jueves, 31 de agosto de 2023

Mi polola me pidió que leyera un poema suyo, inspirado en nosotros. Lo hizo para que lo revisara y se lo corrigiera. "Revísalo bien", dijo, "si hay algo que corregir, dímelo". Y es que ella se toma en serio la escritura. No pretende publicar, pero le pone empeño, cuidando el ritmo, la redacción y la ortografía. En calidad de editor y en calidad de amante, me pongo manos a la obra. En mi vida, escasas han sido las veces en que ambas cuestiones pudieron sobrevivir a la vorágine de la soledad, para poder coexistir en armonía. Se escribe como se ama, con las manos abiertas.
Segundo poema escrito a mano, por correspondencia amorosa, en clave romántica, dedicado a ella:

Y viniste a mí

Y viniste a mí, musa de la noche

Cual estrella a su órbita

Constelada, tocaste a la puerta de mi corazón

Yo te abrí y te invité a entrar

Permanecimos dentro, ardidos

Y fuimos reflejo del otro, en cada mirada

Encendida al calor de la pasión

Y el tacto que, salvaje y audaz, desató

La hebra de nuestros instintos.



Huimos arrinconados para amarnos en la oscuridad,

Sin que nadie nos viera, porque

El misterio de esta pasión merecía

Un escape y un verso atrapado entre los labios,

Una palabra, una promesa de amor

Fundida en la carne y declarada por la mañana.

Abrimos el cielo con un abrazo

Y pactamos lo prohibido con un beso

Así, realizamos el acto definitivo

Sellando el clímax de la historia

Un canto a la vida, un sí a todas las cosas,

Consagración de lo nuestro.


Tuyo,

Gabriel.

martes, 29 de agosto de 2023

Me llamó un PDI que está a cargo del caso de mi asalto por motochorros. Me informó que recuperaron mi celular robado. Mayores antecedentes sobre cómo y dónde lo encontraron, es secreto de investigación. Antes de devolverme el celular, eso sí, dijo que primero iba a hacer otras dilligencias para dar con sus posibles portadores y perseguir su uso fraudulento. Al parecer, todo indica que la fortuna me ha vuelto a sonreír.

jueves, 24 de agosto de 2023

Conjunto de poemas que formarán parte de un hipotético poemario, con temática de desamor y conflicto político: "Asonada". Lea, camarada de letras:

La Gran Conspiración

¿Qué pasaría si te dijera que todo fue una pura mascarada y que hay mucha más opacidad tras el tejido de los sueños?
¿Que detrás de los ideales que seguimos con tanta insistencia, estaban los mismos que financiaron el sistema que combatimos?
¿Que aquellos rebeldes que creímos incorruptibles, escondían su propia agenda secreta y servían a intereses todavía ocultos al profano?
¿Que detrás de cada supuesto despertar se sobrepuso otra ilusión que procuraba mantenernos en un estado de sonambulismo, divorciados de la propia consciencia?


No hubo, no hay, no habrá

No hubo nada más utópico que nuestro pasado.
No hay nada más real que nuestro presente.
No habrá nada más distópico que nuestro futuro.


La peste

La peste llegó después de un estallido
como metáfora de nuestra ruptura
un quiebre institucional de nuestros sentimientos
trama de pánico, desengaño y disolución.
En mi corazón ya no hay patria
en el tuyo, solo la bilis y el caos.


Asonada

Hace tres años fue abortada nuestra promesa
Hace tres años fue evadido todo significante
Hace tres años fue extinguido el tiempo
se perpetuó la bilis y se propagó la peste.
Hace tres años no hubo sacralización
Hace tres años fue usurpado el espíritu
Hace tres años fue disuelto el sentido
El palacete y la estatua de los significados
Se quemó la ciudad y con ella el alfabeto de nuestra historia.
De nada sirvieron las palabras conjuradas en la noche
De nada sirvieron los rituales al fulgor de la belleza
Demasiado sudor nos empañó el destino
Demasiada pasión nubló la intentona
Por revertir el curso satánico del poder
Miramos a sus ojos y las grietas de su espejo
Penetraron en nuestra mirada
Ebria de ánimo disolvente
Tuerta de tanta redundancia
De tanto vigilar al adversario en las calles
De tanto alentar la dialéctica en las sombras
De tanto impulsar la inquina, a diestra y siniestra
y escarbar entre los muertos
Para profanar, una y otra vez, el grito de la eternidad.


Caímos en la trampa de la consciencia alienada

Caímos en la trampa de la consciencia alienada
hicieron de nosotros pura carne de cañón,
nos transformaron en la marioneta de algún titiritero
escondido entre sombras conspirativas.
Al momento de tomarnos la mano
marchando por esas calles desvencijadas
entre consignas, rimas inútiles y disonantes
estábamos sellando la trama de la discordia.
Nunca hubiéramos podido intuirlo:
una parte de nosotros quería quemarlo todo
pero la otra se aferraba a los viejos esquemas
Asustados, hicimos del otro la proyección de nuestra más profunda carencia.
Y a eso le llamamos amor. Y a eso le llamamos poesía.
¿Cuál será el final de esta obra difusa? ¿Cómo sigue la farsa?
¿Quién leerá nuestros lamentos e imprecaciones,
cuando las páginas sean consumidas por su propia combustión?
Caído el relato, caída la máscara
Ya no hay calle de regreso,
ya no hay página de sangre
solo nos queda el rostro descubierto
y una mentira insolente
que reclama justicia.


Octubre

Una casa figura quemada
En el fondo de la noche
Es la recurrencia fatal
Es el mito incendiario
Del fin de la historia.
Un país ardía
Mientras nuestros cuerpos
ardían de placer
Demasiado ebrios en su disolución
Y nunca alcanzaron a adivinar
El futuro, el quiebre, la plaga.


