domingo, 9 de mayo de 2021

¡Vienen por tu cerebro!

En Johnny Mnemonic de William Gibson, había gente con implantes cerebrales usados para ser meros traficantes de datos gubernamentales o corporativos. ¿Cómo hacían esto? Llevaban espacio en su disco duro cerebral en donde guardaban información confidencial a la cual ni ellos tenían acceso. En suma, una conciencia encriptada. Desde el Paleolítico que unos someten a otros, de acuerdo a un poder ejercido. Primero, los descubridores del fuego. Luego, los inventores de la pólvora, los descubridores de agujeros negros, los creadores de algoritmos digitales. Y suma y sigue. El control de la consciencia adquiere formas cada vez más sofisticadas, en consonancia con el progreso acelerado de la tecnología. Hoy es la pretensión del absolutismo global. Mañana, será el sueño húmedo de los tecnópatas. El chip neuronal de Elon Musk podría ser el dispositivo del control futuro, tal como lo escribió William Gibson. Los corderos analógicos de nuestra sociedad, ciudadanos de a pie, serían aquellos que alimentarían a sus lobos, los fascistas positivos.