sábado, 30 de abril de 2022

Ahora, queridos lectores, lárguense de esta casa virtual llena de censura, de odiosidad, rumores de pasillo, falsas acusaciones y posverdades, y cámbiense definitivamente a Twitter. Elon Musk, “el hombre más rico del mundo”, su dueño, el mismo que quiere conectarnos el cerebro a la nube y mandarnos a Marte, ha dicho que les asegurará el respeto a la libertad de expresión a todos, sin restricciones.
“Los maté porque eran personas malas, por eso les disparé”, dijo un caballero que el día jueves acribilló a una pareja de adultos mayores en Quilpué, en el sector de Mateo de Toro y Zambrano con Industrial. No se demoraron mucho en capturarlo y confesó rápidamente el crimen, sin dar otro motivo. Los fallecidos se solían colocar en aquel sector para vender leña. Según cuenta el fiscal del caso, “el hombre atraviesa la calle hacia el cerro y aparece una persona adulta en una bicicleta antigua, con una parrilla en la parte anterior (…). Desciende de la bicicleta, se dirige en la misma dirección en que momentos antes iba la persona que vende leña (…) en el mismo acto, la mujer que acompaña al hombre que vende leña cruza en la misma dirección y se escuchan al menos tres disparos, y solo regresa la persona adulta que toma la bicicleta, se sube y se desplaza por la misma calle Mateo Toro y Zambrano, perdiéndolo de vista”. El sonido de los disparos advirtió a la vecindad y el hecho de sangre vuelve a remecer a la ciudad del Sol, considerando que en el verano un joven había sido encontrado muerto por apuñalamiento y encima de una lavadora en una bodega del Belloto. “El horror, el horror”, diría el coronel Kurtz en Apocalipsis Now, y es que últimamente la violencia se ha vuelto la tónica de esta nueva normalidad pandémica, configurando un clima de incertidumbre hostil y dolorosa. La otrora ciudad el Sol se resiente. Se eclipsa el tono de la vida, pero la ciudadanía sigue dando vuelta la página como quien aprieta una vena infectada. Es tiempo de grandes cambios, pero también de grandes pérdidas. El apocalipsis es ahora, y cada quien se cree con el derecho de ajusticiar al otro, bajo su propia ley sanguinaria.
¿Quedarán acaso espacios en la sociedad de escritores y los círculos de poesía para quienes desconfían del proceso revolucionario y se bajan del carro de la victoria para abrazar el ostracismo y el escepticismo? 

miércoles, 27 de abril de 2022

La hora del fin

"Vendrá la muerte y tendrá tus ojos". Cesare Pavese

Soñó que era acusado de un delito. Tenía relación con un hecho violento. Dentro del sueño, se encontró en el patio de una casa que arrendaba antiguamente. Allí, un conocido suyo, un poeta anfitrión, le visitó y le contó algo sobre una cámara situada en una calle próxima a un local del puerto, un local muy concurrido por un grupo de escritores. En el video grabado por la cámara, se alcanzaba a visualizar a un sujeto sospechoso, de manera muy borrosa, caminando de noche sobre lo que parecía una mancha de sangre en la acera. En aquel momento, aún se investigaba la escena del crimen.

Existían varios sospechosos que concurrieron al local a una lectura poética aquella noche registrada en el video. Lo más extraño era que los investigadores le sindicaban a él como el sospechoso, en circunstancias de que aquella noche no había ido a ninguna lectura. El poeta anfitrión le explicó que estaban sospechando de todos aquellos que asistían regularmente al local. Ante esa información, se acrecentó una sensación de claustrofobia en su cabeza y se agudizó un dolor en su pecho. Alguien había sido asesinado, según constaba en las investigaciones. Aún no reconocían el cuerpo, pero todo indicaba que se trataba de una escritora que también asistía regularmente a dichas tertulias de poesía. Existían varios sospechosos, sin embargo, él era el principal, por el solo hecho de que todos certificaban su relación patológica con la occisa.

Le dijo al poeta anfitrión que él no podía ser. Este respondió que le creía, pero tenía que convencer a los oficiales. Fue así que decidió contactar a todos aquellos personajes que asistieron esa noche. Ninguno se dignó a dar explicaciones convincentes. De hecho, todos habían sido interrogados y tenían sus respectivas coartadas para zafar de su presunta implicación. Evidentemente, se estaban cubriendo las espaldas, como buen lobby, y a él le estaban dejando fuera, a su suerte. Entonces pensó que tenía que encontrar, de alguna forma, una coartada que le situara fuera de aquel lugar al momento de la lectura poética, con tal de no ser incriminado. Sin embargo, pasaba el tiempo, y sus explicaciones respecto a su ausencia en el sitio del suceso no convencieron a los fiscales, oficiando así, ante la premura por cerrar el caso, una orden de detención en su contra como sospechoso de homicidio. -No podía ser-, dijo para sus adentros. -No podía ser, por la sencilla razón de que yo la quería-, concluyó, mientras caminó con la cabeza gacha y las manos esposadas, rumbo a la patrulla, ante la mirada despreciativa de cada uno de los asistentes al local, que no dejaban de grabar el espectáculo de la captura del inculpado.