Que la poesía nos absuelva

En nombre de lo que fue y lo que pudo ser, querida, que la Poesía nos absuelva
(no así la Historia ni su mitología)
De lo contrario, vivamos en la infamia por siempre
y caigamos en el olvido eterno.

martes, 22 de agosto de 2023

Hay conversaciones íntimas e infidencias que, torrenciales, se pierden para siempre en el mar de datos. Hay códigos nunca revelados a las partes, hasta el momento de su disolución. Hay encuentros, tórridas escenas, relatos ígneos que tuvieron lugar lejos del ojo público y que no tendrán otro destino que el ficticio.

La última lluvia (mini poema)

Y dime, fugitiva: cuando acabe la lluvia ¿seguirás ahí?
¿nos seguirá la sombra tras la tormenta?
La lluvia dejará de caer, en todas partes.
Pero algo en nosotros seguirá lloviendo.
A romper paradigmas: "Cuando se admite que la historia no es lineal y que la flecha del “progreso” no es una curva asindótica ascendente, sino que se ve como una sucesión de ciclos y de fases, ascendentes y descendentes, todo empieza a tener sentido. Todo lo que es humano está sometido a la ley de las dualidades: cualquier elemento positivo, tiene otro, negativo, como contrapartida. Solamente, lo Absoluto, escapa de las dualidades y, por tanto, de la decadencia."

lunes, 21 de agosto de 2023

Transformar todo lo que se vive –desde lo más glorioso a lo más miserable- en materia de escritura. Práctica de obseso o labor diligente. Simple exorcismo o sublime ejercicio.

domingo, 20 de agosto de 2023

Algo que me ha fascinado del incipiente amor romántico: su banda sonora musical. Uno puede llegar a comprender mejor el trasfondo cultural de la relación y el estilo de sus implicados solo a raíz de los temas que se dedican. Eso mismo nos pasa ahora con mi chica. Nuestro cancionero abarca desde los ochentas hasta la balada romántica. Ella, por ejemplo, a lo largo de varios días, me dedicó los siguientes temas: "Lady in red" de Chris de Burgh, "Total eclipse of the heart" de Bonnie Tyler, "Ese beso que me has dado" de Hernaldo Zuñiga, "Quédate" de Lara Fabián, "I want to know what love is" de Foreigner y "Woman in love", de Barbra Streisand. Yo, por mi parte, le dediqué, de forma consecutiva, las siguientes canciones: "Stay the night" de Benjamín Orr, "Trátame suavemente" de Soda Stereo, "Always" de Bon Jovi, "Open Arms" de Journey, "The Flame" de Cheap Trick y "Tú y yo" de Emmanuel. Haciendo un análisis de las propias canciones que nos hemos dedicado, su lírica con alusiones íntimas, su época y su estilo, se puede armar un playlist y un nutrido imaginario poético. Es tal mi obsesión literaria en este asunto que hasta pienso en armar una historia, nuestra historia, solo en base a estas referencias melómanas, inspiradas por el naciente amor. Toda pareja podría hacerse la idea de armar un playlist con las canciones que se dedican en lo íntimo, crear un imaginario propio y preservarlo, pase lo que pase, en el tiempo, con los enamorados. La música, el amor envuelto en la melodía, sobrevivirá a su historia personal.

viernes, 18 de agosto de 2023

De vez en cuando paso a una picá en Limache, próxima a la estación. Allí conocí a Patricio Brito Figari, un escritor limachino. Luego de compartir con él muchos almuerzos y hablar sobre literatura, me regaló un par de libros suyos: El analista de la Buhardilla y Presagio en Cuarto Menguante. En ambos se aprecian relatos personales de sus andanzas en la Quinta Región con elementos místicos y esotéricos. Un auténtico hallazgo, en medio de un círculo escaso y redundante.

Hoy me volví a encontrar con don Patricio. Tomaba un schop con otro caballero. Me comentaba respecto a los temas literarios que más llegan a la gente en la actualidad. Según su visión, una de las cosas más atractivas consiste en “contar los propios fracasos con un toque de humor”. En definitiva, sincerarse sobre el fracaso personal, aunque siempre con la posibilidad del aprendizaje. Pensé en Samuel Beckett y su frase: “Fracasa otra vez. Fracasa mejor”. La frase de Beckett sintoniza muy bien con el pensamiento de don Patricio Brito. “Eso sí, no pegan los fracasos totales, sin salida”, agregó, concluyente. Siempre tiene que haber un mínimo de respiro, según él. Algo que cause un mínimo de admiración.

Luego, don Patricio tomó otro poco de cerveza y se volteó hacia mí. “Yo creo que tú escribes muy bien, pero te falta aterrizar un poco más tu lenguaje si quieres llegar a más gente”, me dijo, muy sincero, respecto a mi escritura. Había seguido muy de cerca los textos que subo a Facebook. En efecto, tenía que “vulgarizar el lenguaje” si lo que quería era llegar a un público más popular, aunque el vuelo poético fluya porfiado. “Ahora, si lo tuyo no va por algo masivo, adelante, sigue en tu proyecto”, agregó, con mucha claridad. Y lo mío, siento, cada vez se distancia más de los discursos a la moda. Me inclino, poco a poco, hacia una propuesta personalísima.

Otra cosa que mencionó tenía relación con los concursos de literatura. “Suelen estar arreglados. Yo tuve contacto con un editor. Él me dijo que había concursos en donde el jurado ya sabe de antemano quien va a ganar. De hecho, muchos concursos se hacen justamente para enarbolar a esa figura ganadora”. Pensé de inmediato en la cultura del pituto, de la cual la literatura también formaría parte. “Por eso, gran mérito si ganaste un concurso de esos que postulaste. Eso sí, ten cuidado con las bases y con los contratos”.

No me extrañaría que fuese ese, precisamente, el modus operandi de muchas convocatorias financiadas con plata del Estado. Más allá de la literatura, se suele ser lego en materia pragmática y se desconocen muchos de los mecanismos que llevan a puerto la gran maquinaria de los libros, las ferias y las editoriales. Por eso, las palabras del caballero venían tan a cuento. Guardaban esa lectura de quien ya pasó por el cedazo del interés, el oportunismo y las conveniencias habidas y por haber.

