miércoles, 29 de abril de 2015

Poema imagen: Arbolada


En el centro de la arbolada, un hermetismo se expresa bajo las sombras, que parecen custodiar o secuestrar la imagen de un hogar, frescamente acogedor, de fachada pudorosa, con un efímero potencial hospitalario, de todos modos, vegetal en su misterio. Subyace la idea de un estar no presente, vacío de habitat, o de una reclusión geométrica opuesta a la vida de los árboles, que parecen cómplices de algún destino extranjero. 

Diferente a la meditación de las plantas, sin embargo, se divorcian de cualquier solidez neutra, condenadas a ser vigas y máscaras de la naturaleza, inútil para el vicio de lo permanente, el perfecto espejismo de lo que pudo estar y no hace sino persistir, introvertido como piedra, con vergüenza de algún espacio-tiempo verde y animado, irónicamente ausente, tras los árboles que articulan un meta-cautiverio: La morada que se exilia hacia adentro, vaciándose de aire, de vida y de memoria.