domingo, 28 de noviembre de 2021

El mito del voto en blanco

La necesidad del voto en blanco o nulo como disenso legítimo y no como voto perdido:

“Conocidas estas alternativas que nos ofrecen las democracias modernas, ya es hora de que nuestros políticos profesionales afinen el olfato e introduzcan cambios a la Ley Electoral, para devolverles la confianza a los ciudadanos que cumplen con su deber y derecho de votar. Validemos el “voto en blanco” como una opción o incluyamos la opción “ninguna de las anteriores” con efecto vinculante, como registro de que los políticos profesionales no están haciendo bien las cosas”.

En calidad de “idiota público”, sin embargo, serás enviado al infierno moral de la Divina Comedia, por los militantes e instigadores de lado y lado. Serás considerado de inmediato un "enemigo" por omisión, ya sea del pueblo, ya sea de la patria. Te instarán a quemarte por uno u otro abanderado, aunque eso signifique traicionar tu consciencia. Así, para los de Boric, si no votas, estás siendo “cómplice del neo fascismo”; y para los de Kast, si no votas, estás avalando indirectamente el auge del comunismo y el castrochavismo en Chile. Adoptar la postura del idiota a modo de protesta contra un sistema poco representativo implica, entonces, asumir el riesgo, asumir que tu renuencia a los candidatos políticos será mal vista como desidia, apatía, egoísmo o derechamente como traición, pero es el precio a pagar por una visión diferente, por una crítica profunda a los proyectos de país que son instalados en el ojo mediático, y también por una consecuencia de nuestro inconformismo y nuestra autonomía.