Rumbo al calabozo, imaginó en su cabeza el video de la cámara. En él, seguía la figura borrosa del sospechoso, se revelaba el arma del delito y se visualizaba bruscamente el rostro pálido de la escritora. En ese mismo instante, se dio cuenta que la mujer estaba viva y, en verdad, lo tenía sujeto de las esposas hacia la cama. Lo forzaba mientras lo cabalgaba, al punto de la agitación. El inculpado aún no podía entender qué era lo que estaba pasando, tratando desesperadamente de zafarse. Entonces, la escritora, pálida, fiera, lo enredó con las sábanas y lo asfixió. El inculpado sintió cómo se ahogaba con su propia saliva en el proceso, perdiendo la respiración y sintiendo que moría. Esa mujer de ensueño -pensó- lo mataría en ese mismo instante. –Llegó la hora-, le dijo al oído, con una voz grave y sensual. Lo hizo agitarse tan bruscamente que perdió el aliento y sintió que todo su mundo se derrumbaba a su alrededor, con la mujer invicta sobre su cuerpo inerte.


martes, 26 de abril de 2022

El Orfeón de Carabineros recibió a Boric con una interpretación musical del tema Smells like teen spirit de Nirvana, a un día del aniversario número 95 de la institución. Una tradición republicana rindiéndole loas al progresismo del gobierno. ¿Huele a espíritu adolescente en La Moneda?
Y dime, querida: cuando llegue la hora, ¿lloverá?
Unas colegas mandaron a hacer poleras con diseños para el día del libro. Yo elegí una de Albert Camus. La usé casi todo el fin de semana, luciendo al escritor y filósofo absurdista cual cábala. Sin embargo, al llegar el día del libro, olvidé llevar la polera puesta al colegio. "¿Y su polera, profesor?", me preguntaron. "Nada", atiné a decir. ”No la traje". Silencio instantáneo. "Era hoy pues", dijo una colega, decepcionada por el olvido. Esbocé una pequeña sonrisa, pese a todo, sabiendo que el olvido de la polera del argelino supuso un homenaje azaroso a su propia obra. En ausencia de Camus, el absurdo nos sobrevive.

domingo, 24 de abril de 2022

Y para prolongar el insomnio de domingo, un fragmento de otro proyecto de libro en curso de "relatos oníricos", work in progress:

“La realidad es un sueño de la mente”. Mircea Cartarescu

Todo comenzó corriendo a esconderme en un hotel de formas irregulares. Había que esconderse porque alguien me seguía, porque alguien se atribuyó el hecho de ordenar mi persecución. El hotel al cual acudí tenía bar. Me escondí a un costado de una escalera de acceso en forma de caracol. Pronto comenzaba una fiesta al fondo de un salón. Su entrada era elegante pero su interior escondía ese mismo magnetismo de aquella disco porteña, llena de máscaras y tabúes. Mucha penumbra, y una luz algo verde. No se veían sus siluetas, pero estaban ahí. Seguía escondido. Pero la única cosa que advertía mi presencia en ese lugar ruidoso, era la emanación culposa venida desde el inconsciente.

Al rato que busqué esconder aquella emanación para sobrevivir a la realidad del sueño, comenzó otra escena en otro plano. En esta se aprecia la preparación de una realización cinematográfica, con escenas piloto sobre personajes de una serie a punto de estrenarse. El estudio apenas se vislumbraba entre la niebla que ahí reinaba. El estudio comenzaba a desplazarse conforme se fundía en el sueño y se avanzaba hacia otro espacio dentro de aquella dimensión. Fuera de ese lugar, en otra escena, buscaban a algunos sujetos en el cerro que parecía ser el de la infancia. No se sabe con qué fin aquellos perseguidores lo hacían verdaderamente. Llegó un momento en que pude salir del escondite eterno en el que me hallaba, para ir en busca de aquellos que habían osado buscarme, arrogándose un poder temerario. A medida que bajé por ese cerro de la infancia para enfrentar a los perseguidores, volvía lentamente a la escena del principio y bajaba nuevamente las escaleras de caracol de aquel bar. La fiesta estaba terminando.

Fuera del hotel disco, emanaba un gas espeso parecido al de las lacrimógenas arrojadas por los zorrillos en las calles. No causaba su efecto, pero permitía que los perseguidores salidos desde la bruma hicieran su sucio trabajo y prosiguieran en su búsqueda frenética. En tanto una sombra que me acompañaba al exterior se desvanecía (la sombra de una mujer que siempre vestía de negro), la gente que provenía de la fiesta se hacía cada vez más indistinguible la una de la otra, hasta formar una sola masa negra andante, informe, que se volcaba lentamente hacia afuera para confundirse con la toxicidad del ambiente. Apenas se produjo la fusión de la masa con lo negro de la noche, justo fuera del hotel los perseguidores se devolvieron, y regresé a un plano indeterminado del sueño, del cual no guardo otro recuerdo que esta reelaboración.

Posteriormente, al volver a otra escena con la luz verde en mitad de aquella fiesta (apagándose junto con los ojos penetrantes de aquella muchacha de negro), regresé a la nada de mi ensoñación, pero, conforme cerraba los ojos, supe que los personajes buscados por los perseguidores provenían de latitudes diferentes. La idea de perseguir a estos personajes con un fin punitivo, o bien, para reclutarlos como personajes de una macabra serie onírica ¿Implicaba necesariamente que fueran a perseguirse entre sí? ¿O implicaba que entre ellos también hubiese perseguidores y perseguidos? ¿Y todo lo referente a la serie o a aquella tétrica fiesta no fuera otra cosa que una proyección sobre la imagen de los otros? El sueño iba agonizando a medida que esta interrogante adquiría mayor fuerza. Desperté con la idea fija de sacudirme la paranoia con agua fría en el baño, estirando mi lánguida cara frente al espejo. Esa expresión era la de la máscara, la de la mirada de luces verdes, símbolos de la desintegración.

sábado, 23 de abril de 2022

¿Y qué pasaría si te dijera, querida, que los libros que nos llegamos a prestar y nunca nos devolvimos, continúan penando en algún anaquel prohibido de nuestra memoria, perdido entre tanto polvo y tantas maldiciones?

