jueves, 23 de marzo de 2023

"Lucha por el imaginario: se trata de algo mucho más profundo que la tan manida “batalla cultural”. Es un enfrentamiento por el poder de las imágenes, por el relato. Por eso a mí me interesa mucho más estudiar la utilización de las representaciones imaginarias que las consabidas luchas dialécticas en las que habitualmente se entretienen los “opinadores” profesionales de la prensa. En un mundo compuesto de simulacro y espectáculo (Debord + Baudrillard), de shock y de kitsch, no queda más opción que entender la imposición de una u otra representación del imaginario como lucha.

Insoportable malestar del ser: Siguiendo a autores como Deleuze, Fisher o Bifo Berardi, se trata de estudiar el impacto industrial, a través de sus distintas manifestaciones patológicas, del capitalismo tardío en el sujeto contemporáneo. Lo humano se encuentra en peligro por dos razones: el avance de la Inteligencia Artificial y el retroceso de los afectos. El pensamiento se ha debilitado; la ignorancia ha avanzado bajo la negligencia de las élites y el avance de la oclocracia; la imaginación ha sido secuestrada; el amor se encuentra gravemente amenazado. En definitiva, aquello que tradicionalmente consideramos humano está a punto de quedar obsoleto (si es que no lo ha hecho ya). A la vivencia autoconsciente de esa experiencia la he denominado “insoportable malestar del ser”.

Agentes del caos: Es una forma muy particular de entender el aceleracionismo. De nada sirve poner palos a las ruedas en un estado de descomposición de la civilización tan avanzado. Debemos adoptar el propio caos, el nihilismo incluso, como armas para derribar el Sistema, a la Catedral con el peso de su propia inercia. Después volverá la revolución, que es una vuelta al origen, pero hasta que eso suceda los defensores de la Tradición debemos adoptar el código del enemigo para destruir al enemigo. Ser un “agente del caos” supone habitar la noche, vivir a la intemperie, celebrar el Kali Yuga, convertir nuestra orfandad en causa común."