miércoles, 28 de junio de 2017

Tiene que llover

Karl Ove Knausgard en la presentación de su última entrega Tiene que llover: “Solo los fracasados se convierten en escritores”.
Uno de los ritos para la noche de San Juan consistía en esperar las doce para derramar tinta negra sobre una hoja de papel en blanco. Luego se doblaba lo más posible hasta reducir la hoja a su mínima expresión. La idea era que al abrir la hojita al otro día debería interpretarse la mancha de tinta que se formó, la cual tendría que contener alguna clase de mensaje de vida o algo por el estilo. Se me imagina que el que pensó en ese rito seguramente debió ser algún incipiente escritor, trasnochado o procrastinador, que prefirió echar mano de una creencia pagana a enfrentarse a la hoja en blanco con un par de líneas. A esa anti técnica displicente tendría que llamársele, en jerga literaria, "hacer la de San Juan".