En fin, cavilé un momento sobre las tres cosas que me aconsejó don Patricio, en su calidad de escritor: “Reírse de los fracasos”, “Aterrizar el lenguaje y el discurso” y “Sospechar de las convocatorias abiertas”. Tres sabios consejos sin otro horizonte que el oficio, el riguroso y extático oficio del escritor. Me despedí de este simpático compañero de letras con un estrechón de manos. Puede que en un próximo encontrón en los alrededores de Limache volvamos a leernos y a discutir sobre los siempre difíciles asuntos de las musas.

martes, 15 de agosto de 2023

Primer poema escrito a mano, por correspondencia amorosa, en clave romántica, dedicado a ella:


Algo mágico 


Fue una sola mirada al son de la música

Y tu sola presencia encandiló mis sentidos

Algo mágico nos flechó, algo poético en el ambiente

De inmediato nos cruzamos y el espacio nos unió

Te invité a sentarte, entonces hablamos

Nuestras palabras compartían el goce del otro

La risa, la intriga y luego el tacto.

Tu mano con la mía, fuimos cómplices al instante.

La noche con su mística nos reveló un secreto

La sincronía de nuestros corazones

Latiendo al mismo ritmo, habitando el mismo espacio

Y hablando el mismo idioma.

Un primer beso selló el secreto

y así la pasión colmó la noche

nuestra fantasía se desató, salvaje

y ahora nos tiene juntos, abrazados,

exhaustos de gozo y de júbilo

soñando el mañana con el deseo impreso

en nuestra piel, y con el sentimiento

que ahora florece y nos reúne.



Tuyo,

Gabriel.
Con mi chica quedamos de hacer un juego. Ella lo propuso primero: dedicarnos poemas en clave íntima y luego revisarlos. Los poemas tienen que ser escritos a mano, al más puro estilo del romanticismo decimonónico. Le propuse que avanzáramos hacia una correspondencia erótica como la de Henry Miller y Anaís Nin. Ella quedó de leer a ambos para inspirarse. Así es cómo se le mete poesía al asunto para hacerlo más ardiente e intenso. De cabro recuerdo haber escrito un par de poemas adolescentes a alguna compañera que no me correspondía. Hoy me veo cumpliendo un anhelo, tal vez el mismo anhelo romántico del viejo género epistolar.

David Rosenmann Taub, "El raudal" (1927-2023)

El raudal

Yo canto como el sol,
y el sol no canta.
Yo sueño como Dios,
y Dios no sueña.
Yo, cual la tierra, muero,
y la tierra no muere, ¡pero canta!

David Rosenmann Taub. (1927-2023)

lunes, 14 de agosto de 2023

En calle Diego Portales de Recreo, había una pila de libros dejados junto a un muro sobre una plataforma verde. Me acerqué de inmediato. Encima de la pila, una hojita que decía: “Se regalan libros”. Raro que alguien haya dejado ahí esos libros a la intemperie sencillamente para que cualquier cristiano los tomase. Llegué a dudar del gesto. Pensé que se trataba de una broma y que alguien a la esquina vendría a cobrármelos. Pero no. Nadie se veía. Me puse a hojear los libros, hasta que salió una señora de la puerta cercana al muro. La saludé, un tanto nervioso. “Sáquelos no más”, dijo la señora, muy calmada. “Llévese el que quiera, hay de todo”. Le pregunté si era primera vez que regalaba sus libros. La señora dijo que sí, que necesitaba espacio en su casa, y que, de seguro, había alguien a quien sí les serviría leer esos ejemplares. Se dejaban ver libros escritos casi todos en inglés. Los únicos que saqué fueron “Sociology” de Ian Robertson, tercera edición, del año 1987, grande con tapa dura, y “La aventura de ser pareja”, de Fernando Coddou y Carmen Luz Méndez, año 2002. Este último era el único libro en castellano. Por eso mismo lo saqué, pese a su temática de autoayuda sentimental. “Buena elección”, dijo la señora al verme ir. “¿Cuál de los dos?”, le pregunté antes de seguir andando. “El de Sociología. Es bonito. Cuídelo”, respondió la señora, no sin antes sacar una manguera desde su casa para regar el pasto de la vereda.

domingo, 13 de agosto de 2023

Uno se da cuenta realmente del poder de la imagen y del real impacto como escritor cuando entiende que siempre recibirá más reacciones por fotos con chicas insinuando una relación amorosa que por textos literarios y extensas reflexiones. Buenos días.

sábado, 12 de agosto de 2023

Un comentario sobre el hombre visto andar drogado y desnudo por el centro de Valparaíso tras una ruptura amorosa: "Ustedes sólo vieron su cuerpo desnudo; él nos mostraba la desnudez de su alma".

viernes, 11 de agosto de 2023

Un hombre había transitado desnudo por el centro de Valparaíso. Se le vio en la esquina de calle Molina con Avenida Brasil. Vecinos y transeúntes alertaron a seguridad ciudadana. El hombre, al parecer, estaba bajo la influencia de algún psicotrópico. Según informan, iba a ser detenido por “ofensas al pudor”. Lo más curioso de todo es que, al ser consultado, él dijo que se desnudó porque había terminado con su pareja sentimental. Dentro de su locura, el hombre se sentía desnudo de cuerpo entero. No solo por dentro, sino que también por fuera. Todos lo señalaban por su desnudez ambulante, pero nadie podría culparlo por tener el corazón roto. ¿Quién, de los transeúntes bien correctos y bien vestidos que lo rodeaban, siendo muy sinceros, podría culparlo por eso? Si fuera por algún mal de amor, prácticamente gran parte de Valparaíso debería circular por sus calles sin ropas. ¿Cómo sería un puerto de corazones y de ciudadanos al desnudo? El olor, de seguro, sería insoportable, aunque más insoportable sería lo que corroe por dentro a los porteños: su alma triste, su abandono, su intemperie. Recordé aquella frase de Cesare Pavese: “Uno no se mata por el amor de una mujer. Uno se mata porque un amor, cualquier amor, nos revela nuestra desnudez, nuestra miseria, nuestro desamparo, la nada”.

