jueves, 14 de enero de 2016

Es mejor quemarse que apagarse lentamente

"Es mejor quemarse que apagarse lentamente". Ese verso como pocos saben no es de Kurt Cobain. Solo fue citado en su nota de suicidio. Pertenece en realidad a la canción "Hey, Hey, My, My (Into the Black) de Neil Young, escrita a finales de los 70, 1978 app. De hecho, se supone que ese verso en específico fue acreditado a un amigo de Young. La autoría original es incierta, pero no es lo importante. Hay que leer la frase en su contexto. No es tanto un llamamiento a la autodestrucción, sino que la constatación de una decadencia. En específico, Young hablaba de la decadencia del rock durante esos años, tras la muerte de Elvis, por el hecho de que muchos músicos, incluyéndolo, estaban quedando obsoletos ante el arribo del punk. Por eso, Young compuso esa canción adoptando la ética del punk que estaba en boga. La ética del vivir rápido y morir pronto, antes de caer en la ignominia pública. En el fondo, se supone, esa frase sería la esencia del rock and roll. 

Young entra en disputa con John Lennon precisamente a partir de esa frase. Lennon critica esa especie de culto a la muerte que hace el punk. Dice sobre el polémico verso, en una entrevista: "«Lo odio. Es mejor desaparecer como un soldado viejo que quemarse. Si estaba hablando sobre quemarse como Sid Vicious, olvídalo. No me gusta el culto a los muertos como Sid Vicious o James Dean o John Wayne. Es lo mismo. Hacer de Sid Vicious un héroe, o a Jim Morrison, es basura para mí. Yo adoro a las personas que sobreviven: Gloria Swanson, Greta Garbo. Dicen que John Wayne conquistó al cáncer, que lo fustigó como a un hombre. Ya sabes, siento que haya muerto y esas cosas, lo siento por su familia, pero no azotó a cáncer. El cáncer le azotó a él. No quiero que Sean adore a John Wayne o a Johnny Rotten o a Sid Vicious. ¿Qué te enseñan? Nada. Muerte. Si Neil Young admira ese sentimiento tanto, ¿por qué no lo hace? Porque se ha desvanecido y vuelto muchas veces, como todos nosotros. No, gracias. Me quedo con la vida y la salud". Ante la postura de Lennon, tiempo después el propio Young le contesta lo siguiente, defendiendo la premisa del punk: "El espíritu del rock and roll no es la supervivencia. Por supuesto que la gente que toca rock and roll puede sobrevivir. Pero la esencia del espíritu del rock and roll para mí es que es mejor quemarse frente a una especie de decadencia hacia el infinito. A pesar de que si lo miras de una manera más madura, pensarás: "Bueno, sí, puedes decaer hasta el infinito y seguir adelante". El rock and roll no se ve desde tan lejos. El rock and roll es ahora". Si se ve de cerca, es esa disputa sin fin, el conflicto entre esas dos visiones que incluso se complementan, aquello que, paradójicamente, hace que la industria musical del rock siga viviendo. En la tensión entre vivir para la música (Lennon) y morir por el rock and roll (Young) es que el estilo sigue, es que el legado continúa, a pesar de que el verso se malinterprete como un burdo llamado a la inmolación, a pesar de que existan bandas que no entienden cuando definitivamente dejar la agonía y morir, y otras que prematuramente mueren creyendo que solo con eso pueden pasar a la historia de la música. Ese verso problemático contiene toda la esencia del problema del rock en la actualidad. Bandas que necesitan quemarse cuanto antes, y bandas que pueden encenderse todavía más. En eso se resume todo.