lunes, 9 de abril de 2007

"Fracturas"



¿A qué se deben esas conexiones que la realidad establece con nuestro mundo? ¿Se ha hecho alguna vez un alto a la escala del tiempo para sentir y presenciar directamente el devenir sin tanto problema? Desde muy pequeños los entes pensantes contemplamos el mundo como tabula rasa, cuando en realidad es una cosa tan caprichosa que guarda dentro de sí misma cientos de tesoros invaluables para nuestra ínfima entidad. Somos tan ingenuos, saliendo de un útero, entrando a otro. 

De alguna forma, ese crecimiento de nuestro cosmos entra en órbita. Entonces sobrevienen las imágenes de la totalidad. Eso es a lo que llamo “fracturas”.

¿Cuál es la gracia de fraccionar la masa inmensa que es todo “esto”? ¿Por qué valiéndonos de abstracciones, tenemos que desmembrar su materia láctea, y no mamar de su pezón? 

Qué surtido de colores y formas, ¿Será todo por un milagro o por una razón? Ponte a contemplar no como un niño, sino, esta vez, como una flor cortada en nombre del amor. Solo por hoy dedícate a saborear las imágenes. No hay necesidad de fracturar. Hace falta una proyección holística de todo esto. Es solo el pensamiento el que destierra al universo de su matriz. Un mero proceso cognoscitivo, genocidio denominativo, manufactura de órganos conceptuales, (de la necesidad de abrir la mente con la mente), impotencia de aferrarse a los círculos, barrera del intelecto para siempre cobarde.
Somos tan ingenuos, saliendo de un útero, entrando a otro.