¿Qué pasaría si te dijera que los libros que nos vendimos o nos regalamos, sobrevivieron a la violencia pero, sin garantía de un final, continúan penando en el exilio de nuestro universo lector, acaso consumidos por el fuego de la decepción o el basurero del olvido?
En La noche del oráculo de Paul Auster, se contaba la historia de un escritor enfermo e incapaz de escribir cuyo hijo es un drogadicto. Hace poco, se supo que la nieta del escritor, la pequeña Ruby, murió intoxicada por una sobredosis de fentanilo y heroína en su cuerpo. Daniel Auster, su padre, habría tratado de salvarla con Narcan, el tratamiento contra los efectos de los opioides, pero no hubo caso. Ahora, Daniel está acusado por los cargos de homicidio involuntario y homicidio por negligencia criminal en contra de su hija. Todo apunta a que Daniel nunca pudo escapar del infierno de las drogas ni tampoco de la fama de su padre. A veces, los libros intentan reconstruir la miseria de la vida bajo la fórmula literaria. Pero, en ese mismo proceso, pueden acabar conjurando la realidad misma, volviéndose un oráculo del desastre. Ese oráculo alcanzó a Paul Auster y, en cierta medida, a todos quienes perseveramos en este oficio tortuoso que intenta resignificar, una y otra vez, la brutalidad de la experiencia de la vida, como verdugo de nuestro universo interior, a punto de contraerse, hasta acabar desapareciendo.
Qué glorioso era aquel tiempo mítico en que el mundo de la poesía era una hermandad y no una secta ni un lobby, considerando que el tiempo mítico nunca haya tenido realmente lugar.

Gonzalo Lira, el "píldora roja" en el fuego cruzado

Gonzalo Lira, novelista, periodista y cineasta chileno, más conocido como Coach Red Pill, quien estaba radicado hace más de dos años en Ucrania, fue secuestrado y retenido por el Servicio de Seguridad del país. Se llegó a señalar lo peor: que había sido torturado y asesinado. Lo único cierto es que le sustrajeron sus equipos, por lo que su última comunicación fue el pasado viernes. En una charla en línea del canal The Duran, en una entrevista con Alex Christoforou, sostuvo que tiene prohibido revelar cualquier detalle de lo sucedido en los últimos días y que las autoridades ucranianas le han prohibido salir.

Al comienzo de la operación militar rusa en Ucrania, Lira se trasladó de Kiev a Járkov. Allí se mostró crítico con el presidente ucraniano Vladímir Zelenski, indagando en las posibles tendencias “neonazis” presentes en algunos sectores de las fuerzas armadas ucranianas, tales como el conocido batallón Azov. De esa forma, el pasado 26 de marzo, Lira publicó en su perfil de Twitter una lista de personas de la oposición ucraniana que se estima que han desaparecido o muerto. En dicha lista, el periodista agregaba: "Si no han sabido nada de mí en 12 horas o más, pongan mi nombre en esta lista". Dada su contraofensiva comunicacional en plena guerra, Zelenski fue inmediatamente señalado como un agente pro ruso, en circunstancias de que él mismo decía no casarse con ninguno de los bandos en disputa. "El comentario y el análisis que publico no tienen por qué elegir bando", escribió Lira, en una publicación reciente, "tratando de ser lo más equilibrado y objetivamente preciso posible".

A Lira no se le conocía por adherir a la causa rusa ni tampoco por defenestrar el gobierno ucraniano, sino que se le identificaba como aquel youtuber que compartía información valiosa sobre la filosofía de la “píldora roja”. Esta filosofía estipula que todo lo que nos ha dicho la sociedad y los medios de comunicación sobre la teoría de género y la supuesta hegemonía patriarcal es falso y que, en realidad, las dinámicas sexuales entre hombres y mujeres son mucho más complejas que una mera dialéctica marxista de opresores y oprimidos, entrando en juego factores de tipo biológico y evolutivo. A quienes profesan esta visión se les llama “píldoras rojas” en alusión a la película Matrix, donde Morfeo le ofrece a Neo la píldora para conocer la verdad y “cavar la madriguera del conejo”.

Lira, al ser un promotor de la filosofía de la píldora roja, está yendo en contra del feminismo hegemónico y, por ende, del progresismo occidental instalado desde las políticas globales de izquierda. En suma, su discurso estaría generando roces, justamente, con una parte del bloque occidental que, hoy por hoy, ha instalado el escenario de guerra en su enfrentamiento con el titán ruso, el cual se niega a aceptar el progresismo globalista y levanta, con convicción, la bandera de sus propios valores y tradiciones.

Todo esto explica por qué Lira, pese a no comulgar abiertamente con la causa rusa, sea blanco de críticas de parte del bando de Ucrania/OTAN, siendo juzgado como un agente ideológico que presuntamente reivindica “la importancia de los roles de género tradicionales”, tan caros a la agenda y a la cosmovisión de Putin para Rusia. Para justificar esta posición, un crítico de Lira, Marcos Hay, ha escrito que “Rusia también ha intentado apelar y construir lazos con las comunidades "anti-woke" en Occidente, como la manósfera, como parte de sus esfuerzos continuos para sembrar división y discordia”. Marcos Hay también ha dicho que, independiente de la posición “neutral” o “fuera de la caja” manifiesta por Lira, con respecto al conflicto ucraniano-ruso, sus declaraciones y su simpatía con la filosofía roja permiten pensar en su utilidad estratégica para Putin y su régimen, al distanciarse de lo que representa culturalmente Occidente y toda la poderosa agenda globalista que intentan llevar a cada rincón del planeta.

Esto nos lleva a un punto interesante. Podría decirse que Lira, más que un operador político de la causa rusa, se volvió un aliado provisorio, al cuestionar directamente a Zelenski desde dentro y en período álgido del conflicto. Por lo tanto, el propio aparato estatal ruso, al reconocerlo como un aliado, lo expuso ante los ucranianos. De esto se puede sacar una lección: si alguien ayuda a tu causa de forma tangencial, conviene no reconocerlo como uno de los tuyos, para no delatarlo frente a tu enemigo. Fue lo que, en cierta manera, le ocurrió a Lira. Jugó a kamikaze en su reporteo de la situación política de Ucrania, desconociendo que, sobre el campo minado de las agendas del poder, cualquier posición que tomes frente a la realidad puede ser interpretada como hegemónica o disidente, según el ojo del bando que te observa.

