miércoles, 16 de diciembre de 2009




Allí donde él estiró su dedo
el vino se convirtió en agua
¡el real hombre bomba de tiempo!
sin jueces ni rebaño ni cronómetro ni tela-arañas.
El real martillo con patas,
con bigotes y con seso, mucho seso.

Disfrazado de Super Man
mucho antes de ser de Mario BROS ancestro,
le hizo la vuelta invertida
a las tortugas de la metafísica
y con ellas se hizo lumbrero de sí mismo
y de nadie más que de sí mismo.

Él, insecticida histórico
cauterizando a las moscas
que chupan del estigma de la cruz.

Con el martillo que filosofa,
se cagó en el abismo fantasmagórico
y en la eterna pregunta incontestable
de filósofos y sacerdotes.

En el lustre de sus frentes, el signo peso,
y allí vino él a hipotecarles la mente.

Allí donde él estiró su dedo,
el vino se convirtió en agua.

¡El real hombre bomba de tiempo!
El real martillo con patas,
con bigotes y con seso, mucho seso.