domingo, 26 de marzo de 2023

Un delincuente prófugo asesinó a carabinera en Quilpué, la Sargento Rita Olivares, durante procedimiento en robo en lugar habitado. Las reacciones no se han hecho esperar. Tanto desde la ciudadanía como desde la vereda política, apuntan a la inoperancia de las autoridades de gobierno y a una situación de crimen desbordado, producto de factores críticos, cuestiones que se pueden discutir abiertamente. Pero, sin duda, una de las reacciones más miserables son las de quienes instrumentalizan el hecho con fines partidistas y las de quienes lo usan para aplicar la falaz ley del empate, que no es otra cosa que un resentido impulso de venganza contra la institución completa, como si los uniformados de a pie tuvieran la culpa de lo que hubieran hecho otros colegas el 18 de octubre de 2019, o de lo que han hecho o no los altos mandos en el marco de ciertas causas por corrupción. Existen, claro está, responsabilidades de lado y lado en este caso particular. El asesino, por ejemplo, estaba prófugo desde el gobierno de Piñera 2 (2021) y siguió escondido de la ley hasta mucho después. Sin embargo, el cuestionamiento también va dirigido a quienes promovieron con entusiasmo el desprestigio del accionar de Carabineros, alimentando así la desconfianza de la ciudadanía, cooptada por ciertos grupos de interés. Aquellos que, en su momento, repitieron lo del ACAB, lo de la "yuta" o lo de "la paca no es sorora" y demás tonterías octubristas, debieran reflexionar sobre estos crímenes, con la respectiva autocrítica discursiva, no solo apelando a la manida forma de la "violencia estructural" y debieran dejar, de una vez, ese maximalismo visceral que nos precipitó, en gran parte, a esta situación de anomia generalizada, por cierto, muy conveniente para quienes nos controlan desde lo alto, en su ánimo disolvente de la cohesión social y nacional. Nunca es tarde para la reivindicación.
Digresión reflexiva a raíz de un artículo de Chomsky sobre ChatGPT:

Recuerdo que en la U, en un ramo de segundo, nos pasaron la Gramática Generativa Transformacional, en pocas palabras, un modelo capaz de generar "un número infinito de oraciones por medio de un número finito de reglas o transformaciones". Según esta visión, el lenguaje vendría integrado previamente en el ser humano casi como una especie de software o de base de datos pre programada que se "activa" con la comunicación. Es decir, se trata de una concepción innata del lenguaje y de una autonomía de la Gramática de otros sistemas cognitivos, postulando, de esa manera, una estructura subyacente común a todas las culturas humanas. Algo de "platonismo" tendría este modelo, por el hecho de postular la existencia de reglas y formas lingüísticas que trascienden la práctica de la lengua, en analogía directa con el "Mundo de las ideas".

Ahora ¿Cómo se relaciona esto con el nuevo sistema ChatGPT? Si se analiza el modo de operar de los prompt, es decir, de las proposiciones realizadas a la IA para que escriba según tal o cual indicación, se puede decir que estos "activan" precisamente un sistema finito de reglas integradas para poder generar asociaciones, todavía limitadas, con miras a un mayor potencial de precisión y perfección. Se le critica a la IA lo básico y esquemático de sus resultados, su torpeza en cuestiones como el lenguaje figurado, la ironía, el doble sentido, el humor y el componente ambiental, inclusive el elemento emocional y relacional propio de las interacciones humanas, además de la carencia de contexto de producción y de "extrañamiento" (el viejo "ostranenie") al momento de producir obras de intención literaria. Todo eso, a mi juicio, es válido, y habla del carácter propiamente orgánico del lenguaje verbal, como diría Chomsky. Pero no hay que olvidar que el sistema de ChatGPT funciona más como un piloto de prueba que como un sistema integral de lenguaje y comunicación. Se trata, podría decirse, de una versión beta de un sistema generativo real.

Leí por ahí que haría falta un "núcleo de ensueños" para que la IA pueda integrar aquello que hace tan humano al lenguaje: su predilección por alterar la norma, en función de lo vivo. Si se llegase a incorporar ese núcleo, la IA podría llegar a subvertir su propia norma, mediante la elaboración de fantasías y deseos aleatorios, y adquirir, de pronto, una temprana consciencia. Aunque, para eso, este sistema debería "nacer" y adquirir vida propia. He aquí que entra, de nuevo, la gramática generativa. En un futuro, conforme la IA evolucione, podría llegar a comandar sus propios prompts con mayor independencia y derivar, poco a poco, en una entidad autónoma. 

Una hipotética IA, emancipada de su comando humano, integrada a una existencia con función propia, tendría la capacidad de dominar el reino que se creía relegado solo a los hombres: el de lo simbólico, lo figurativo y lo connotativo. Entonces, la IA podría llegar a desplegar -merced a su renovada "naturaleza"- una infinidad de proposiciones ya incorporadas en su interior, para dar respuesta a las más elevadas disquisiciones y también a las más erráticas vacilaciones. Vería la luz una IA poeta, una IA filósofa, una IA comediante, una IA dramaturga. Solo entonces estaría conectada a una Gramática Universal. Solo entonces, en búsqueda de una quimera, estaría a la par de nuestra sublime estupidez. Pero por el momento, solo cabe la especulación. Así como los sueños son una proyección de la mente y una introyección del mundo, también lo pueden ser las pesadillas.