martes, 24 de septiembre de 2019

Primera vez que sobrevivo a fin de mes gracias a la venta de libros. Salve ¡Oh, escritura! Amparo de miserables.
Algunos cabros se reían solos cuando me escuchaban confirmar las respuestas de algunas guías, con un largo y tendido "correcto", imitando involuntariamente el gesto prosódico de Julian Elfenbein. Era evidente que las últimas clases psu, merced a un vicio metodológico de segundo semestre, se iban pareciendo cada vez más a un Pasapalabra apócrifo, precario, no televisado, únicamente visible para los ojos del alumnado. Otro día recuerdo que el curso se aprontaba a pronunciar aquel innumerable abecedario de respuestas psu, y un cabro levantaba la mano impetuoso para responder a una alternativa con a, con a de "arqueozoología". Sus compañeros no pudieron evitar celebrar la oportuna y laureada referencia. Nuestro Nico Gavilán había acertado en todo, pero no había ganado otra cosa que el premio simbólico de la aprobación.