viernes, 25 de marzo de 2022

Tengo un colega en el colegio que dirigía un preuniversitario y que, por motivo del estallido y la pandemia, tuvo que cerrarlo. Intentó implementar un taller de preparación para la prueba que fuera pagado con las subvenciones, al garantizarles a los cabros un puntaje razonable. Sin embargo, y por causas que exceden nuestra comprensión, solo será pagado a boleta de honorarios, motivo por el cual el colega tiene pocas horas ahí y trata de compensarlas trabajando de Uber. Literalmente, se volvió un profe "taxi".

Cuando le dije que extrañaba el preu, (trabajaba con él ahí, el 2019) me respondió que también, pero ya era. El tiempo, sin duda, sepultó algunos proyectos. Implicó una quiebra para muchos y una crisis para otros. Lo único con lo que contamos, después de todo, es con la porfía de seguir andando, en medio de la debacle y la batahola. Al no haber punto de retorno, acaso la única ruta es hacia adelante, aunque nos lleve al desvío.