martes, 19 de diciembre de 2023

Me reencontré con un compadre que vivía en el mismo departamento que arrendaba hace más de cuatro años. Nos reconocimos al instante. El compadre dijo haberse ido de aquel departamento un tiempo después de mí. De lo que más se acordaba era de mi libro Rinconada, el cual se lo vendí a un módico precio (como a muchos otros). "Quedé pegado con lo de los edificios barco", me dijo. "Y también con las voladas en Valpo, los locales, las lecturas, la calle", remató. Sonreí y estreché su mano, agradecido de que haya recordado esos detalles tan precisos. Me quedó dando vuelta, eso sí, la misteriosa referencia a un edificio barco, que no recuerdo haber plasmado en ninguna crónica. O eso es lo que cree mi memoria. He ahí lo genial del asunto: que los propios lectores se permiten reconstruir su lectura del libro, para luego imaginar uno incluso completamente distinto. Lo he confirmado con Rinconada. El libro ya se volvió prácticamente una rareza de mil cabezas. Un libro para el olvido o para las más bizarras referencias. Algunas manos ingratas pasaron por sus páginas, aunque también otras manos del todo amistosas. Cada quien se hizo su propia versión de Rinconada, maldita, laberíntica o íntima. A fin de cuentas, eso me deja satisfecho: reconocer que el libro prolongó su respiración más allá de un tiempo asfixiante.
Dos textos de mi autoría que entregaron un diagnóstico muy premonitorio de los hechos políticos recientes:

Escrito hace más de cuatro años, este texto del 16 del 11 del 2019 que forma parte de mi segundo libro "A destiempo. Reminiscencias e instantáneas".

"Anoche, durante la jornada histórica, la oposición propuso una "hoja en blanco", es decir, partir desde lo que acuerde el cuerpo constituyente sin tomar como referencia inmediata la actual carta fundamental. Al día siguiente, la llamada Plaza de la dignidad apareció cubierta de sábanas blancas y con un lienzo con la palabra "Paz" desde la estatua del general Baquedano. El blanco, según Enrique Lihn, era el "no color". Desde la cultura oriental, el vacío, la nada, el color de luto. Entonces ¿Cuál es el mensaje? ¿Qué tiene que ver el blanco aquí? Pues que para algunos significa tabula rasa, vuelta de página. Para otros, muerte, pacificación o, derechamente, silenciamiento. Regresar a la nada."

Efectivamente, tras cuatro años, se regresó al punto de partida y la hoja en blanco permaneció en blanco.

Escrito hace más de cuatro años, este texto inédito del 16 del 11 del 2019 y que formará parte de mi futuro libro de política:

"Entonces, por el momento, será todo o nada. Un bien edulcorado cambio gradual de la mano de la convención parlamentaria, o una lucha sistemática en pos de un cambio total en la política chilena. En la medida que esas dos posturas permanezcan irreconciliables, la crisis se dilatará y continuará."

Efectivamente, la crisis se dilató y las posturas políticas se mantuvieron radicalizadas e irreconciliables al punto de la repulsa ciudadana.
No vivimos en Chile, vivimos en la República de Schrodinger: su Constitución vigente ha sido, al mismo tiempo, rechazada y ratificada. Su gente quiere cambiarla y, al mismo tiempo, procura conservarla. 
Si hay algo que agradezco de lo ocurrido en estos cuatro años en Chile es el hecho de darme cuenta quiénes están realmente con uno, a toda prueba, y quiénes no. En ese proceso se cerraron muchas puertas y se cortaron muchos círculos, pero se abrieron y se formaron otros, gente con otro pensamiento político, con otra perspectiva de la vida y, por sobre todo, con otros valores. Como el uróboro, Chile apostó a la desintegración y, al mismo tiempo, a la regeneración.