¿Espía y mártir de la causa rusa? ¿Chivo expiatorio de Ucrania para el mundo? ¿O simplemente un “píldora roja” volcado a la causa anti globalista? Lira puede representar todo eso, o bien, solo busca representarse a sí mismo, a su filosofía y a su comunidad, en el fuego cruzado de esta auténtica batalla cultural y geopolítica que se está gestando a nivel planetario. Traga de una vez la píldora roja y que la Matrix del Nuevo Orden te pille confesado.


… Y de pronto, Valparaíso fue testigo de su rabia y de los golpes furiosos contra el pavimento. La herida se repite. El verso enmudece.

jueves, 21 de abril de 2022

No queramos agrandar el poder del Estado y limitar el de los individuos bajo el pretexto mesiánico de un mundo feliz.
¿Y qué pasaría si te dijera, querida, que la ausencia siempre fue ese monstruo voraz que, vanamente, intentamos hacer desaparecer? ¿Y que el peligro de fantasmear al otro se traducía siempre en efectos deletéreos para nuestra existencia?

miércoles, 20 de abril de 2022

Quédense su revisionismo y su revanchismo histórico, yo me quedo con el tiempo y sus rincones claroscuros.

martes, 19 de abril de 2022

“Soy un insecto que soñó ser un hombre y lo amó. Pero ahora el sueño ha terminado y el insecto está despierto”. David Cronenberg, inspirado en La metamorfosis de Kafka.

lunes, 18 de abril de 2022

La era covidiana y el dogma de lo nuevo.

Se ha viralizado el bicho de lo nuevo. Algunos funcionarios de gobierno han hablado sobre “nueva normalidad” para referirse al hipotético estado de cosas posterior a la pandemia. También se ha hablado de El Gran Reseteo, en relación a la propuesta de economía planificada del Foro económico Mundial. Klaus Schwab, su fundador, ha sostenido que "la pandemia representa una oportunidad, inusual y reducida, para reflexionar, reimaginar y reiniciar nuestro mundo y forjar un futuro más sano”. Paralelamente, se instaló en Chile la idea de la Nueva Constitución, a partir de los eventos ocurridos durante el “estallido” del 2019. Producto de eso, surgió la Convención Constitucional que hoy escribe la propuesta de Nueva Constitución para un “Nuevo Chile”. Con esta nueva Carta Magna se pretende “refundar” el país entero, demoliendo las viejas instituciones que cimentaron el sistema neoliberal, para construir, en su lugar, un sistema con un rol más preponderante del Estado y con una marcada plurinacionalidad.

Pareciera que la crisis de la pandemia impulsó tanto un aire revolucionario como un proyecto megalómano. Además, ha reflotado lo que se creía superado: la conspiranoia, que, dadas las condiciones del mundo, ha pasado de enarbolar teorías de conspiración a constatar hechos conspirativos. Las alusiones a 1984 y al Mundo Feliz se volvieron virales. Así, la mención al Nuevo Orden Mundial está más patente que nunca, y ronda en el imaginario de una “Nueva Resistencia” bajo un distópico escenario global. Tenemos, como ejemplo insigne de esta Resistencia, a Alexander Dugin, estratega político ruso, muy influyente en Putin, quien ha hablado abiertamente de El Gran Despertar, justamente, en oposición a El Gran Reinicio propuesto por los socios de Schwab. Dugin dijo que El Gran Despertar “no se trata de élites e intelectuales, es una reacción espontánea de las masas, que de repente se dieron cuenta, como el ganado en el matadero, que su destino ya había sido decidido por los gobernantes y que en el futuro no hay lugar para la humanidad”. Dugin invoca este Gran Despertar como evidente contrapeso a lo que él llama el poder global del liberalismo económico que representa el bloque de Occidente o, mejor dicho, la cúpula de occidente cooptada por la Banca judía internacional.

Ante este convulso panorama de fuerzas en oposición, fuerzas que quieren conservar algo, una tradición, una esencia, un espíritu común, y fuerzas que quieren demolerlo en pos de algo “nuevo” (un nuevo orden, un nuevo paradigma, una nueva ingeniería social), el hombre de la era covidiana se ve en la disyuntiva del siglo XXI: sumarse a esta ola de revoluciones y de refundaciones en todo ámbito de la vida humana, con mucha fe, pero poco saber o perseverar en la solidez de sus propios juicios, valores y principios, a riesgo de ser machacado bajo la marea indómita de lo nuevo.

¿El Gran Reseteo forjará acaso un mundo y un futuro mejor? ¿Quién decide qué es lo mejor para el mundo y para el futuro? ¿La Nueva Constitución conseguirá refundar el país? ¿Quiénes deciden qué es lo mejor para Chile? ¿El Nuevo Orden Mundial es un proyecto que existe? ¿Supondría el fin de nuestra sociedad tal como la conocemos o el comienzo de un nuevo y desconocido orden de cosas? Son estas las preguntas que siguen asaltando al hombre covidiano, con un pie en lo moderno y otro pie en la tradición, y permanecen en la pura incógnita, a medida que el dogma de lo nuevo continúa viralizándose en la mente de sus apologetas. El tiempo se acaba. Lo nuevo no puede esperar. Pero la Resistencia pretende sobrevivir a lo nuevo, y mantener en alto la bandera del pasado y de la historia.


domingo, 17 de abril de 2022

El mensaje de Cristo se puede leer así: todo hombre crucificado injustamente abriga la promesa de la redención.
¿Y qué pasaría, querida, si te dijera que todo lo que vivimos fue solo un sueño de tres días, una pesadilla mesiánica, en la cual creímos haber sobrevivido al caos, y lo que entendimos por realidad no era más que la penitencia de esa pasión onírica?
¿Qué pasaría si te dijera que dentro de ese sueño nunca hubo resurreción, y lo que somos hoy no es otra cosa que el cadáver de lo que hubiéramos podido ser?

¿Fue Jehová un cosmonauta?

