jueves, 28 de abril de 2016

Gramática generativa

Ayer en el Instituto estudiamos el concepto de gramática generativa de Chomsky. Se repasó la estructura profunda y la estructura superficial del lenguaje. La primera es la representación mental que soporta el significado, o del cual se deducen significados latentes. La segunda es la expresión concreta de dicho significado en una frase. Según Chomsky, las lenguas, universalmente, solo se diferenciarían en la estructura superficial de sus enunciados. Se explicó eso en la pizarra mediante un ejemplo. "Dios invisible habría creado el mundo visible". De esa frase en español se desprenden otras que vendrían siendo significados latentes: Dios es invisible, Dios habría creado el mundo, El mundo es visible. Esos significados serían mentales porque están implícitos en el texto. En cambio, al pasarse a estructura superficial esta varía de acuerdo a la gramática de cada lengua. Pero, de acuerdo a Chomsky, en el fondo esos significados permanecen igual al constituirse como estructura profunda. En ese momento el curso entendía poco o nada. Solo a través de un ejercicio de aplicación algunos captaron algo. Chomsky y su gramática generativa era parte del curriculum de Expresión oral y escrita para Enfermería. Mentalmente me alivié al pensar que solo se pasaría dentro del apartado teórico del curso, para luego pasar a la parte de verdad importante: el desarrollo de la oralidad y la escritura. A pesar de la evidente perplejidad del curso ante esa materia en apariencia tan inútil y tan enrevesada, una de las alumnas consiguió explicarme la estructura profunda mejor y de una manera más sencilla de lo que yo habría podido. Me dijo luego de haberme explicado su respuesta de la guía: "Profesor, y ojala que me vaya bien. Si me pone 7 le hago cualquier cosa". Las compañeras a su alrededor comenzaron a reír, entreviendo cierta intención. Le iba a preguntar de vuelta: ¿así que cualquier cosa? pero el viejo moralista en mi interior decidió continuar con su seriedad. Autocensuré el impulso, y en su lugar sonreí, asintiendo la talla. En la estructura profunda de esa frase podrían caber un universo de cosas. Pero en esa situación específica, ella quizá se refería a solo una, a modo de broma. Cosa que todos entendimos. Pero que se dejó expresar solapadamente. Por ser algo que estaba subiendo de tono. El "le hago cualquier cosa" universal. La gramática al servicio de nuestro invencible doble sentido.