jueves, 10 de agosto de 2023

A veces me gustaría dejar todo botado y dedicarme a otra cosa... y eso que recién ingresaré a carrera docente. No sé, podría dedicarme de lleno a escribir y financiarme con la plata de alguna fundación. Total, hay quienes hacen lo que quieren y ganan a destajo. Recibo propuestas de pega, con gusto.
Otro fragmento de la novela romántica existencial que estoy escribiendo, que ya lleva bastante avanzado. Fragmentos cada vez más intensos y con carácter de thriller. Lea y opine:

Aun con aquella mirada penetrando dentro de mí preferí seguir andando, forzando al olvido a enterrar los recuerdos de Judith que, como esfinge, no paraba de aparecer. Llegué hasta una tienda cercana al paradero donde pasaba la locomoción colectiva, para comprar algo caliente y espantar el frío satánico que empezaba a surgir, pero, en ese mismo momento, me di vuelta y la vi a ella, acercarse.

Vino a mi mente una batería de recuerdos fugaces, agridulces, corriendo y entrelazándose unos con otros, recuerdos que cubrían el mismo espacio, los mismos rincones, las mismas orillas de aquella ciudad que, alguna vez, fue testigo de nuestra extinta complicidad. Y caí de golpe contra el pavimento.

Mi rostro se estrelló, sin palabras, porque la acera, la calle, la ciudad se había vuelto la zona muda del sacrificio. Había escrito sobre la tormenta perfecta y finalmente se produjo. Había dicho que las intenciones y móviles serían revelados, impulsados por el avasallante devenir de los acontecimientos del mundo, y ahí me tenían, mudo, paralizado, en el ojo de un huracán emocional.

Mi cabeza retumbó como nunca. Apenas escuché sus gritos y sus sollozos, sin antes advertir el fuego del ritual muy bien inflamado en la memoria. Mirada. Azote. Ruido. Siempre lo supe: aquel golpe, aquel golpe en aquel tiempo y en dicha calle nos estaba destinado. Nuestra violencia era el destino mismo, manifiesto.

Caminé de regreso, indeciso entre volver a la casa a masticar el dolor o dirigirme a la comisaría. Conforme pensaba, el dolor inflamaba el corazón, agitado. La noche me abría paso y me indicaba el camino que debía seguir, tal vez el único que siempre urdimos, a la sombra, el único que nos condujo de forma inexorable a esa tormenta, a ese silencio y luego a estas palabras, necias palabras que nunca hicieron justicia.

miércoles, 9 de agosto de 2023

Siguen las creaciones de algunos alumnos para la antología en el taller de literatura. Un estudiante hizo un "soneto existencialista". Este fue su texto. Lo encontré notable:

Mar de dudas


Estoy varado en un mar de dudas

Pensando quién soy yo en la vida

Solo, me he caído desde la más alta cima

Sin volver a subir a la punta.


Cuando asalta la enigmática pregunta

Tan inabarcable como eterna

El hombre ya no encuentra respuesta

Y solo le queda rumiar la amargura.


Inalcanzable como el secreto del corazón

Imposible como el más intrincado laberinto

El sentido del hombre vuelve a su hondonada.


Acaso sin un destino para su visión

Acaso sin un consuelo en lo más íntimo

Su amor por la vida acaba invocando la nada.


La nada en la que sigo varando

Como si hubiese habido una salida

Y una luz al horizonte, esperándote.
Se me acaba de ocurrir la idea de una fundación. Se llamará Fundación "poesía viva": donde los versos aumentan las arcas. Espero así dirigir fondos a cuestiones poéticas y con eso recuperar mi reputación y mi espacio en el medio literario.

Los mandamientos de la era atómica, según Günther Anders

Tu primer pensamiento al despertar ha de ser "átomo". Pues no has de comenzar el día con la ilusión de que aquello que te rodea es un mundo estable. Lo que te rodea es más bien lo que mañana mismo puede ser pasado, algo simplemente sido; y nosotros, tú y yo y nuestros semejantes, somos aún más efímeros que todos aquellos que hasta ayer mismo habían sido considerados como seres efímeros. Pues este nuestro carácter efímero no sólo significa que somos seres mortales; ni que se nos pueda dar muerte. Esto también fue así en el pasado. Significa, más bien, que se nos puede matar totalmente, en tanto que "humanidad". Y "humanidad" no sólo significa la humanidad actual, aquella que se extiende por las regiones de nuestro mundo; sino también aquella que se extiende por las regiones de nuestro tiempo: si se da muerte a la humanidad actual, con ella desaparecerá también la que ha sido; y la futura. De ahí que el umbral ante el que nos hallamos lleve la inscripción "Nada habrá sido"; y, una vez atravesado, se lee: "El tiempo fue un episodio". Pero el tiempo puede convertirse en un episodio situado no entre dos eternidades, como nuestros antepasados esperaban, sino entre dos nadas: entre nada de lo que nadie recuerda que ha sido, como si no hubiese sido jamás; y la nada de lo que jamás será. Y puesto que no habrá nadie para distinguir entre estas dos nadas, éstas acabarán convirtiéndose en una única nada. Ésta es, pues, la forma absolutamente nueva, la forma apocalíptica, de la transitoriedad, nuestra transitoriedad, comparada con la cual todo lo que hasta hoy se había llamado "transitoriedad" se ha tornado una bagatela. Para que esto no se te pase por alto, tu primer pensamiento al despertar ha de ser: "átomo".


Fotografía de Yosuka Yamahata.

* Aniversario de los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki, los días 6 y 9 de agosto, respectivamente, de 1945.

lunes, 7 de agosto de 2023

Y todo aquello que nos dijimos ¿fue dicho de la misma forma en que recordamos oírlo? y todo lo que omitimos ¿formó parte del silencio anterior a nuestra ausencia?

