miércoles, 29 de agosto de 2018

Había un análisis del Séptimo Vicio sobre El Padrino. Recuerdo que hablaba sobre las naranjas. Según este análisis, en la trilogía de El padrino las naranjas simbolizaban una muerte inminente o bien un chorrero de violencia que estaría a punto de desatarse. El diseñador de producción Dean Tavoularis las habría utilizado en la primera película para darle un toque técnico de color a las escenas oscuras. Pero, una vez que comenzaron a usarse con más frecuencia, estas luego fueron incorporadas a propósito para darle el significado que, posteriormente, se interpreta, a raíz de su presencia o contigüidad en alguna escena clave de deceso o masacre. Ahora, si llevásemos esta lectura de las naranjas de El Padrino a la contingencia actual; es decir, si leyéramos las naranjas puestas con alambre en el patio del palacio de Gobierno con ese ojo cinéfilo, cabría preguntarse acaso si ese "montaje" instalado ante la llegada del jefe de Gobierno español, podría simbolizar que en el país ha ocurrido, ocurre y seguirá ocurriendo un baño de sangre o, si fuésemos más lejos, que esa instalación de las naranjas precisamente podría significar que la muerte rondará pronto en La Moneda, de alguna u otra forma, como en la trilogía de Coppola.