"Ricardo Santander Batalla, escritor y escultor porteño, empieza el libro diciendo que buscó a Dios en casi todas las religiones y no lo encontraba. Entonces decidió “leer” la biblia, tal cual está escrita, sin dogmas de fe ni guías religiosas. Se encontró con un Dios que parece haber llegado en una nave espacial y se basa para ello en citas bíblicas".


sábado, 16 de abril de 2022

El viernes santo, durante la mañana, un vehículo estacionó frente a la Moneda y su conductor se prendió fuego. Fue encontrado vivo, pero permanece en riesgo vital. Al principio, nadie sabía la identidad de este misterioso hombre, ni mucho menos sus motivos para semejante inmolación a lo bonzo. A raíz de la incertidumbre, circularon teorías sobre las supuestas razones que habría tenido para quemarse. Algunos dijeron que fue un acto de protesta extrema contra el gobierno por lo de los retiros; otros, que se trató de un acto de locura para llamar la atención de los medios, síntoma de la enajenación pandémica y la ola de violencia desatada. Sin embargo, luego del proceso de investigación, se determinó la identidad del hombre: Mario Carrión, hermano de Pedro Carrión, un empresario que habría sido secuestrado y luego asesinado en Concón, a manos de unos presuntos sicarios por supuestos motivos económicos, en una suerte de represalia por parte de sus socios. Este hombre, Mario, habría publicado algunos videos, horas antes de inmolarse, en donde dejaba entrever sus razones. “Voy a dar mi vida por mi arrepentimiento” dijo Mario en una parte, “por haber convencido a “más de dos mil personas” de votar por el presidente”. También habría dicho que es tan fiel que muere con su hermano y con Jesucristo. De esta forma, se puede afirmar que, al quemarse a lo bonzo frente al palacio de gobierno, clamaba por justicia ante un crimen que consideraba impune.

No es primera vez que ocurre una inmolación frente a la Moneda. El año 2001, Eduardo Miño, obrero y militante del Partido Comunista, entregó una carta a los transeúntes de la Plaza de la Constitución, para luego infligirse una herida y prenderse fuego con líquido inflamable. Allí se realizaba un acto de la Comisión Nacional del Sida, en el que participaba Michelle Bachelet. En aquella carta, Miño explicaba las razones de su inmolación. Básicamente, lo hizo en protesta por los trabajadores de la industria Pizarreño que fueron víctimas de asbestosis. Cerraba su carta con una frase para la posteridad que sería su epitafio: Mi alma que desborda humanidad ya no soporta tanta injusticia. Esta misma, la injusticia, fue la que decía sufrir Mario Carrión, al momento de prender la llama que encendería el fuego, el simbólico fuego que lo hizo arder un viernes santo, misma fecha en que se conmemora la crucifixión del hijo de Dios, en un sacrificio para absolver a la humanidad de sus pecados. La diferencia es que, tanto Mario Carrión como Eduardo Miño, eran simples mortales que imploraban por un poco de justicia terrenal, ofreciendo su vida a cambio de una respuesta política o, al menos, de un gesto ciudadano por las causas que llevaron en su conciencia hasta las brasas.

Cristo consagró la cruz como símbolo de adoración y también de penitencia. Asimismo, Miño y Carrión han consagrado al frontis de la Moneda como espacio del sacrificio ciudadano. Algo arde aún frente a la Moneda. Algo todavía se sigue quemando. Ese algo vuelve la historia una pira, en la que los vencidos buscan despojarse de sí mismos para trascender e inmortalizar su causa a través del tiempo. Pero solo el tiempo dirá si el sacrificio logró aplacar a los dioses o, en su defecto, agitar la memoria de los hombres.
¿Y qué pasaría si te dijera, querida, que nuestro tránsito tuvo también su propio vía crucis? ¿Que alguna suerte de mandato metafísico quería que fuera sacrificada nuestra anterior vida, para dar lugar a una penitencia, una reflexión y, posteriormente, un violento cambio que derivaría en la eterna expectativa de la transformación del mundo o, por el contrario, en una eterna condena de lo mismo, agravada por el martillo de la consciencia, y el estigma aún sangrante de la historia?
En el centro de la ciudad, a un costado de la entrada a un cajero, una pareja de venezolanos estaba sentada junto a sus dos hijas. A su lado, una gran maleta llena de ropa y accesorios. Las hijas comían un poco de pan y el papá sostenía una cajita con huevos de Pascua. -¿Desde cuándo están?-, les pregunté. -Desde ayer-, respondió el padre. -Viernes santo-, agregó la madre, sosteniendo a su hija más pequeña. Les pasé una luca que tenía suelta. El padre me ofreció un huevo de pascua a cambio. Le dije que no hacía falta. Lo agradecieron. Luego, seguí mi camino. Para algunos, la semana santa es un exilio y un sacrificio, una peregrinación sin garantía de retorno.

viernes, 15 de abril de 2022

Un minuto de silencio por quienes, como Cristo, fueron crucificados sin juicio justo ni mucho menos sentencia firme, sobre todo en redes sociales, Santa Inquisición del Siglo XXI.

La sombra del mal en Ernst Jünger y Miguel Delibes, Vintila Horia (extracto)

De dónde viene esto, cómo ha ocurrido, hasta dónde puede extenderse su hechizo. Todos lo vemos o lo intuimos de alguna manera, pero no basta leer libros o asistir a películas -que lo ponen en evidencia. Habría que actuar, intervenir, pasar de la constatación a la resistencia. Y ni siquiera esto bastaría en el momento amenazador en que nos encontramos. Habría que reconocer y definir abiertamente el mal y acabar con él. Al mismo tiempo, cada uno de nosotros, y de un modo más o menos comprometido, está implicado en el mal, gozando de sus favores, para vivir y hacer vivir. Aun cuando lo reconocemos y estamos de acuerdo con los escritores que lo delatan, algo nos impide protestar, nuestro mismo beneficio cotidiano, nuestra relación con su magnificencia. «La cuestión es saber si la libertad es aún posible —escribe Jünger—, aunque fuese en un dominio restringido. No es, desde luego, la neutralidad la que la puede conseguir, y menos todavía esta horrorosa ilusión de seguridad que nos permite dictar desde las gradas el comportamiento de los luchadores en el circo.»