Fragmentos de "Hambre de realidad" de David Shields

121
He aquí los hechos, amigo, y debo tener fe en ellos.
122
¿Qué es un hecho? ¿Qué es una mentira, para el caso? ¿Qué, exactamente, constituye un ensayo o un cuento o un poema o incluso una experiencia? ¿Qué pasa cuando ya no podemos detener la fantasmagoría movediza de la experiencia?
126
El don esencial de un buen escritor es tener incorporado un detector de chorradas antichoque.
128
No pierdas el tiempo; ve derecho a por cosas reales. Vale, ¿qué quiere decir «real»? Aun así, ve a por ello.
131
En algún momento se me ocurrió que la vida personal no tenía nada que ver con la ficción, mientras que la verdad, como todo el mundo sabe, es casi el extremo opuesto. Por si fuera poco, me rodeaban pruebas de lo contrario, aunque eligiera pasarlas por alto: de hecho, la ficción tanto publicada como inédita que me conmovía entonces (y sigue haciéndolo ahora) era precisamente aquella que cobraba brillo e innegable autenticidad por haber sido hallada y recogida, siempre a costa de algo, en niveles más profundos, más compartidos de la vida que realmente vivimos.
133
Siempre me ha costado escribir ficción. Es un poco como conducir un coche vestido de payaso. Vas a alguna parte, pero estás disfrazado, y la verdad es que no engañas a nadie. Eres el tipo que va disfrazado, y se supone que todo el mundo tiene que hacer caso omiso y subirse al coche contigo.
134
Solo la verdad es graciosa (la comedia no es bella; definición de la comedia: bajar a Sócrates de su pedestal).
136
La atención es vida o es su única prueba.
138
Somos meros hechos fugaces,
y eso mismo nos insta a dar
a cada figura de la foto
un nombre vivo.
139
Al final, echaba de menos el placer de una obra bien concebida en la que el deseo de moldear la experiencia fuese tan fuerte como el de revelarla.
140
La trama, como un andamiaje, se echa abajo, y lo que queda en pie es la cosa misma.
141
—elogio de la materia en su estado más simple, como hecho.
142
No existe historia alguna. No se trata de la historia. Se trata del mundo que quita el aliento: ahí está todo. La historia no es importante; lo importante es el aspecto del mundo. Eso es lo que te hace sentir cosas. Lo que te hace sentir presente.

“Hambre de realidad”, David Shields. Editorial “Círculo de Tiza”, 2015.
En "Hambre de realidad", el escritor David Shields propuso "la muerte de la novela" mediante la creación de una "antinovela" que cuestionaba el estatuto de la ficción y la estructura imaginativa en la literatura, estableciendo -lo que él cree- una escritura basada en "retazos de la realidad". Hastiado del chirrido de los grandes relatos y narrativas, opta por mezclar citas de otros autores, por extraer memorias y anécdotas personales y volcarlas en un solo aparato de "no ficción". "La realidad no reconoce derechos de autor", señalaba Shields, muy suelto de cuerpo, muy desprendido de ficcionalidad y muy tambaleante de pluma. David Markson ya había hecho algo parecido con Esto no es una novela, en una paráfrasis a Magritte. Se trataba de una miscelánea de citas, anécdotas, escenas veladas, situaciones que encuentran su propio ritmo interno de acuerdo a la agencia de su otro personaje, siempre esquivo, proteico: el lector.

¿Pero hasta qué punto no hay también en ese ejercicio de subvertir el engranaje ficcional de la narrativa clásica, una forma de reconfigurar la ficción consustancial al despliegue de la escritura? Esa pregunta nos remite, de nuevo al problema de la pugna entre literatura y vida, o entre las categorías mercantiles de ficción y no ficción. Lo que se comunica como la vida en oposición a la literatura ¿es expresable sin ese componente ficticio? ¿es intraducible el lenguaje de la vida? Y las obras que se venden como no ficción frente a la ficción. ¿no pasan acaso bajo el cedazo de una mirada repleta, a su vez, de relatos, narrativas e imaginarios? Había quien, por ejemplo, concebía en la crónica, en las memorias y en los testimonios una suerte de "paraliteratura", pero eso sería reducir su alcance, circunscribir sus posibilidades a un horizonte meramente conceptual y abstracto, porque lo cierto es que dichas escrituras beben de la realidad inmediata o acontecida, aunque lo hacen, muchas veces, con el propósito de capturar "su verdad" y expresarla con un estilo. En definitiva, lo que se cuenta no es exactamente lo que sucede. Un mismo hecho puede cargar con un crisol de reconstrucciones, y estas, a su vez, inaugurar su propio reino simbólico, porque, como decía un escritor por ahí: "si no lo cuento, me parece que nunca sucedió".

Cioran, la atmósfera de un destino sin mayúsculas

"La obra de Emil Cioran (1911-1995) es buena muestra de este método, cuyo alcance ha sufrido una mutación engañosa en los tiempos (todavía vigentes) de la posmodernidad. Si el relativismo –en apariencia– dejó sin soporte a las grandes narraciones culturales, su hueco no ha quedado vacío. Ha sido ocupado por el culto al narcisismo, que sustituye al Dios ancestral por la adolescente y obsesiva identidad personal. Difícilmente podrá ser nihilista una civilización –la nuestra– que ha hecho del selfie el único argumento de toda su metafísica.

