martes, 13 de julio de 2021

La policía cubana se llevó a una youtuber llamada Dina Stars en plena entrevista con el programa 'Todo es mentira'. Mientras ocurría la entrevista, dijo que hacía responsable al gobierno de cualquier cosa que le pudiera pasar. Justo en ese momento, entraron uniformados a la casa de Dina para llevársela. "La seguridad está ahí fuera, tengo que salir", les dijo a todos, muy ansiosa.

La represión en Cuba es real, y siguen apareciendo evidencias que lo demuestran. Sin embargo, aún hay quienes creen que todo se trata del bloqueo comercial de Estados Unidos o incluso de una infiltración contrarrevolucionaria de la CIA. Porfiados como ellos solos. Algunos cubanos siguen esperando ver cómo el marxismo de Estado se vuelve anarquismo, según la tesis de San Marx, misma cuestión que el legendario Bakunin cuestionó en la era de la Internacional. Parece que esta vez se cansaron de esperar y salieron a la calle, pero los agentes del gobierno ya encanaron a muchos, sin un debido proceso. Auténticos presos políticos.

Algo que siempre me queda dando vuelta, y que me ha valido rencillas con mis viejos amigos ¿Cómo pueden justificar los marxistas todos los crímenes y atropellos hechos desde los Estados comunistas? Ah ya sé, del mismo modo que la derecha fascista justifica sus crímenes: en nombre del bien común y del fin último. Otra pregunta me surge, a raíz de esta lamentable persecución. ¿Qué tendrán que decir las feministas pro Castro respecto de lo ocurrido con la youtuber? ¿Saldrán a denunciar este infame abuso de poder patriarcal, fuerte y claro, o no pueden porque entra en disonancia con su color político? ¿De pronto hay patriarcas malos y patriarcas buenos?
Cajero en el negocio:

-Póngase la mascarilla, por favor.

Yo: - Eso es lo que vengo a comprar.

Cajero: - Pero no puede entrar sin mascarilla

Yo: - Por eso quiero una.

Y así la paradoja continúa...

Un poco de historia sobre las Forestales (Jorge Lavandero Illanes)

Una contundente opinión sobre el pandemonio de la Araucanía, opinión que suscribo plenamente y procedo a compartir:

En 1973, el ingeniero forestal Julio Ponce Lerou estaba casado con Verónica Pinochet Hiriart y era un empleado más de Inforsa (Industrias Forestales SA). Cuando su suegro se hizo del poder, lo nombró jefe nacional de CONAF, institución que se hizo cargo de la desaparecida CORA (Corporación de la Reforma Agraria), para llevar adelante la contra-reforma agraria, es decir, devolverle a los latifundistas los campos que habían pasado a propiedad estatal de la CORA durante los gobiernos de Freí y Allende. En la zona de Arauco, devolvió campos a la familia Ebensperger. Cabe aclarar que el general Carlos Forestier, uno de los generales golpistas, muy leal a Pinochet, era casado con una Ebensperger y una de sus hijas se casó con J. Emilio Cheyre. De ese modo, muchas comunidades mapuches volvieron a quedar sin tierras. Parte de estas tierras, Ponce Lerou las vendió a muy bajo costo a los Matte, Luksic y a otros, todos los cuales siguen sacando dividendos de sus negocios efectuados en dictadura. Luego, su suegro lo nombró presidente de Celulosa Constitución, la que unió a celulosa Arauco. Ambas empresas CORFO, fueron vendidas a Angelini.

En ese tiempo, Ponce Lerou se hizo propietario de inmensas propiedades estatales en la zona de Puyehue y Temuco y se apropió de importantes cantidades de animales vacunos. También se hizo de la hacienda Rupanco. Después, fue nombrado como jefe de CORFO y posteriormente de ENDESA. Al final, se fue a SOQUIMICH, empresa CORFO a cargo de la explotación del salitre del Norte. Y así, como lo hizo con otras empresas y propiedades estatales, se apropió de ella. También se hizo militante del Partido Por la Democracia, donde milita el hijo del ex presidente Ricardo Lagos.

Este ingeniero forestal oriundo de La Calera ideó la famosa ley de subsidio a la plantación forestal, que obligaba al Estado chileno a devolver el 80 o 90% de las inversiones a los privados (prácticamente las empresas forestales fueron financiadas por todos los chilenos durante décadas). Obviamente que ello favoreció a los Matte, a los Angelini y a todos los que empezaron con el gran negocio de plantar pobreza.

Cabe recordar que la Araucanía, a pesar de esta gran inversión, hoy es una de las zonas más pobres del país. Arrasaron con los bosques nativos, subsidiados por todos nosotros. O sea, Ponce Lerou se convirtió en multimillonario gracias a haber robado al Estado, dejando sin tierras al pueblo Mapuche, convirtiendo en un desierto verde el Gran Sur. Y Soquimich, la empresa estatal del salitre, pasó a manos de sólo una persona: él mismo, el yerno de Pinochet, quien desde ahí ha financiado a los principales políticos corruptos de Chile.

Este joven calerano, hijo de buen vecino, llegó a estar incluido en la lista de millonarios Forbes, a vista y paciencia de todos. ¿Por qué no se hizo nada si esto es de conocimiento público? Enrique Correa, Boeninger, Genaro Arriagada y otros, acordaron no revisar las privatizaciones del tiempo de Pinochet y hacer vista gorda al mayor desfalco de la historia del Estado de Chile. La Concertación pactó con la derecha para que los grandes empresarios pagaran sus campañas y otros tantos beneficios.

Hace unos años, el 18º Juzgado Civil de Santiago condenó a Ponce Lerou a pagar una multa por unos US$80 millones por el Caso Cascadas (por lo cual había ganado 128 millones de dólares). Finalmente, la Corte de Apelaciones de Santiago rebajó esa multa a unos US$3 millones. Todo esto gracias a la red política y judicial que involucra a casi todo el espectro de partidos políticos.

Las forestales en Chile han proliferado gracias al legado de Pinochet. Las forestales en Chile son parte del legado del dictador. Cada muerto en esta zona, mapuche, obrero o policía tiene responsables claros ¿Cuándo los va a perseguir la justicia?


Texto cortesía de Jorge Lavandero Illanes