sábado, 4 de abril de 2015

Judas

Mucho hilo que cortar respecto a la figura de Judas: el único apostol traicionero ante los ojos de la Iglesia y, sin embargo, el único elegido que envió a su maestro hacia el camino que ya le estaba designado por mandato divino. Judas el enviado, el verdadero seguidor, el auténtico cristiano, la traición se torna aquí traducción fiel del original. Fue tal su devoción que aceptó escribirse a si mismo en la lista negra de la historia y aceptar la ignominia milenaria que hoy por hoy aceptamos sin mayor reparo. Los móviles de su tan mentada traición son tan difusos como las circunstancias de su muerte ¿Perdió la fe simplemente y, en un acto de egoísmo ateo, lo vendió a los romanos como falso profeta? o ¿Entregó a su maestro porque así debía ser con tal de cumplir la obra redentora que ya le había sido encomendada al mesías? Fue pese a todo algo así como el guardián que hizo lo que tenía que hacer, así como Virgilio acompañó a Dante hasta el infierno para luego reencontrarse con el Paraíso. Sin ir más lejos, considero que el beso de Judas fue quizá el primer acto de vanguardia del que se tenga data.