lunes, 27 de febrero de 2017

Giordano Bruno y Trappist 1

“Existen, pues, innumerables soles; existen infinitas tierras que giran igualmente en torno a dichos soles, del mismo modo que vemos a estos siete (planetas) girar en torno a este sol que está cerca de nosotros.” Giordano Bruno, sacrificado por la Inquisición en 1600 al negarse a renunciar a sus ideas sobre la infinitud del universo.

Más de cuatro siglos después, la NASA anuncia el descubrimiento de una pequeña estrella situada a 40 años luz, que tiene siete planetas rocosos como la Tierra girando a su alrededor, los cuales podrían albergar agua en la superficie.

Giordano Bruno > Iglesia.
Uno de los Carabineros que acudió a la casa donde se suscitaron extraños fenómenos paranormales, dijo que "invocó al diablo" tratando de decirle que se retirara del lugar. Una reacción ridícula para algunos, pero también atemorizante para otros. La ciudadanía dividida entre los incrédulos que aplican la razón lógica y científica y los creyentes que profesan a todas luces la existencia de fuerzas todavía inexplicables conspirando en la zona. Unos se creen con la superioridad moral de acusar superchería infundada y buscar evidencias empíricas a toda costa; otros defienden la tesis paranormal hasta las últimas consecuencias, criticando el escepticismo galopante de los primeros. La reacción errática de aquel Carabinero, siendo protagonista in situ de los hechos, nos hace pensar en qué poder tendría la ley actual ante la manifestación de fuerzas que atentan contra el propio orden racional de cosas. Ahí cualquier clase de criminología se vendría abajo solo por estar tratando con agentes de origen desconocido. Por eso mismo, ante la falta de un procedimiento legal que cubra la posibilidad latente de lo paranormal dentro del ámbito humano, no sería descabellado recurrir a un grupo tipo X Files, dando la cara por lo institucional, o a una figura similar a John Constantine, un detective de lo oculto trabajando por su cuenta, lidiando con métodos mágicos, sobrenaturales, que desafían la ley, yendo más allá de la propia moral. La situación paranormal en Puerto Montt, todavía inabordable por la contingencia, invita a imaginar un panorama ficcional, digno de novela de Alan Moore, y a evaluar la intervención de esta clase de personajes. Y, después de todo, ¿por qué no? Ya que hace rato, en Chile, lo inexplicable se ha vuelto el motor de los acontecimientos. Por no decir, el engranaje oculto de su realidad.
Alud en Los Andes, y casi simultáneamente, fenómenos paranormales en un poblado de Puerto Montt. No hay que buscar afuera. Tenemos nuestro propio show de Cosas extrañas en clave pop, nuestra propia Dimensión Desconocida.


Por recomendación de mi viejo veo Hell or high water. El año pasado, por cuenta propia, vi Arrival. El dilema entre el neo western y la novísima ciencia ficción. Mi propuesta de Oscar para este año, definitivamente, se debate entre padre e hijo. Todavía sin consenso.