lunes, 21 de abril de 2025

La película Cónclave de Edward Berger se estrenó a fines del 2024. Trata precisamente sobre el cónclave que se realiza tras la muerte del Papa. El cardenal Lawrence, interpretado por Ralph Fiennes, participa de dicho cónclave y, a medida que avanza la trama, se precipitan ciertos conflictos internos que, de no resolverse, pueden socavar los cimientos de la propia Iglesia en su totalidad. Hoy, 21 de abril del 2025, ha fallecido el Papa Francisco, irónicamente, el día siguiente al Domingo de Resurrección, y el ambiente del cónclave ya se ha tomado el Vaticano. De hecho, ya están en regla los candidatos de la sucesión. Para muchos, pareciera que ya hubieran preparado desde antes el escenario para este cambio de orden. Para otros, la película se anticipó a los hechos y reflejó, en la ficción cinematográfica, una realidad contingente: la crisis institucional de la Iglesia Católica como bastión de la tradición en un mundo cada vez más secularizado y fragmentado.

La institución eclesiástica enfrenta sus propios cismas, sus propias luchas y sus propias contradicciones. Las palabras del cardenal Lawrence en la película Cónclave reflejan muy bien esta sensación de incertidumbre generalizada, la zozobra de la fe en medio de la debacle espiritual, sobre todo la de los acólitos, desafiados ante esta nueva prueba, quizá una de las definitivas: "La certeza es el gran enemigo de la unidad. La certeza es el mortal enemigo de la tolerancia. Ni siquiera Cristo estuvo seguro al final. "Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?" Gritó en su agonía en la novena hora de la cruz. Nuestra fe es algo vivo, precisamente porque camina de la mano de la duda. Si solo existiera certeza, y ninguna duda, no habría ningún misterio, y por lo tanto, no habría necesidad de la fe".

Las lecturas literarias del Papa Francisco

"En ¡Viva la poesía!, Francisco ahonda en la lista de autores de su formación, como Dante, Fiódor Dostoyevski, Jorge Luis Borger o Tolkien. Un ejercicio que también desplegó en su autobiografía, publicada en el verano austral de este 2025 con el título Esperanza.

Sobre el ruso, escribió: “Desde joven me encanta Dostoievski. Y, desde la época de mi rectorado en la Facultad de Filosofía y Teología de San Miguel, me encanta también la lectura y el análisis que de ese gran escritor ruso y de su mundo religioso ha llevado a cabo Romano Guardini. Es un ‘ser mítico’ el pueblo de Dostoievski y Guardini, sin ninguna idealización. Aunque pecador, también miserable, representa a la humanidad auténtica, y es sano y fuerte a pesar de su degradación, dado que está inserto en la estructura fundamental de la vida, en una vocación compartida, en un sentido que lo trasciende”.
... Todos los personajes de Dostoievski experimentan la tensión del vivir, el mal, el dolor, la degradación, el pecador, y, sin embargo, Sofía, la compañera de Versílov en El Adolescente, o su marido, el peregrino Makar, así como Sonia, la amiga de Rodión Raskólnikov, encarnan la santidad de un pueblo de pecadores”.

Sobre Borges, Francisco comenta que cuando hacía las veces de profesor de Literatura, tuvo la idea de invitar al hombre de El Aleph a dar una charla, y ante su sorpresa, un Borges ya en la ceguera aceptó. “Cuando, con apenas veintisiete años, me convertí en profesor de Literatura y Psicología del colegio de la Imaculada Concepción de Santa Fe, impartí un curso de escritura creativa para los alumnos…Lo invité a dar algunas clases sobre el tema de los gauchos en la literatura y él aceptó; podía hablar de cualquier cosa, y nunca se daba aires.
... Con sesenta y seis años, se subió a un autobús e hizo un viaje de ocho horas, de Buenos Aires a Santa Fe. En una de aquellas ocasiones llegamos tarde porque, cuando fui a buscarlo al hotel, me pidió que lo ayudara a afeitarse. Era un agnóstico que cada noche rezaba un padrenuestro porque se lo había prometido a su madre, y antes de morir recibió los sacramentos”.

"En el caso de la novela con ficción nos enfrentamos a una realidad caótica; el mundo no tiene orden. It is a tale/Told by an idiot, full of sound and fury./Signifying nothing. Eso es un caos absoluto. Lo que hace la literatura es dotar a ese caos de un orden. La ficción puede hacerlo. ¿Cómo? Manipulando la realidad.
(...)
La historia es la de un loco que sale a la calle con un farol encendido en pleno día y que va por las plazas, por los mercados, por las calles gritando «Dios ha muerto y nosotros lo hemos matado». La gente, que ha olvidado o no ha leído el fragmento, cree que el loco está feliz y eufórico porque Dios ha muerto —y porque lo hemos matado—. Pues nos hemos librado de Dios.
No es verdad. Nietzsche es muy ambiguo pero a mi modo de ver, es evidente que el loco no está contento: está muy triste, está completamente desolado. Y es lógico, porque si Dios no existe, como dice Iván Karamazov, todo está permitido.
Por eso, a medida que avanza el libro, este loco sin Dios siente una nostalgia de Dios, una nostalgia de un mundo ordenado." Javier Cercas.
De lo que se deduce que tanto la ficción literaria como la creencia religiosa buscan en el caos el orden, a ratos naufragan, a ratos encallan sobre las aguas de la realidad indeterminada.