Cioran es pues un final de raza. Un Sócrates que camina de noche –padecía insomnio crónico– por la rue del Odeón de París en vez de por el Ágora de Atenas. Y que, en lugar de ser un tipo social que conversa con sus semejantes, ha optado por reducir su campo de acción: no habla con nadie, salvo consigo mismo. Es el único Ulises de su tormenta interior."
Recomendado sobre todo a mis amigos materialistas, que creen que no hay nada más que lo visible y observable, negando de plano el aspecto metafísico, religioso, espiritual, paranormal y mágico. Grinberg ya había propuesto que el fenómeno de la consciencia es mucho más que mera actividad neuronal y cerebral.

domingo, 6 de agosto de 2023

Mi primera cita en el Cinzano

Yo sé que quienes lean esta crónica, se preguntarán cómo es posible que su servidor no haya ido nunca antes al Cinzano, el bar más antiguo de Valparaíso. Y es que cuando supe que el mítico local porteño cerraba sus puertas, durante el tiempo pleno de cuarentena cavernícola, tras 125 años de historia, no lo podía creer. En efecto, me había traicionado como porteño al no haberme tomado siquiera una pilsener en esos lares. Había frecuentado el bar Mi casa, el Ilícito, el Ex Dominó, el Trova, el Anfiteatro, el Keops, el Cureptano, el Moneda de Oro, hasta el incombustible Máscara, que queda a un ladito, y nunca había siquiera pisado el Cinzano. Mala volada, pérdida enorme de la bohemia. Sin embargo, tras dos años de incertidumbre, el Cinzano abrió nuevamente sus puertas, a la par con la orden de eliminar los pases de movilidad, trayendo consigo a la luz una vida que se creía perdida, tras un tiempo aciago.

El jueves fue mi primera cita en el Cinzano. No podía ser de otra manera. Quedamos de juntarnos con una chica que estoy saliendo, en la plaza de Neptuno de Aníbal Pinto, clásico punto del plan, pero, para ganar tiempo, considerando que era temprano todavía y precisaba celebrar la ocasión, miré frente a frente ese gran letrero con la Z bien iluminada, ese bar antiguo que, atravesando la historia y sus sobresaltos, me llamaba a tomar algo allí, para “bautizar” mi presencia en tan ilustre sitio. Movido por el entusiasmo, no lo pensé mucho y fui allí, mientras le avisaba por whatsapp a mi cita que la esperaría adentro.

Al llegar, lo primero que hice fue apreciar la remodelación. Una larga barra a un costado izquierdo, seguido de un pasillo, y al costado derecho, otro espacio para las mesas lo suficientemente ancho para dar lugar a una pista de baile. El administrador me dijo que había arriba en el segundo piso otro espacio. Se tenía que pagar una entrada porque esa noche tocaría Angelo Pierattini. Le asentí y luego me acomodé en una mesa al fondo, una mesa con una velita tenue. Pedí de inmediato un Carmenere y dos copas. Esperé paciente la llegada de la chica.

Sorbí de tanto en tanto la deliciosa copa de vino y contemplé la fachada a mi alrededor. Quedé encantado con la figura de un gran barco en la pared derecha, a un costado del espacio de las mesas. Parecía encallar en el bar y naufragar sobre el licor y los alcoholes de los porteños. También me llamó la atención un elegante piano puesto muy cerca del barco. Me había sentado próximo a ese piano, quizá en una reminiscencia de años mejores, de locales clásicos concurridos al calor de la buena música, la camaradería y la enigmática poesía, pasión a la vez que maldición.

Pasó un ratito y llegó la chica. No logró encontrarme al principio. Luego miró al fondo y caminó decidida. Me dijo que tampoco ella nunca había entrado al Cinzano. Yo, en efecto, le había mencionado el lugar dando por hecho que lo ubicaba. Así que tuvo que buscarlo y dar con la dirección. Nos servimos el vino tranquilamente y comenzamos a conversar de nuestro día a día. La sola ocasión de vernos en ese lugar y en ese contexto, sin que los dos nunca hubieron pisado antes el Cinzano, le daba a la cita una emoción única. Ella también miró hacia el piano. Recordó cuando tocaba para una orquesta hace muchos años. Clásica, sinfónica y también algo más popular. La música de la Nueva Ola chilena que ambientaba, en ese momento, la cita, le daba ese toque nostálgico, de un tiempo vivido a concho aunque no fuera el nuestro.

Cuando ya el vino nos inundó la pasión, recuerdo que comenzamos a hablar sobre nosotros, sobre lo que buscábamos. Ella salía a la calle a fumar un pucho para relajarse. La cuestión se volvió intensa en el momento en que ella repetía que quería una cosa, y yo otra. Entonces armamos una verdadera escena dramática. Ella parecía enojada todo el rato y yo, imbuido por el vino, suplicante, demandante. La escena me acuerdo que alternó besos apasionados contra un vidrio repleto de antigüedades, detrás de la mesa, y miradas contrapuestas, descolocadas, producto del desencuentro. Nunca supe qué pensaron los demás comensales que nos veían. Seguramente habrán pensado que éramos una pareja jugosa, como tantas. La mesera, en más de una ocasión, nos preguntó si queríamos algo más, a lo que hicimos caso omiso. Luego, se nos acercó un simpático travesti a servirnos el vino que teníamos, y deseándonos una buena noche. Fue tal la cercanía que mi chica sonrío y se calmó un poco, tras otro sorbo por cortesía de la casa.

La cosa es que el drama entre nosotros siguió. Después, se abrió el espacio de las mesas para improvisar una pequeña pista de baile. Tocaron Los Ángeles Negros en la voz del inconfundible Germaín de la Fuente. Sonó el clásico inmortal “Y Volveré”. Ante semejante obra, agarré valor e invité a bailar a la chica. Ella se negó al principio, todavía sentida por todo, pero luego se motivó. Bailamos el tema muy lento. Tarareó los primeros versos: “Ya la magia terminó”, con una mirada serena y un movimiento descoordinado. Y yo, para rebatirle la onda, le tarareé los versos finales: “Nuestro amor renacerá”. Aquellos versos podían perfectamente representar la metáfora del propio Cinzano. Había "terminado su magia" para luego "renacer en un nuevo amor". Al clímax de la canción, simplemente nos abrazamos, no cachando nada, solo viviendo esos minutos de balada como si verdaderamente fuesen los últimos y como si hubiésemos estado en el Cinzano de otros años, sumergidos en esa atmósfera como de un Valparaíso glorioso, melancólico.

