sábado, 19 de diciembre de 2020

Al lavar se filtró agua de la llave del lavaplatos. La inundación provocó que apareciera un ciempiés escondido. Segunda visita no humana en lo que va del mes. El pequeño amigo se asustó ante el crecimiento del agua que amenazaba con arrastrarlo a medida que lavaba los platos de la cocina. Mientras continuaba en la faena, no perdía de vista al ciempiés avanzando a toda prueba contracorriente. Al terminar de lavar, cerré la llave. Sabía que con eso salvaría al amigo de un funesto fin a través del ducto del lavaplatos. Se quedó inmóvil por un momento. Luego, al acercarme para verlo de cerca, siguió su camino raudo, para escabullirse por detrás del mueble. De ahí no volvería a salir, o tal vez lo hiciese más tarde, cuando yo no estuviera, y no viera amenazada su integridad. Dentro de la casa, como es evidente, los quilópodos también sobreviven y habitan el poco espacio que tienen, a su manera.