Siento que la vida, después de tantos brutales remezones, me ha dado la posibilidad de seguir en la búsqueda (de ese algo más) o, sencillamente, he sido tan estoico y perseverante como para continuar en el juego, pese a todo. Lo que viene es grande, por eso, no volveré a abandonarme. No volveré a perderme en la fosa. Me lo debo a mí mismo.