Equiparar al "nazismo" con el "socialismo" marxista, como lo hizo Axel Kaiser en su charla, me parece tan impreciso y deshonesto intelectualmente como usar el apelativo de "fascista", propio de mucha gente de izquierda para injuriar a un grupo que se identifica más con el neoliberalismo o con el libertarismo. Resulta que hay un error conceptual y filosófico grueso y un intento mañoso por achacarle el muerto al bando contrario, un muerto que puede ser usado fácilmente como falacia de "envenenar al pozo" o de "hombre de paja". De acuerdo a mi lectura, es complicado situar al nazismo histórico en uno u otro espectro binario de la política, sencillamente porque estaría englobado, más bien, dentro de lo que se conoce como "Tercera posición". Solo comprendiendo esa concepción es posible concebirlo más allá de la simplista división que hacen tanto liberales como progresistas, desde sus veredas particulares.
domingo, 27 de abril de 2025
Un siglo de El proceso de Kafka
Un siglo de El proceso de Kafka. La pesadilla póstuma que nunca debió haber visto la luz, y que, sin embargo, reveló el imaginario kafkiano para la posteridad, al punto que el siglo XX en su totalidad podría leerse como una configuración realista de la novela a escala cuántica:
"Lo cierto es que la legitimidad de El proceso no reside en el resultado final, sino en la potencia de su mensaje. De hecho, que esté inacabado es uno de los aspectos que le brindan su fuerza literaria, que nos interpela todavía incluso cien años después.
La vida es una condena, un tránsito hacia lo desconocido, que no tiene por qué ser mejor que lo vivido. La necedad de la historia que se relata es el absurdo de un sistema judicial que anula la voluntad del acusado, mina sus deseos y destruye cualquier ápice de confianza en sí mismo, humillándolo hasta la degradación en un proceso que se asemeja al de una sumisión, en el que el sujeto pasivo es víctima de la maquinaria pero, a su vez, forma parte de ella."
Suscribirse a:
Entradas (Atom)