Había que irse. Pagué la cuenta y la chica salió a tomar aire. Nos sentamos a un costado de la entrada para recuperar fuerzas y “pasar la cura”. En un instante, queríamos volver a entrar pero el administrador dijo que no podíamos “en ese estado”. Era hora de marchar, por lo que pedí un uber para llevarnos a mi casa. Fue de esa manera que cerró nuestra primera cita en el Cinzano: “curados como taguas”, entre felices, sensibles y molestos, algo desorientados y con la sensación de haber dejado una huella bizarra, bizarra en el sentido de extraña, que otros olvidarán, de seguro, y que nosotros recordaremos, tal vez con gracia, tal vez con vergüenza. Una cita como aquellas, no la mejor ni la más decente, aunque llena de romanticismo, y de ese romanticismo a lo decimonónico, ebrio, trasnochado, a la par con el espíritu del antro porteño, el primero de su estirpe y ojalá que el último en fenecer en la noche del tiempo, cuando acabe la historia y solo nos sobreviva el relato de lo que fuimos.

Cincuenta años del lado oscuro de la luna.

"Las extraordinarias ventas del disco cogieron con el pie cambiado a los músicos y cada uno lo digirió como pudo. Al fin y al cabo se trataba de una obra que indagaba en temáticas sombrías y en la desilusión de la condición humana, un material con pocas posibilidades de triunfar entre el gran público. Pero lo hizo. “Creo que el éxito incomodó a todos, pero especialmente a Waters, que veía reñidas sus convicciones socialistas con su nueva condición de rico. Su comportamiento se vio afectado: asumió el liderazgo del grupo, lo que gradualmente lo condujo a su final; o, al menos, al final del grupo con él en sus filas”, explica Jean-Michel Guesdon. En entrevistas durante estos años, Waters, que abandonó la banda en 1985, reconoció este dilema: “Era un socialista confeso y ahora tenía que elegir entre seguir siéndolo o mirar al capitalismo. Y elegí lo segundo”. También ha reconocido que fue “el principio del fin del grupo” por las disputas con Gilmour."

viernes, 4 de agosto de 2023

Cuentan que el hombre acusado de robar los computadores del Ministerio de las Culturas, dijo haber actuado “bajo el influjo de Lucifer”. Su defensa habría pedido suspender la causa por posibles problemas psicológicos. Esta pura anécdota da para una nueva novela de thriller político de orden “progresista conspirativa”. En un programa al aire, el periodista Rodrigo Sepúlveda reflexionó muy bien en torno al curso de los acontecimientos: “¿Cuál es la realidad? ¿La realidad es el discurso o la realidad es lo que sucede? ”.
Al ver un reportaje sobre el "caso lencerías" de Camila Polizzi, supe que su tío, Juan Salvador Polizzi, es un poeta y activista social de Concepción, que incluso el 2016 se lanzó a la papeleta como candidato a la alcaldía. Más allá de su sobrina y su caso de corrupción, ahondé en la figura de este poeta y su desconocida obra dentro del círculo más mediático.
El año 87, Juan Salvador Polizzi había participado de un taller literario llamado "Taller de Análisis sindical y social" (TASYS). A raíz de su trabajo en el taller, el poeta publicó un libro llamado "De puño y letra" por Ediciones Letra Nueva. Gracias a TASYS, también pudo publicar y distribuir gran parte de sus libros de poemas, mediante un trabajo de autoedición y de distribución mano a mano, al más puro estilo de un Pablo De Rokha.
Sin duda, un digno hallazgo el de Polizzi, independiente del curso maldito y sucio de la política, a pesar de la maquinaria triste del poder. Un hallazgo poético, en el que la poesía se resiste a la corruptibilidad del mundo y a la flaqueza de sus herederos. En mi breve tarea de investigación, encontré un gran poema de Polizzi, Elegía, dedicado al poeta anarquista Domingo Gómez Rojas:

Aquí vamos los viajeros incansables
en brazos de la perpetua sonrisa
tenemos jardines lejanos
y tesoros enterrados en otras islas
vamos siempre tras el mismo norte
desde el primer zarpe, hace tanto tiempo
buscando el mejor lugar para nuestra siembra
encontrando puertos abandonados
donde hombres y mujeres muertos
pasean descalzos por la calle fría
y tañen campanas de duelo en cada esquina
somos nosotros; los malditos
llevamos banderas bordadas en la piel
y la voz gastada de tanto cantar
inmóviles se diluyen los sueños
hay un viento gris que todo lo arrasa
buscamos amor y chocamos con piedras
hay una cárcel en cada alma viajera
que imprime a la vez alegría y tristeza
con tanto viajar almacenando recuerdos
se nos fue la vida sin construir los sueños
y al irnos nosotros no cambiará nada
partirán de otros puertos
los nuevos viajeros a buscar esperanzas
y encontrarán hombres y mujeres muertos
paseando descalzos por la fría calle.

jueves, 3 de agosto de 2023

Así como hay una "violencia simbólica", ¿Habrá también una “violencia poética“? 
Más creaciones de la antología para el taller de literatura. Iré subiendo los que me gustaron. Un haikú de una alumna.


La luz


En la mentira
Buscaba la luz
Que ya no existe.
Alguien verdaderamente crítico (muy pocos) ve la corrupción en el gran empresariado, en la fronda aristocrática y en los conglomerados transnacionales tanto como en la coalición de gobierno, en la clase política, en las fundaciones, en la institucionalidad y en la partidocracia. No hace vista vista gorda según sea su interés proselitista ni su anteojera ideológica. No hace diferencia entre corruptos y actúa en consecuencia. Entiende que la vida en democracia implica, de por sí, lidiar con la sombra humana del poder y reconocerla.