O sea se trata de intervenir, de arriesgarlo todo con el fin de que todo sea salvado.

Lo que nos amenaza es la técnica y lo que ella implica en los campos de la moral, la política, la estética, la convivencia, la filosofía. Y la rebeldía que hoy sacude los fundamentos de nuestro mundo tiene que ver con este mal, al que llamo el mayor porque no conozco otro mejor situado para sobrepasarlo en cuanto eficacia. Ya no nos interesa de dónde proviene y cuáles son sus raíces. Estamos muy asustados con sus efectos, y buscar sus causas nos parece un menester de lujo, digno de la paz sin fallos de otros tiempos. Sin embargo hay un momento clave, un episodio que marca el fin de una época dominada por lo natural —tradiciones, espiritualidad, relaciones amistosas con la naturaleza, dignidad de comportamiento humano, moral de caballeros, decencia, en contra de los instintos—, episodio desde el cual se produce el salto en el mal. Este momento es, según Ernst Jünger, la Primera Guerra Mundial, cuando el material, obra de la técnica, desplazó al hombre y se impuso como factor decisivo en los campos de batalla de Europa, luego del mundo, luego en todos los campos de la vida. Fue así como el hombre occidental universaliza su civilización a través de la técnica, lo que es una victoria y una derrota a la vez.

Este proceso, definido desde un punto de vista moral, ha sido proclamado como una «caída de los valores», o desvalorización de los valores supremos, entre los cuales, por supuesto, los cristianos. Nietzsche fue su primer observador y logró realizar en su propia vida y en su obra lo que Husserl llamaba una reducción o epoché. En el sentido de que, al proclamarse en un primer tiempo «el nihilista integral de Europa», logró poner entre paréntesis el nihilismo, lo dejó atrás como él mismo solía decirlo, y pasó a otra actitud o a otro estadio, superior, y que es algo opuesto, precisamente, al nihilismo. Desde el punto de vista de la psicología profunda, esta evolución podría llamarse un proceso de individuación. Pero tal proceso, o tal reducción eidética, no se realizó hasta ahora más que en el espíritu de algunas mentes privilegiadas, despertadas por los gritos de Nietzsche. Las masas viven en este momento, en pleno, la tragedia del nihilismo anunciada por el autor de La voluntad del poder. Aun los que, como los jóvenes, se rebelan contra la técnica caen en la descomposición del nihilismo, ya que lo que piden y anhelan no representa sino una etapa más avanzada aún en el camino del nihilismo o de la desvalorización de los valores supremos. Esta exacerbación de un proceso de por sí aniquilador constituye el drama más atroz de una generación anhelando una libertad vacía, introducción a la falta absoluta de libertad.

Todo esto ha sido intuido y descrito por algunos novelistas anunciadores, como lo fueron Kafka, Hermann Broch en sus Sonámbulos o en sus ensayos, Roberto Musil en su Hombre sin atributos, Rilke en su poesía o Thomas Mann. Pero fue Jünger quien lo ha plasmado de una manera completa, en cuanto pensador, en su ensayo El obrero, publicado en 1931, y en el ciclo Sobre el hombre y el tiempo, o bien en sus novelas.

En opinión de Jünger, escritor que representa, mejor que otros, el afán de hacer ver y comprender lo que sucede en el mundo y su porqué, y también de indicar un camino de redención, hay unos poderes que acentúan la obra del nihilismo, desvalorizándolo todo con el fin de poder reinar sobre una sociedad de individuos que han dejado de ser personas, como decía Maritain, y estos poderes son hoy lo político, bajo todos los matices, y la técnica. Y hay, por el otro lado, una serie de principios resistenciales, que Jünger expone en su pequeño Tratado del rebelde y también en Por encima de la línea, que indican la manera más eficaz de conservar la libertad en medio de unos tiempos revueltos, como diría Toynbee, ni primeros ni últimos en la historia de la humanidad. Tanatos y Eros son los elementos que nos ayudan en contra de las tiranías de la técnica o de lo político. «Hoy, igual que en todos los tiempos, los que no temen a la muerte son infinitamente superiores a los más grandes de los poderes temporales.» De aquí la necesidad, para estos poderes, de destruir las religiones, de infundir el miedo inmediato. Si el hombre se cura del terror, el régimen está perdido. Y hay regiones en la tierra, escribe Jünger, en las que «la palabra metafísica es perseguida como una herejía». Quien posee una metafísica, opuesta al positivismo, al llamado realismo de los poderes constituidos, quien logra no temer a la muerte, basado en una metafísica, no teme al régimen, es un enemigo invencible, sean estos poderes de tipo político o económico, partidos o sinarquías.

El segundo poder salvador es Eros, ya que igual que en 1984, el amor crea un territorio anímico sobre el cual Leviatán no tiene potestad alguna. De ahí el odio y el afán destructor de la policía, en la obra de Orwell, en contra de los dos enamorados, los últimos de la tierra. Lo mismo sucede en Nosotros, de Zamiatín. Al contrario, según Jünger, el sexo, enemigo del amor, es un aliado eficaz del titanismo contemporáneo, o sea, del amor supremo y resulta tan útil a éste como los derramamientos de sangre. Por el simple motivo de que los instintos no constituyen oposición al mal, sino en cuanto nos llevan a un más allá, en este caso el del amor, única vía hacia la libertad.

jueves, 14 de abril de 2022

Hoy se estableció que ya no era necesario el uso de mascarilla en espacios abiertos. Sin embargo, al salir a la calle, muchos aún circulaban con el bozal. ¿Costumbre interiorizada o ánimo de romper las reglas? Bosquejo de nuestra nueva normalidad, en que el rostro figura espontáneamente cubierto, y la mascarilla ya adquirió signo de identidad pública.
-Profe, lo desconocí sin la mascarilla puesta

-Yo también a usted.

