lunes, 26 de noviembre de 2018

La PSU de Lenguaje 2018 estuvo marcada por la historia de Mr. Jaiva, clásica de Manuel Rojas. Los que dieron la prueba viralizaron el relato, al sentirse identificados con la historia de fracaso del personaje, Raúl Seguel. Se trataba de un artista de teatro sin mucho talento, que decidió luego probar suerte de humorista en un circo. De tanto en tanto, aparecía el payaso estrella, no se sabía si con la intención de ayudarlo o ridiculizarlo. Ante el miedo por verse opacado, Seguel reaccionaba de forma violenta ante las intervenciones del payaso estrella, llegando incluso a atacar a un hombre del público, con un dejo de paranoia. Finalmente, todo acababa con Seguel escabulléndose y deshaciéndose de sus vestimentas, y, de esa forma, echando por la borda sus ansias de sobresalir. El punto de la prueba ya no tuvo que ver con la dificultad asociada al ejercicio de lectura, sino que tuvo relación directa con una identificación genuina, rayana en lo absurdo por lo patético. La sobre lectura del Mr Jaiva fue tal que generó una ola de memes en donde se parodiaba el desalentador futuro de los estudiantes, comparándolos con el personaje en su derrota vital. Algunos de los hashtag eran cosas del tipo "todos somos Mr Jaiva" o "¿Dónde están los futuros Mr Jaiva?". Este año la prueba de lenguaje, por lo visto, alcanzó cuotas increíbles de tragicomedia, cuestión que solo deja entrever el hilarante estado de su saturación. Manuel Rojas nunca podría haber intuido siquiera el alcance que tendría su texto, llegando a volverse (merced al desaliento frente a un examen en donde se decide, para algunos, una oportunidad, para otros, una apuesta sin garantía), una verdadera metáfora del futuro mismo. Chile mismo, condensado en ese artista venido a menos, y en su existencia arruinada. Mr Jaiva como la nueva figura símbolo de la PSU, como la nueva personificación de los sueños rotos, pendiendo de un hilo, debatiéndose constantemente entre el abucheo y la tachadura en el papel.
Acabó la música del otro lado. Pasaron por el living haciéndose callar entre ellos. Se sienten reír desde la calle, mientras caminan hacia no sé dónde. Por fin podré dormir tranquilo.