viernes, 1 de abril de 2016

Cronos

El reloj digital analógico en mi muñeca izquierda suena a la hora. Viene programado así de fábrica. Indica puntual, como un mercenario cronológico, el tiempo en que se debe volver a comenzar la gran rueda de las obligaciones, o bien, el hecho inexorable de que nos resta a todos (sin excepción) una hora menos de vida.