Se sacó el bozal al aire libre en el patio y, de pronto, cada estudiante tuvo, aparte de voz, rostro propio.
Ex amigos de la revolución, quédense su "hombre nuevo", yo me conformo con no ser el deconstruido "último hombre".

lunes, 11 de abril de 2022

Cuando Boric dijo que, según él, la actual Constitución fue escrita por cuatro generales, ¿Habrá pensado acaso en los cuatro jinetes del Apocalipsis, mientras en su cabeza sonaba el Kill em all de Metallica?

domingo, 10 de abril de 2022

Una alumna me envió durante la madrugada unos poemas que me pidió revisar. Según ella, se quedó toda la noche escribiéndolos. Tenemos aquí, sin duda, una escritora en bruto:

I

Se alza el sol, perpetuando

la eterna y dolorosa

rutina del amanecer,

el nacimiento de un nuevo día,

levantándose sobre los restos de

La noche prontamente resurrecta.

Se alza el sol

tal cual como ayer,

y el día previo, o mañana

y el día siguiente,

se alza el sol

todos los días y sin embargo

me quita el aliento cada vez

que soy enceguecida por

su halo de luz, como si jamás

hubiera visto tal cosa.

II

estamos tan vacíos,

saltamos de cama en cama,

y buscamos y buscamos

no sabemos bien qué

quizás nada, o lo que sea

algo que nos mueva,

nos sacuda, nos cambie,

pero tenemos miedo

a las historias que duran

tenemos miedo,

porque sabemos que

de algunas

dura más la huella

que la historia,

que donde te falle

la memoria

van a estar las cicatrices,

así que elegimos

estar vacíos

porque es mejor

Que estar tristes.

III

no sueño con estatuas

ni monumentos

quiero sangre

en el pavimento,

mi poesía y florezcan brotes

del concreto inerte,

quiero perderte, Cordura,

porque en tu ausencia habita

el arte, y los días que perdí

todo aquello que anhelo

habita allí donde no estás.

pero te vas y me vuelo,

me extravío en un camino recto,

desencuentro las constantes

que rigen y estructuran

todo aquello más allá

del velo de la locura,

y todo lo que encuentro acá

acá se queda,

¿de qué me sirve hallarlo

y que sea solo mío?

quiero posar en las manos ajenas

los versos delirantes de fiebre,

pero el sentido se pierde

se torna incoherente

en la sanidad necesaria

para regalar ese fragmento

de inconsciente,

y parece adrede la tortura

de reclusar mi cúspide

a la más pura soledad.

IV

Estoy dispersa esta noche, soy solo polvo, lágrimas y reproches, rimas trilladas, poemas zigzagueantes y versos inentendibles.

A fin de cuentas tal vez soy más de lo que creían pero aún así menos que suficiente, lo que hay de mi nunca alcanza para la gente que quiero, y este destino austero sigue cruzándolas en mi camino.

A esas personas ausentes me refiero, para las que nunca sirvo, las que acechan todavía mis escritos de porquería con sus siluetas traicioneras escondidas tras la métrica.

V

A veces me siento como

Poco más que un olvido

Esperando a pasar.

Y hago el duelo

Por esas huellas a borrar

De cada paso del camino,

Por cada detalle a desdibujar,

Por los momentos que ya

No serán recuerdos.

La intrascendencia se siente,

A veces,

Como un puñal en el pecho

Una guillotina sobre mi cuello,

Una sentencia.

Acecha mis pesadillas,

Con sus sombríos paisajes

Un mundo frío en el que

No existo para nadie

más que yo.

Un mundo en el que

No me inventan otros ojos

Ni delinean otras manos

Mi contorno.

Donde no queda nada de mí

En las personas que atesoro

No queda nada de mí.

No queda nada.

VI

para ti a quien el mundo le duele tanto

Se enturbia el velo de la noche

en el reproche

de un vestido sin colgar,

desteñido de tanto lavarle

sangre que hace tiempo

ya no está.

Pero el vestido ya no

es vestido sino metáfora,

porque retazos de tela

talla ocho no alcanzan

a representar la idea

de lo que tengo para contar.

Así que delimito la historia

en el vestido, como una foto,

para ver si también

desaparece

alguno de estos días

quién sabe como,

por esas vueltas de la vida.

La historia es así:

Hay un vestido rosa.

(no, no, la foto es más grande)

Hay una nena de vestido

(o quizás más chica)

Hay una mancha de sangre

Una tarjeta y cocaína

¿Quizás heroína?

Un pendiente tirado

Un diente en el piso

Un puño tembloroso, quizás,

Un labio partido,

Lágrimas sin sal.

La historia es así

y nunca cambia.

Aunque la sueñe

todas las noches

y la piense y recuerde

cuando no sueño.

Nunca la reescribo

y siempre vuelvo al vestido

que se fue y no pude sacarle

la puta mancha de sangre

pero sí el rosa

de tanto lavarlo

aún siendo ya tarde.

Perdón

perdón por la espera

es que las manos me tiemblan

y se me resbala la tela

voy a ayudarte, tranquila,

voy a limpiar el desastre

Incluso si no es hoy, voy a seguir intentando

Hasta que el vestido esté pulcro

O simplemente deje de existir

sábado, 9 de abril de 2022

Nuevo orden (mini ficción)

-Ya viene el nuevo orden-, me dijo. Entonces se acercó hacia mí, amenazante. Francamente, ya no sabía qué hacer. No sabía si detenerla en ese momento o siquiera escuchar lo que estaba tratando de decirme. -¿Cuál nuevo orden?-, le pregunté. Intuía la respuesta, pero me negaba a creerla. Quería creer, en cambio, que se trataba solo de un juego de palabras. -¿Cuál nuevo orden?-, le volví a preguntar, desesperado. –En el que ya no estás- me dijo, firme. –Solo hace falta una llamada-, remató. Sacó un celular y marcó un número desconocido. El aparato no paraba de sonar, ante su mirada penetrante. Retrocedí. Descolocado, en ese momento lo supe. Un orden nuevo vendría, pero yo no tenía lugar en él.
Para un amigo, la relación amorosa se ha vuelto otra manifestación de la sociedad líquida (Bauman) en la era del vacío (Lipovetski). Para mí, más líquido y vacío que nunca, en materia de amor, también.
A veces, quienes pregonan la consciencia social y se lavan la boca con los derechos humanos, son los mismos que aplican la ley del talión y la política del far west, botando su careta y desplegando su sombra.

