sábado, 12 de diciembre de 2015

El borde del vestido

William Carlos Williams tomó la idea de un filósofo que admiraba mucho, Otto Weininger, que con la suficiente voluntad cualquier puede alcanzar la genialidad en el ámbito que sea, incluso si eso implica en cierto modo sacrificar el orgullo por cansancio e insistencia. El poeta confesaba que lo único que le impedía alcanzar la tan anhelada genialidad era su debilidad por las mujeres. Unos versos suyos dan cuenta de ese conflicto, ese amor/odio propio de los que ven la vida desde la excentricidad: "«Levántense los bordes del vestido, señoras, porque vamos a cruzar el infierno». Quizá esa debilidad sea precisamente su fortaleza, su obra personal, ese supuesto miedo ante el deseo, esa voluntad que rasga el velo sea la clave para una mirada verdaderamente poética. -Levantar el borde del vestido de la poesía para cruzar el infierno del amor-.