martes, 3 de octubre de 2017

"Mire, ¿quiere ver algo bonito?". Un cabro en la sala de profes me mostró en el celu un par de zapatillas blancas marca Nike, Lifestyle. "Me costaron casi gamba y media. Me gasté prácticamente toda la mesada", repetía, enfatizando que lo suyo había sido un sacrificio enorme. "Tenía que comprarlas. No pude aguantarme. No me importa andar pato, pero ya tengo este par de bellezas", volvía a explicar, ahora con evidente orgullo. "Una cosa por otra", le repliqué, aludiendo a que no tenía opción: tomar o dejar aquellas zapatillas. Es así en todo orden de cosas. Tomar o dejar. Ceder ante el deseo por algo o recular en el último momento, viendo qué otra cosa hipotéticamente más productiva se puede hacer con el vuelto de los bolsillos.
Brígido. Un escritor de armas tomar.


http://www.mqltv.com/viajo-600-kilometros-para-golpear-a-la-unica-persona-que-hizo-una-critica-de-su-libro/
Stephan Paddock, el responsable del mortal tiroteo en Las Vegas. No se le ha vinculado con ningún grupo. El FBI descartó algún vínculo con el ISIS. Sus antecedentes tampoco revelaron ninguna pulsión asesina. Solo se sabe que su padre era un ladrón de bancos. Pero nada, ninguna sombra del pasado, parecía influir directamente en su vida, ni menos gatillar semejante despliegue de violencia. Ante la incertidumbre respecto a los motivos y la desvinculación de sus acciones, los medios optaron por llamar a Paddock de una manera insólita: "un lobo solitario". Habría actuado completamente solo, sin conexión alguna con el mundo criminal y con alguna voluntad "terrorista", solo impulsado por razones oscuras, desconocidas. Lo más inaudito de todo es que esa hipótesis del lobo debería poder disminuir el tenor del conflicto. Sin embargo, esa propia oscuridad, esa propia falta aparente de motivación mayor vuelve el hecho algo todavía más irracional. Hay algo que los medios, en este punto, no pueden dilucidar aún. El lobo solitario (término policial) actúa por su cuenta pero no es tan solo un ente aislado. Podría de hecho formar parte indirecta de una manada invisible, subrepticia, siguiendo incluso el rastro de algún complot ideológico. Hay algo más: el lobo solitario podría ser, en realidad, el señuelo de algún orden clandestino, funcionando fuera del ojo público, de manera secreta. Mas nada de esto resulta, después de todo, algo definitivo. Por lo pronto lo único verdadero, contingente, acaba siendo el horror de la estupefacción, la falta de timón ante los hechos, el caos completo en toda su crudeza.Principio del formulario

El siete es para Dios

"El siete es para Dios". De esa clásica frase antigua dicha por profesores levantados de raja, se pueden desprender conclusiones y disquisiciones todavía más absurdas:
-Que el alumno que se declarara ateo renunciaría, por definición, al siete.
-Que la máxima calificación sería solo una idea inalcanzable sin realidad empírica, y aquellos que pretendieran obtenerla solo pasarían por competidores exigentes y obsesivos, idealistas u optimistas ilusos. 
-Que el siete solo existiría, de ese modo, en una realidad metafísica, las notas inferiores representarían la realidad material y las notas rojas la representación simbólica del infierno (de ahí el color rojo y el carácter penitente de los que obtuvieran esa notas).
-Que el profesor que declarara aquella frase caería en el dilema de estar por debajo de Dios y no poder colocar el siete, o con el ego al mismo nivel de Dios y, en cambio, adjudicarse la nota a sí mismo, en una auto calificación sarcástica, saboteando su propio espíritu evaluativo.