viernes, 23 de junio de 2023

Volvió un terrible dolor de muelas, punzante, intenso. Hace más de un año ya había sufrido uno similar. Fui al dentista y este me recomendó la endodoncia si es que quería recuperar la placa dental. Acepté la propuesta, pero luego dejé de ir por lucas. Ahora me pesa esa irresponsabilidad. Ese dolor en la muela puede ser una advertencia, un golpe a la inacción de su portador. El dolor, por ende, siempre es una advertencia. Así lo pude comprobar aquella noche, tras el rostro desencajado de mi ex. Una golpiza puede dejar de doler al rato, pero su réplica se inmortaliza tal cual se inmortaliza el recuerdo sobre el mismo dolor. Nada más real que el dolor. Esa muela doliente no es otra cosa que el cuerpo manifestándose, mecanismo de defensa primigenio, el cuerpo haciendo valer su condición de materia viva. El dolor arde porque lo vivo arde, por eso, y lo vivo duele. Tomando las palabras del gran Omar Ernesto Vega: "cuando el dolor de muelas supera cierto límite, la filosofía queda de lado (...) y un miserable dolor de muelas nos recuerda que somos sólo un poco mejor que los gusanos y las lagartijas, expuestos al dolor, a la decadencia y a la muerte, seres de barro." Definitivamente, un Golem de la existencia. Amasijo de impulsos, aplacados, a regañadientes, por la razón. Sin embargo, la diferencia la hace la voluntad, la voluntad que opera sobre el dolor rugiente. Fui a comprar a la Cruz Verde más cercana un Clonixinato de Lisina, analgésico efectivo, para paliar en algo la dolencia. Fue tanto que la señora que me atendió me ofreció un vaso de agua para tomar el analgésico. Lo bebí rápido y de una sola vez, como quien se toma un golpeado. Al salir de la Cruz Verde, me sugestioné de tal forma que me sentí como nuevo, pese a que el dolor persistía. Se vuelve siempre sobre el dolor y se lo toma como excusa para proclamar que se sufre, que mientras se sienta se puede sufrir y que un dolor de muelas puede ser también un catalizador de los viejos dolores del corazón o una forma de olvidar el dolor con otro dolor. Mañana iré al dentista y seguramente me emplazará a realizar la endodoncia. La muela, mientras tanto, seguirá doliendo, y así también lo hará la noche y su sueño: la materia.