del menguante.
En la torre suprema del cielo eléctrico,
Se alimenta de frío,
Se alimenta de la Luna,
Se alimenta de lo salvaje.
Y no tiene dimensión porque es tabú,
es el mal, es la energía, es la mácula,
es la epidemia de la razón.
Sobre sus mundos objetivos y mentales
caerá el súper rayo final
de energía, de oscuridad, de hielo, de muerte,
arrasando sistemas, instituciones, entidades.
Y llega más rápido que la luz, flagrante al existir
¡No hay razón ni locura que se le compare!
Por siempre cero
Lo que los vivos añoran como vela al viento,
desaparece en cuanto lo nombran,
y no decanta pero quiere ser poseído.
Las sombras lo vigilan todo,
desde el oasis de aguas negras,
y cuando estés en el desierto de los desiertos
te darás cuenta de que vives
siendo sólo arena y olvido.
Lo opuesto, la cara inversa, prohibida, misteriosa.
Tus fuerzas consumidas,
tú consumido, vives siendo
un conjunto entre dos paréntesis,
y crees ser tú mismo ángel y demonio
cuando tu nombre apenas se distingue
entre los tantos ecos de tu caverna.
La lluvia cae y cae en el espacio,
Los soles lloran su promesa inmaterial,
haciendo de la luz un fugitivo que retorna a la concha.
Envilecida la piedra, inflamado el abismo,
el centro es lo que se excita de tanto tropezar.
Las aristas van de aquí para allá,
y crees armarte en medio de la oscuridad,
siendo que tú eres el miedo en persona,
todo lo que temiste, temes y temerás eres tú,
y buscas alguna salida de emergencia,
y caes sin presente, y lames el eje de las luces,
y es producto de tu imaginación,
que todo lo puede al ser pervertida,
al ser tocada en su punto de carne, su punto vital.
Y ya que esa, tu vida, no es más que un círculo,
hoy suspiras y aspiras el polvillo de pensamientos ajenos.
Todo cae como daga, deberías saberlo,
todo queda en 0.
Egregor
Piensas como quiere que pienses
A través del vacío de lo que celosamente amas
Y de lo que obtusamente conoces.
Aloja en la noche de las mentes
Evitando que una luz conspire en su intersticio.
Entonces sueñas con el sueño de la razón
Pero no hay monstruo allí que configure tu imaginación
Porque no hay un afuera de su pensamiento.
A medida que la calle se hace huella, y sus pasos delinean tu sombra
Se va abriendo una abertura, una abertura insondable
Por la cual conjura las maldiciones de lo desconocido.
Piensas como quiere que pienses
Así lee en tus ojos el nicho, la hondonada
En donde resbalan los espejismos de su propia visión
No puedes separarlo sin separarte a ti misma
Pero en cambio me invocas, creyendo así abstraerte
Y sublimar la totalidad del mundo que te rodea
Cuando no soy sino un remedo de tu propio deseo
Que es el deseo de lo que él mismo engendra
Indescifrable, ignoto hasta decir basta
Hasta decir la palabra y el silencio que nos regresará nuevamente
A la grieta del espejo de la cual venimos
Y de la cual germinó este prisma apasionante
Que no es otra cosa que la verdad quebrada
Ante sus ojos sin dirección.
Piensas como quiere que pienses
A través del vacío de lo que celosamente amas
Y de lo que obtusamente conoces.
Aloja en la noche de las mentes
Evitando que una luz conspire en su intersticio.
Entonces sueñas con el sueño de la razón
Pero no hay monstruo allí que configure tu imaginación
Porque no hay un afuera de este pensamiento
Y no hay ya totalidad que sueñe
Con el ocaso de su propia nada.