jueves, 7 de abril de 2022

Nuestra época es tan nihilista que si Nietzsche viviera hoy desearía que Dios no hubiera muerto.
¿Y si te dijera, querida, que la idea de una página en blanco siempre estuvo dentro del guión que otros pensaron para nuestra historia? ¿Y solo cabía ahí la ilusión de la posibilidad de elegir, la ilusión de crear algo nuevo a partir de las cenizas del viejo orden?
"Un fantasma recorre Chile: el fantasma del Rechazo". Cristián Warnken.

martes, 5 de abril de 2022

Si algo ha de ser deconstruido, querida, son las verdades a medias, la necia pretensión de relativizarlo todo, de volverlo todo un menjunje de grietas, prismas y accidentes.

domingo, 3 de abril de 2022

Filosofía y violencia en Jorge Millas (artículo)

"En sí misma, toda idea es neutra o debería serlo, pero el hombre la anima, proyecta en ella sus llamas y sus demencias; impura, transformada en creencia, se inserta en el tiempo, adopta figura de suceso: el paso de la lógica a la epilepsia se ha consumado. Así nacen las ideologías, las doctrinas y las farsas sangrientas. Idólatras por instinto, convertimos en incondicionados los objetos de nuestros sueños y de nuestros intereses. La historia no es más que el desfile de falsos Absolutos. En cuanto rehusamos admitir el carácter intercambiable de las ideas, la sangre corre". E. Cioran

FILOSOFÍA Y VIOLENCIA EN JORGE MILLAS (scielo.cl)

viernes, 1 de abril de 2022

Posibles giros en el caso Narumi

1.- Se descubre que Narumi sigue viva e hizo su vida en Japón, alejada del ojo público todos estos años, amparada por una importante mafia local. Solo unos cuantos miembros de su familia sabían sobre este hecho, pero callaron por miedo a represalias al revelar este secreto. Se produce un enfrentamiento de película entre la justicia francesa y el poder político japonés. Zepeda es declarado inocente de asesinato con premeditación pero sigue imputado por presunto secuestro y obstrucción a la investigación. Narumi espera entre las sombras para cobrarle cada una de las cuentas pendientes.

2.- Ante el persistente misterio sobre el paradero de Narumi, la prestigiosa abogada Jacqueline Laffont aprovecha esa incertidumbre respecto al cuerpo del delito para instalar la duda razonable en los jueces y así lograr la absolución de Nicolás Zepeda respecto del asesinato con premeditación de su ex polola. Sin embargo, continúa siendo investigado por obstrucción a la justicia. El caso se cierra sin culpables. La abogada logra su cometido, se corona en el ámbito de la abogacía y genera un revuelo a nivel internacional. Zepeda rehúye las medidas cautelares que lo mantienen aún sujeto al país galo y desaparece misteriosamente con último rumbo hacia Chile o tal vez hacia Japón. Se le da la alerta a la Interpol. Ahora se tiene a dos desaparecidos, y el affair Narumi es rebautizado con características fantasmales. No descartan que Zepeda haya sido secuestrado o ajusticiado por terceros.

3.- Se descubre el cuerpo de Narumi después de más de tres años de búsqueda. Las presunciones de la fiscalía fueron ciertas, no así la acusación de asesinato. Siempre estuvo en el bosque de Chaux, pero fue encontrado a orillas de un lago, como el de Laura Palmer. Las pericias fueron muy complicadas dado el tiempo transcurrido. Buscan determinar la data y causa de muerte. La investigación, de ese modo, toma otro cariz, y se aboga ahora por confirmar la responsabilidad de Zepeda en la muerte de Narumi. Sale a la palestra, nuevamente, Arthur del Piccolo como sospechoso, para descartar otras hipótesis. Se complica la situación para Zepeda, pero su defensa continúa confiada. Él persiste en su inocencia.

4.- La justicia francesa considera culpable a Zepeda por los delitos de asesinato con premeditación y obstrucción a la justicia, condenándolo a la pena de cadena perpetua, pese a la férrea defensa de Laffont. La inexistencia de cuerpo del delito fue un obstáculo pero nada concluyente para impedir la determinación del crimen por parte de los jueces, en base a las acusaciones del ministerio público. La defensa de Zepeda junto a sus familiares apelarán para conseguir revertir la condena y concertar un nuevo juicio que esperan sea favorable para el imputado. Desde Japón, la familia de Narumi y la opinión pública celebran el resultado, al igual que aplauden la inagotable labor de la fiscalía francesa en el esclarecimiento de los hechos. En Chile, los sectores más progresistas y los medios de comunicación consideran el final de este caso como emblemático y el resultado del juicio como otro precedente importante para avanzar hacia una sociedad libre de violencia contra las mujeres. Mientras tanto, Zepeda, en la cárcel, pide a su abogado que sean liberados los cuentos que publicó en un blog hace más de una década, unos cuentos que versaban sobre un personaje que sufre de una tormentosa relación amorosa con su ex pareja. Pide su liberación en los medios para que la opinión pública “entendiera sus motivos”. Ante este hecho, organizaciones feministas de Francia, Japón y Chile se manifiestan y crean un nuevo lema en conjunto: “el amor no mata, construye” (dichos del propio Zepeda hacia su ex) con el hashtag: #porsiempreNarumi.



El discurso posmoderno, al volverse hegemonía, paradójicamente, se establece como pensamiento único, como un nuevo metarrelato.
Si en tu revolución no se admite el disenso, considérate un enemigo.