miércoles, 3 de mayo de 2017

Whatsapp

I

Los mensajes que nos mandamos por whatsapp hoy fueron, debido a la caída del servicio, algo así como un coitus interruptus comunicativo. Tranquila, que eso tiene solución. Tan solo cierra la aplicación, e intentémoslo en persona.

II

Antes de la caída de whatsapp un amigo decía: "Cerré face de nuevo. Estaba chato de ver la popularidad ajena". Ese loco volverá tarde o temprano, como suele hacerlo. Uno siempre vuelve a los vicios donde cree verse reflejado. Me repetía que estaba chato de la popularidad de los otros. Le decía que en realidad la desea. Parecía que había olvidado que la infamia y la impopularidad eran el leitmotiv de permanecer aquí. Y, a estas alturas, prácticamente nuestra razón de ser. "Ese es el consuelo del perdedor, wn", repetía. O quizá quiso decir, su pequeño falso orgullo.

III

Los mensajes que te mandé por whatsapp anoche figuraban con doble clic. Quiere decir que sí se enviaron y que aparecieron en tu inicio. El azul no aparecía seguramente porque aún no los habías leído. Pero la fecha de tu última conexión desapareció mágicamente. Hoy aquellos mensajes sin leer solamente figuraron con un puro clic, expectantes, abortados al primer intento. Luego dijeron que hubo desconexión a nivel mundial. Tu perfil permanecía imperturbable. Los mensajes en silencio, sin su consecuente réplica. Sin embargo, lo único que se ha caído realmente fue nuestro cauce comunicativo, la intención de darle otra vuelta, y un punto final a nuestras palabras. La obsesión fática por taparle la boca con el dedo al otro o, en este caso, debido a la distancia, la obsesión por taparle el texto y la letra al otro con una señal de hielo.