sábado, 3 de marzo de 2018

Sobre Una mujer fantástica

#Modooscar Respecto a Una mujer fantástica, hay un par de citas internas que quisiese destacar. Una, ya conocida, dentro del plano en el que Marina observa su rostro desde un espejo puesto entre sus piernas. El plano se visualiza de tal manera que hace pensar que el espectador observa lo que los ojos de la protagonista miran dentro del espejo, o, por qué no, que el espectador en el fondo proyecta su propio reflejo en este y comparte una mirada vicaria dentro de la escena. La cita en cuestión remite a una fotografía autorretrato de Armen Susan Ordjanian, de 1981, en la cual Armen está realizando la misma pose que Daniela Vega en la película. El cuestionamiento que Armen se hacía en su tiempo sobre la identidad de la mujer, confundida en el reflejo de su rostro femenino sobre sus genitales, cobra mediante la cita otro matiz al replicarse en la película de Lelio, amplificando el mismo cuestionamiento ahora en clave trans. Porque en realidad, como cita Gonzalo Frías, la pregunta sigue siendo la misma: ¿dónde está la identidad? ¿En los genitales? ¿En la mente? o, podríamos agregar, acaso en la mirada de ese otro que mira y no reconoce otra cosa que una yoidad problemática, vacilante entre la carne, el pensamiento y la axiología 

Una segunda cita pasó mucho más inadvertida, aunque se ancla desde una escena también connotada dentro del filme. La escena en la que Marina se sitúa en medio de una calle resistiendo un fuerte viento. Aquí el significado resulta mucho más predecible, y tiene que ver menos con la identidad que con la voluntad de caminar a contracorriente o, simplemente, de enfrentar la adversidad a cualquier precio. Más que cita, en este punto, la escena vendría siendo una relectura de otra escena clásica de Akira Kurosawa en su Rapsodia de Agosto de 1991. Exactamente, la escena final de la película. Ahí vemos a una anciana corriendo precisamente contra un fuerte viento, sin dejarse arrastrar, con sumo coraje. A diferencia de lo que sucede en Una mujer fantástica, en la peli de Kurosawa la anciana va persiguiendo a sus nietos. No es solo ella contra la adversidad, sino que es ella, su familia y la calamidad del desastre nuclear de Nagasaki. Es la reflexión sobre el enfrentamiento aguerrido de la vida en un medio propicio para la muerte. Esta misma reflexión, en otro tenor, puede aplicarse para la escena de Marina estática pero de pie contra el viento. La lentitud de la toma refuerza el simbolismo estoico. Es ella, solo ella, en un medio propicio para la hostilidad, encumbrando contra el viento de la incomprensión el cuerpo de la diferencia.