sábado, 8 de octubre de 2016

Hamlet XXI

La obra "Hamlet XXI" maquinada por algunos cabros del segundo ciclo. El título de partida suena futurista. Aunque para la alumna que lidera el grupo: "Representar esa obra en quince minutos y en un guión de solo nueve páginas suena, más que vanguardista, descabellado". Uno de los cabros que haría del fantasma del padre, y extrañamente, del propio Hamlet, dice que el monólogo sobre el ser o no ser continúa intacto. "Cambiará todo menos eso", repetía enfático. Si uno se fija bien, casi cualquier obra clásica podría actualizarse a nuestro siglo. Así, se podría pensar perfectamente en una Divina Comedia o en un Fuenteovejuna XXI, por ejemplo. Cambia el contexto, pero no el drama humano. El riesgo reside en la representación, siempre latente. Se arriesga todo, vida o muerte, en la representación de un clásico. Porque el tiempo, a la larga, dirá si valió o no la pena reescribir lo ya escrito.