miércoles, 18 de enero de 2023

Los incels no existen

"Cuando un progre utiliza el término "incel" de modo peyorativo, hay todo un cúmulo de símbolos (exportados de la realidad yanqui) que este está intentando transmitir: "el hecho de que no concuerdes con el feminismo se debe a tu nula actividad sexual, lo cual te hace odiar a las mujeres y te convierte en un varón socialmente peligroso; incluso, quizás, en un potencial asesino". Desde la realidad yanqui donde se esquematiza el concepto de "incel", el progre latinomericano se apropia del concepto, lo transmuta a categoría memética y luego pretende venderlo como realidad efectiva y fenómeno endémico. Y se cree su propia ficción; ha construído el perfecto fantasma para conferirle su enemistad.
Por lo demás, el conglomerado de símbolos que el progre transmite a través de su utilización peyorativa del término "incel" entra en profunda contradicción con el propio progresismo. Incel, como forma de improperio, implica una invalidación del pensamiento de un varón a partir de una suposición sobre su escasa o nula vida sexual. Esto, a su vez, implica una reafirmación y sustentación de la jerarquización sexoafectiva de la masculinidad. Algo sobre lo que, en teoría, el progresismo debería estar en contra. Intuyo que el persistente carácter misándrico que inunda sus espacios, carácter que ni siquiera sospechan, es lo que les impide evitar caer en seguir jerarquizando la masculinidad."

"Los incels no existen". La posada de Pantos.