miércoles, 2 de agosto de 2023

El mundo literario también tiene sus piratas y sus fundaciones. Es mucho el polvo debajo de la alfombra. No admite pureza, de lo contrario, no sería un mundo humano.
Últimamente he sido seleccionado para participar en las convocatorias de publicación del Grupo Editorial Letras Negras, una casa editorial colombiana mexicana que saca, cada tanto, antologías literarias sobre nuevos autores latinoamericanos. Su editorial adjunta, Palabra Herida, me eligió para formar parte, primero, de una antología de cuento erótico; luego, gané el cupo para integrar una antología sobre cuento chileno contemporáneo. La otra editorial adjunta, Komala, me fichó para la antología de relatos de amor "Destinos entrelazados"; y, por último, quedé en la antología de microhistorias. Un mérito ser reconocido, aunque el único detalle era el costo de publicación. Dado que fui elegido en un lapso de tiempo demasiado corto, no me dio para pagar cada selección, así que solo me quedé con una.
Aparte de esta iniciativa, también alcancé a figurar en un par de breves antologías sacadas por la Editorial Litéfilos de Colombia. Se trata de antologías poéticas basadas en "La ausencia" y "La venganza". Estas sí que pude pagarlas porque se trataba sencillamente de poemas y el costo, por ello, era menor.
Tanto sobre Editorial Letras Negras y sobre Litéfilos no tengo más que palabras de agradecimiento, aunque me intrigó su repentina aparición en las redes y su relativo éxito y alcance. ¿Alguien más del circuito chileno habrá participado o formado parte de estos proyectos? Porque no he visto casi a nadie que yo conozca. De pronto, uno agarra más vuelo en el extranjero que en su propio país, aunque siempre dentro del continente. Mucho mejor.
"La academia es al conocimiento lo que la prostitución al amor". Nassim Taleb.

Archivos secretos de Thomas Pynchon

"De todos modos, una acuciosa lectura de algunas de sus novelas, entre ellas, El arcoíris de gravedad y Contraluz, nos permite hacernos una idea sobre el imaginario subyacente al universo
creado por el escritor. A mi juicio, algunos de los tópicos más importantes que incorpora Pynchon a su estilo son la decadencia de la historia existente, la desintegración del lenguaje, la ruptura de
los sistemas en los que el ser humano vive atrapado y también la ausencia del significado trascendente de la vida (nihilismo) y la manipulación tecnológica (transhumanismo) mediante el control ejercido por Estados Unidos (que bien sabemos tiene detrás suyo al Estado profundo, manejado por un complejo conglomerado de elites y entidades internacionales). Al advertir cada uno de esos tópicos en la obra de Pynchon, pareciera que él hubiera incorporado esas sub tramas a propósito, con el fin de denunciar lo que estaba ocurriendo realmente en su época, a nivel histórico".

Pase a leer mi artículo sobre Thomas Pynchon en la página Somos Trascender.
“¿El hombre, necesariamente deberá ser la presa constante del hombre, o llegará un día en que rotas las cadenas de su servidumbre, el hombre podrá alzarse magnífico y libertador, para dar a la vida su más claro enunciado total, superadas ya todas sus antinomias, y no solamente el enunciado parcial de su liberación económica, política o religiosa? (…) Hoy como ayer creemos que llegará un día en que el hombre será dueño de su destino, de una vez para siempre (…) Nuestra razón de vivir no está perdida…”. Braulio Arenas, 1958.

martes, 1 de agosto de 2023

Mini cuento crónica sobre una noche de pasión y locura el fin de semana ¿Realismo sucio? Juzgue usted:

"¿Y quién dijo que ibas a salir vivo de mi casa?", me dijo la chica que conocí en el Pajarito en junio. Lo dijo cuando acabábamos de tirar en la mañana y conversábamos sobre su carrera de psicología y la serie Dahmer. "¿Me harás pedazos?", le contesté, mirándola a los ojos. "Enterito", contestó, bien pícara. ¿En qué película habré visto una escena parecida? ¿En qué novela la habré leído? De pronto, me vi conversando con ella en clave sarcástica, influido por tanta acción.
Para el taller de literatura, estamos realizando una antología de textos literarios de diversos géneros. Estamos en el microcuento. Una alumna escribió uno que me gustó. Lo comparto con ustedes, a ver qué dicen:

La compra imposible

Un hombre sacó su tarjeta para pagarle las compras a la cajera del supermercado. Sin embargo, no pudo. “Tarjeta inválida”, decía la máquina de Transbank.
Con toda la fila atrás, avergonzado, intentó buscar algo de dinero entre sus bolsillos. No tenía nada. Así que le dijo a la cajera que iría en busca de efectivo, pero nunca regresó.
Lo mismo ocurrió con la siguiente persona en espera, hasta que la fila entera acabó sin concretar su compra.
Al otro día, misteriosamente, la cuenta de todos figuraba en saldo cero.
Nunca se trató de pensamiento crítico, siempre se trató de pensamiento único.
Recuerdo de hace diez años.

Me asalta la frase del profesor Misseroni respecto a la Ilíada: "La guerra de Troya fue un lío de faldas". Y de inmediato doy con el alcance en forma de metáfora: La relación épica entre la guerra, el amor y el Estado. He aquí que los límites entre ellos se tornan difusos, hasta el punto de la confusión.

"(...) los griegos aparecen ante nosotros, ya a priori, precisamente por la grandeza de su arte, como los hombres políticos por excelencia; y en verdad, la historia no nos presenta un segundo ejemplo de tan prodigioso desarrollo de los instintos políticos, de tal subordinación de todos los demás intereses al interés del Estado, si no es acaso, y por analogía de razones, el que dieron los hombres del Renacimiento en Italia. Tan excesivo era en los griegos dicho instinto, que continuamente se vuelve contra ellos mismos y clava sus dientes en su propia carne. Ese celo sangriento que vemos extenderse de ciudad en ciudad, de partido en partido; esta ansia homicida de aquellas pequeñas contiendas; la expresión triunfal de tigres que mostraban ante el cadáver del enemigo; en suma, la incesante renovación de aquellas escenas de la guerra de Troya, en cuya contemplación se embriagaba Homero como puro heleno, ¿qué significa toda esta barbarie del Estado griego, de dónde saca su disculpa ante el tribunal de la eterna justicia? Ante él aparece altivo y tranquilo el Estado y de su mano conduce a la mujer radiante de belleza, a la sociedad griega. Por esa Helena se hizo aquella guerra, ¿qué juez venerable y sensato la condenaría?" Nietzsche, Cinco prefacios para cinco libros no escritos.